𝙘𝙖𝙥í𝙩𝙪𝙡𝙤 doce

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Abrió aquella caja que había estado oculta bajo su cama por un largo tiempo. Dentro, dos sobres, dos cartas con dos autores distintos.

Abrió el primer sobre, un antiguo tulipán amarillo ya marchito junto a este.

"Escribirte esta carta lo siento como clavarte un nuevo puñal en el corazón, un corazón que soy consciente que ya está demasiado débil de tantas heridas, de tanto sangrar.

Mis lamentos, los castigos que yo vaya a recibir ahora, después o incluso los que ya recibí, mis disculpas, nunca nada de eso va a ser suficiente para que logres perdonarme, soy consciente de ello, pero lo lamento, lo siento, te rogaría de rodillas que me perdonaras, incluso me sacrificaría para volver a traer aquella luz de tu vida nuevamente, aquella persona que no pude evitar que te arrebataran.

Felix era la luz de mi vida también, logré encontrar belleza incluso en sus defectos (por muy pocos que hayan sido), pensé en arriesgarlo todo por él, incluso aunque ello me costara mi familia, mis amigos, mi propia vida.
Pero mi cobardía fue más grande, y esa tarde, cuando vi su vida apagarse frente a mis ojos, mi mundo comenzó a venirse abajo.

Cuando me cambié de escuela y te vi entrar por la puerta de ese salón, mi cuerpo se tensó. No creas que por miedo o por vergüenza (aunque admito que sí, un poco sí, la vergüenza era inevitable, el sentir que no debía ni mirarte a los ojos era horrible), fue porque logré volver a ver un brillo, una luz tenue, algo que volvía a acercarme a aquellas mejillas pecosas, aquél cabello rubio, aquella sonrisa que una vez vi apagarse. Volví a sentirme cerca de Lixie, y tómalo como algo malo, como algo ridículo, pero no pude evitar dejar de observarte, de alguna manera, quise ser capaz de cuidarte a ti, como me hubiese gustado cuidar de él.

Por siempre me lamentaré, por siempre sentiré que te debo algo, que te debo mi propia vida, y sea hoy, mañana o nunca, voy a seguir intentando compensarlo, de alguna manera, aunque no exista forma de hacerlo, planeo descubrir la forma.

Lo lamento, Minho, y espero volver a verte, espero que aparezcas por estos pasillos otra vez para poder disculparme frente a frente algún día.

Donde sea que estés, hasta pronto.

: Changbin"

Guardó la carta dentro del sobre. Secó sus lágrimas, intentó calmar su respiración.

El ardor en su pecho, la angustia, todas las decisiones que había tomado hasta ese entonces de repente se sintieron erróneas.

¿Cómo había dejado escapar tan fácil a Changbin? ¿cómo había permitido que todo se le saliera de las manos de pronto?

El siguiente sobre, blanco, sin firma por fuera, fue abierto, y comenzó a leer.

"Probablemente ahora mismo yo esté lejos, o más cerca de lo que crees, quién sabe, pero te escribo para que sepas que nunca me olvidaré de ti, Minho.

Sé que me conoces, y sé también que sabes que tengo un plan, un plan extenso, detallado, que tomará mucho tiempo, probablemente años hasta que nos volvamos a ver, pero quiero que confíes, como te lo pedí alguna vez, por nuestro amor, por ambos, por mí, te pido que seas paciente, pero también que intentes seguir tu vida lo más normal posible hasta entonces.

Nos veremos pronto, gatito, y aunque pasen millones de horas, de momentos, o hasta sólo siete otoños, nos veremos otra vez, te lo prometo por lo que más amo, te lo prometo por ti.

Hasta entonces, hyung.

: HHJ"

Y volvió a dejar las cartas en sus respectivos sobres, y los sobres dentro de aquella caja. Nuevamente escondió todo bajo su cama.

Aún sentado en el suelo, Minho suspiró, intentó recobrar la calma, y aunque le costó unos buenos minutos, logró hacerlo.

Se levantó, y con parsimonia, tomó sus maletas y abandonó su antiguo edificio. Le dolía cada paso más cerca de estar fuera de casa, fuera de abandonar su antigua vida, que por más de que sabía que no había sido la mejor, había pequeñas cosas que era consciente de que iba a extrañar.

. . .


ㅡ Recuerda, con calma, no dejes que las emociones se te suban a la cabeza, hyung. ㅡ Hyunjin abría la escotilla que daba a lo profundo del sótano. Minho bajó por las escaleras, y de entre la oscuridad, encendió la luz.

Changbin, amordazado, atado y recostado sobre un colchón viejo, abrió los ojos con dificultad ante tanta luz. Al ver a su menor, su mejor amigo, quiso hablar, desesperado, con los ojos repletos de lágrimas, pero el trozo de tela en su boca se lo impedía.

Lee se acercó rápidamente, le quitó la mordaza de la boca.

ㅡ M-min, Minho... ㅡ Fue lo poco que pudo decir antes de lanzarse a llorar desperado, con su voz quebradiza y débil.

El de mechones rojizos notó los labios resecos, la palidez y lo delgado que de pronto se veía el mayor de los tres. Volteó a ver al rubio, furioso.

ㅡ Dijiste que lo alimentabas, que lo cuidabas, que él estaba bien.

Hyunjin suspiró, y puso los ojos en blanco, algo irritado.

ㅡ Hice lo que pude, pero él tampoco coopera. No quiere nada de lo que le doy, sólo deja que lo bañe, y para colmo, quiere golpearme o huir cada vez que tiene la oportunidad.

ㅡ Por favor, Minho... ㅡ Dijo entre sollozos el pelinegro. ㅡ Ya le dije que no diré nada, también te lo digo a ti, pero te lo suplico... haz que me deje ir.

Con sólo eso fue suficiente para convencer a Minho. Éste volteó nuevamente hacia Hwang.

ㅡ Ya es momento de que Changbin vuelva a casa, Hyunjin.

El rubio sintió un mareo de emociones, se dio media vuelta y subió por la escotilla nuevamente, sin responder, molesto y azotando puertas.

Minho miró otra vez a Seo. Pasó su mano por su rostro, delicadamente, limpió las lágrimas que no dejaban de brotar de los ojos ajenos y dejó un beso sobre la frente del mayor.

ㅡ Lamento tanto todo esto, Binnie, no sabes lo que me duele verte así. Hoy mismo volverás a casa, te lo prometo.

ㅡ Volveremos, ¿verdad? ㅡ Interrogó el pelinegro, y Lee guardó silencio, sin responder. ㅡ Min...

ㅡ Hice algo muy malo, hyung... ㅡ El de mechones rojizos bajó la mirada, poco a poco fue desatando las ataduras del mayor. ㅡ Algo de lo que no me arrepiento, pero por eso ya no puedo volver contigo a casa.

ㅡ ¿Te irás? ¿me dejarás?

ㅡ Te visitaré, más de lo que crees, estaré para ti siempre.

Una pausa, y luego, Changbin se atrevió a quitarse la duda.

ㅡ ¿Qué fue lo que hiciste, Minho?

El nombrado guardó silencio por un momento, sin quitarle los ojos de encima al contrario. Se sintió débil, vulnerable, incapaz de mentirle.

ㅡ Maté a mi madre, la asesiné. Nadie sospecha, su problema con el alcohol lo hizo parecer todo un accidente, y yo... fui cómplice del asesinato de Sooyoung junto a Hyunjin.

ㅡ ¿Q-qué dices, Min? dime que es una broma muy mala... dímelo. ㅡ Incapaz de creerle al menor, Changbin lo tomó por los hombros, y sólo recibió silencio, Minho bajó la cabeza, sin poder mirar a su mayor a los ojos.

ㅡ Lo siento, hyung, lo siento tanto... pero esto es lo que soy ahora.

𝘴 𝘢 𝘯 𝘨 𝘳 𝘦  𝘥 𝘦  𝘧 𝘦 𝘭 𝘪 𝘯 𝘰 ☆ 🄷🅈🅄🄽🄺🄽🄾🅆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora