Mizuki x Tomoe "EL ME AMA"

28

— Dime, Nanami... ¿En que tanto piensas? ¿Estás preocupada por ellos?
Decía aquella mujer detrás de la diosa de la tierra, está última se encontraba observando un espejismo en un pequeño lago.

— Solo un poco...
Respondió con voz tranquila la joven diosa, hizo una breve pausa y continuo
— Temo qué se maten para cuando allá vuelto al santuario

Comentó con un rostro de resignación y angustia qué hizo soltar una leve risita por parte de la mujer de largos cabellos negros.

— Están bien, te lo aseguro
Respondió con tranquilidad, tomándola por el hombro
— Es hora de continuar...

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Pov. Tomoe

Era otro día más en que volvía a casa llevando en sus manos unas bolsas con provisiones para el santuario. No las necesitaba la mayoría, pero quería estar listo por si Nanami volvía en cualquier momento.

Era verdad que odiaba tener que perder una parte de su día yendo al instituto para que ella no perdiera su avance escolar sin embargo ya la extrañabay esperaba que volviera pronto para retomar su vida aún qué seguía preguntando sobre su paradero, pero aún no podía dar con él.

Al llegar a casa fue recibido con los pequeños sirvientes qué le dieron la bienvenida y un resumen del día en el santuario.

— ¿Donde está mizuki?
Preguntó dejando las bolsas en la entrada y poniéndose unos zapatos distintos, al igual que cambiando su apariencia a la de demonio.

— Tomoe-sama, Mizuki-san se encuentra atendiendo una visita.
Esto último fue dicho en un tono vacilante por Onikiri que parecía tener su reacción.

— Visita... Cómo no me di cuenta.
Su semblante había cambiado a uno amargo, fue en dirección del albino y al entrar gritó.

— ¿¡Que haces aquí cuervo estúpido?!
Sin embargo se quedó quieto y en silencio al observar de quien se trataba.

— Hola Tomoe...
Decía una vivaracha voz qué no lo hacía más feliz.

Su rostro se torno aun más amego y sombrío a lo que no dudo y continuo su escándalo.

— Tú... Dios irresponsable y mentiroso.
No había mejor calificativo para Mikage. Quien le sonreía levando su mano a forma de saludo.
Pudo ver que Mizuki parecía un poco preocupado así que solo suspiro, luego tendría oportunidad de despellejar al Dios.

— Tomoe... ¿Aprendiste mucho hoy?
Preguntó Mikage

No pudo evitar dedicarle una mirada asesina
— Voy a traer un perro al santuario para que no vuelvas nunca, me oíste

Ésto último lo había dicho en un tono sombrío apunto de ahorcarlo pero una voz lo detuvo

—Tomoe por favor... Solo siéntate

Observo por un momento a Mizuki qué le había hablado con seriedad, pero sereno. A lo que el dio de nuevo un resoplido y se sentó a su lado con un rostro de amargura y de berrinche.

— Mizuki, como te decía ¿cuantos días han transcurrido ya?
Había preguntado Mikage a Mizuki qué se encontraba a su lado.