𝙘𝙖𝙥í𝙩𝙪𝙡𝙤 once

233 45 7
                                    

La pelinegra tiraba de la camisa de su novio, metiéndolo al cuarto entre risas y besos mientras cerraba la puerta.

Lo empujó a la cama, sentándose sobre él. El rubio intentó apartarse, sin ser demasiado brusco.

ㅡ ¿De verdad, Sam? ¿cuánto llevamos juntos ya? quiero estar contigo. ㅡ Sooyoung hablaba, con ligeros aires de molestia camuflados con una expresión triste, con el labio inferior abultado.

Hyunjin suspiró, observó detenidamente a su "novia" y luego sonrió muy sutilmente.

ㅡ Está bien, linda, tienes razón.

La chica, entusiasmada, se lanzó a besar nuevamente los labios del chico.

Hasta que la puerta se abrió abruptamente, provocando que ella soltara un grito de terror y saltara sobre la cama, grito que cesó al ver un rostro familiar frente a la entrada.

ㅡ Creí que esperarías mi señal para entrar.

ㅡ ¿Y dejar que se te siga lanzando encima y te haga lo que quiera? no, gracias.

ㅡ Sam... ¿q-qué carajos está pasando? ¿acaso se conocen? ㅡ Por alguna razón, la pelinegra no podía evitar presentir que algo malo estaba por suceder, algo muy malo.

ㅡ Hyunjin, me llamo Hwang Hyunjin, linda. ㅡ El rubio se levantó, y Minho le extendió su máscara al menor.

Ambos observaban a la chica, parados frente a ella.

Sooyoung, confundida, se arrinconó por sí sola, buscando alejarse lo más posible de ambos individuos.

ㅡ ¿Qué se supone que es esto?

El pelinegro de pronto exhibió un enorme cuchillo de cocina que ocultaba tras la espalda.

ㅡ Yo necesito hacerme una máscara, y necesito material para eso, pero Hyunjin sólo hace su trabajo, nada más que eso.

Aún más confundida, la chica abrió la boca, amagando a formular alguna otra pregunta, en busca de comprender aquél escenario, pero ver cómo su supuesto novio se colocaba aquella máscara fue respuesta suficiente para todas su preguntas. Se paralizó, palideció completamente, reconoció aquellos trozos de cuero, aquella máscara de ratón que rondaba por las noticias, reconoció a aquel asesino que no la dejaba dormir por las noches y mantenía sus días intranquilos, preguntándose a sí misma constantemente si acaso ella sería la próxima víctima.

Y la realidad, realidad de la que apenas notaba que era partícipe, no estaba tan errada después de todo.

. . .


ㅡ Me alegra volver a vernos luego de tanto tiempo, Minho, ¿qué tal estás?

ㅡ ¿Cómo debería?, sinceramente, no lo sé. Mi madre murió y mi mejor amigo lleva desaparecido un mes entero.

ㅡ ¿Qué tal si empezamos por tu madre? ¿qué sientes cuando piensas en ella?

El pelinegro guardó silencio, miró a un costado. Pensó, intentó sentir algo.

ㅡ Es complicado... siento que no siento nada, pero también siento que siento de todo. A veces cuando pienso en ella me duele, me llena de culpa no haberla visitado más este último tiempo, haberla dejado sola, siento que hasta eso me vuelve más parecido a mi padre y siento rechazo por eso, pero a la vez... no me interesa, no fue buena madre conmigo, mucho menos luego de que mi hermano muriera, se dedicaba únicamente a recriminarme por no haber evitado que lo asesinaran, prácticamente, ahora que no está, es como si la vida siguiera exactamente igual, porque esa madre que siempre necesité nunca estuvo... no creo que sea posible extrañar a alguien que en realidad siquiera estuvo ahí desde un principio.

𝘴 𝘢 𝘯 𝘨 𝘳 𝘦  𝘥 𝘦  𝘧 𝘦 𝘭 𝘪 𝘯 𝘰 ☆ 🄷🅈🅄🄽🄺🄽🄾🅆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora