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- Gracias, papi. -Sarah le sonrió al pelinegro cuando el dejó su desayuno frente a ella en la mesa.

Luego dejó el de Valerie y ella también agradeció. - Gracias papá, se ve rico.

- Oh, porque lo está. -le guiñó un ojo a ambas.

- ¿Y mamá? -preguntó Valerie. - No la ayudaste a bajar las escaleras. -retó a su padre.

El suspiró. - No me dejó, dice que ella puede sola porque no es una bebé.

- Porque no lo soy. -Betty apareció en los últimos escalones de las escaleras llamando la atención de los tres.

Valerie abrió su boca con sorpresa. - Mami... -murmuró. - Cada vez está más grande. -dijo incrédula. - Mi hermanito va a nacer muuuy grande.

Ella rió. - Si, su hermanito ya está por salir. -suspiró, dejando una de sus manos en su barriga de embarazada y caminó hacia ellos con algo de cansancio.

Jughead se acercó a ella, dejó una de sus manos en la barriga de la rubia y se inclinó para plantar un pequeño beso en su frente. - ¿Busco tu desayuno, nena? -le preguntó.

Ella asintió. - Si, Juggie. -aceptó, alejándose de él para sentarse en la mesa con las niñas quienes ya habían comenzado a comer.

- Mamá. -Sarah le habló. - Papá nos dijo que ya eligieron un nombre para nuestro hermanito... Pero no nos quiso decir. -bufó.

Jughead rió cuando llegó otra vez hasta la mesa con dos platos en sus manos, dejó el de la rubia frente a ella y el se sentó con el otro junto a su esposa.

- Les dije que debíamos esperarte para que tú les digas. -explicó él.

Betty sonrió. - Bueno, lo elegimos ayer en la noche... Su hermanito se va a llamar Marco Jones Cooper. -les confesó con emoción en su voz.

Ambas niñas sonrieron. - Es bonito, me gusta. -admitió Valerie.

- A mí también. -Sarah dijo de acuerdo. - ¿Entonces cuando va a salir de tu barriga, mami?

Jughead rió ante la pregunta de la niña. - El doctor nos dijo que debería ser entre esta semana y la próxima, por eso debemos estar muy pendientes de su madre y cuidarla mucho.

La rubia rodeó sus ojos. - Ya me cuidan lo suficiente, yo puedo cuidarme sola. -se quejó. - Si rompo fuente o siento una contracción, les diré.

Jughead se encogió de hombros y miró a sus dos hijas. - No le hagan caso y cuidenla mucho. -las señaló y ellas asintieron.

- Jughead. -la rubia lo retó.

El sonrió de lado. - Solo queremos protegerte a ti y a Marco, mi amor. -le guiñó un ojo.

Valerie rió. - Mamá se puso rojita otra vez. -dijo burlona.

- No se burlen porque a ustedes les digo algo lindo y también se sonrojan. -Jughead miró a sus dos hijas que reían, y en efecto, se notó la verdad de sus palabras cuando un leve tono rojizo se extendió por las mejillas de la pelinegra quien bajó la cara algo apenada.

- Ese es mi mejor talento, hacer sonrojar a mis tres chicas. -Jughead sonrió egocéntrico.

Betty salía de la ducha, mientras su esposo estaba en la cama con su laptop en las piernas trabajando. Normalmente lo hacía en su despacho, pero estaba bastante insistente con acompañar siempre a su esposa y estar al pendiente de ella.

Ella caminó hasta el vestidor y del lado de Jughead tomó una de sus camisetas y un short ancho suyo. Salió de ahí y dejó la ropa sobre la silla de su tocador, se puso unas bragas y comenzó a aplicarse crema corporal y todas esas cosas sentada en la orilla de la cama.

One Shots | Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora