𝙘𝙖𝙥í𝙩𝙪𝙡𝙤 ocho

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ㅡ ¿Quiéres contarme qué sucedió? ㅡ Soojin le extendía una taza de té de hierbas a Minho, sentándose en el sofá junto a él y apoyando su mano en el hombro ajeno con cuidado, en señal de apoyo, y sin invadir demasiado el espacio personal del pelinegro.

ㅡ Este mediodía entraron a mi departamento mientras almorzaba con Changbin. Nos atacó un hombre con una máscara y se lo llevaron. A mí me dejaron inconsciente de un golpe y no pude hacer nada, desperté en el hospital y... no puedo volver ahí hasta mañana, estan investigando todo mi departamento.

La chica quedó aún más sorprendida, sin saber qué decir por un momento. Recuperó la postura unos segundos después y suspiro.

ㅡ Lamento mucho lo que sucedió, Min. Sabes que puedes quedarte aquí el tiempo que necesites. Esta semana no vayas a trabajar, no te preocupes por la paga ni los horarios que yo me voy a encargar, ¿bien?

Minho la miró, con los ojos aguantando sus lágrimas, preguntándose cómo esa chica podía ser tan dulce con él desde siempre.

ㅡ Gracias, Soo, de verdad, por todo lo que haces por mí. Voy a intentar recuperarme lo más rápido posible y voy a volver a trabajar en cuanto pueda.

ㅡ Tranquilo, sólo no te presiones demasiado, es mejor que te tomes tu tiempo para estar bien. Y sabes que nada de esto es una molestia para mí, siempre estoy dispuesta a ayudarte.

Lee asintió, y luego ambos se dieron un abrazo, uno cálido y reconfortante.

. . .

Cerca de las seis de la mañana, la alarma de la pelinegra sonó. Se levantó, lavó su cara, dientes y se dedicó a completar su rutina de la mañana. Luego de terminar de limpiar un poco, comenzó con el desayuno, hasta que de pronto, la puerta principal se abrió.

Apagó el fuego de la cocina para dejar un momento su labor con los panqueques y corrió a la entrada con una sonrisa.

ㅡ Por fin llegas, pasaste toda la noche en el trabajo y te extrañé. ㅡ Una mueca de tristeza, algo forzada, pintó el rostro de Soo, mueca que fue reemplazada por una gran sonrisa luego de que su novio le plantara un beso en los labios.

ㅡ Lo siento, linda, sabes que no me gusta tener que dejarte sola por el trabajo, pero anoche surgió algo muy importante.

ㅡ Está bien, puedo perdonarte.

El de cabello cobrizo notó una tercera presencia en su casa al ver una cabellera negra tapada con mantas en el sofá.

ㅡ Aunque al parecer no estuviste tan sola... ¿quién es?

ㅡ Oh, eso... es un compañero de trabajo, anoche entraron en su casa y... bueno, pasaron muchas cosas y no tenía dónde quedarse, así que durmió aquí, tal vez se quede unos días, espero que no te moleste, de igual forma Min es muy ordenado y respetuoso, no creo que vaya a ser un problema.

ㅡ ¿Min? ㅡ El mayor se fue acercando poco a poco al que dormía en su sofá, y de pronto este se despertó.

Minho volteó y miró a su alrededor. Su rostro palideció completamente al ver el rostro de Seungmin frente a él.

ㅡ Minho, buenos días. Perdón por despertarte, él es mi pareja, Seungmin.

ㅡ Sí, nosotros... ㅡ El pelinegro quiso aclarar que ya se conocían, pero fue interrupido por Kim.

ㅡ Un gusto, Minho, que sepas que no serás una molestia y eres bienvenido, siéntete como en casa.

Los ojos de Seungmin no dejaban de clavarse sobre los de Lee, ni siquiera mientras desayunaban, generando un aura demasiado tensa y extraña entre ambos, aunque Soojin no lo notara.

𝘴 𝘢 𝘯 𝘨 𝘳 𝘦  𝘥 𝘦  𝘧 𝘦 𝘭 𝘪 𝘯 𝘰 ☆ 🄷🅈🅄🄽🄺🄽🄾🅆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora