Three

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Capítulo 3

EL ACTO


Afortunadamente Ellén sabe ocultar sus emociones en momentos desagradables. Pues hace un mes aproximadamente su madre ofrecio su mano para conseguirle un esposo, una vez cumplida su mayoria de edad y su regla haya aparecido es lo que una princesa debe obtener.

Para su decepción, ella debe encargarse de verse lo mejor presentable posible, sentarse en una silla frente a una larga fila de hombres, viejos, jovenes ó algunos niños que le ofrecen riquezas para poder escoger.

Su caballero Felix le acompaña a su izquierda, y lord Jason a su derecha. El vestido es bastante incomodo resalta mucho su busto, su dama hizo un gran trabajo con el peinado y el maquillaje aunque fue una completa decepción porque nadie de los miles de varones que se presentaron aquí fue escogido.

Por la tarde se le apetecio invitar a algunas jovenes nobles con las que comparte una pequeña amistad para tomar el té y no sentirse sola en momentos como este. Así que pidio a Lydia mandar invitaciones; por lo regular casí no sale de su habitación si no es para comer, para las cenas importantes y estas pequeñas ocasiones.

Las platicas con las nobles se basaban en la ropa, el arte, el maquillaje, hombres y alguna que otra petición pero con un ambiente armonico. Durante la toma de galletas y exquisitas infusiones, pudo notar la presencia de la reina consorte quién se acercaba a todas las jovenes.

Al notar las demás su presencia ninguna mostro un acto de cortesía como saludo, las risas se detuvieron y solo quedo un espeso silencio. Sin embargo,  la princesa al mirarlas, por esfuerzo tuvieron que reverenciarse ante ella después de todo es la esposa del rey y le deben considerar respeto.

—Majestad—Saluda con una reverencia.—¿Qué la trae por aquí?

—Vine para saber como estabas, escuche que nadie fue de tu agrado esta mañana.—Una sonrisa entre dientes emanaba de su rostro.

—No busco un compromiso tan rapido, llegara el indicado algún día.

—Qué la suerte este de tú lado princesa.—Soltando una ligera risita burlesca mira a las invitadas, da la media vuelta y se va.

El silencio y una incomodidad las acompaño durante el resto del té de ese momento tan breve, despúes de que su majestad, se retirara imponiendo su lugar frente a sus invitadas.

Comenzaba a oscurecer y la princesa padecia de un terrible dolor de cabeza justo en el lugar de sus cienes, las sirvientas consideraron prepararle una ducha caliente para relajar e ir a la cama a descanzar.

Tendida boca arriba mirando el gran candelabro, la bata de baño se extendia por toda la cama. Una inerte desesperación se hizo presente al escuchar la puerta al tocarse. Se trataba de su madre quién habia irrumpido en la habitación, de inmediato se puso de pie y me mantuvo acorde en su presencia.

—Al parecer vine en un momento inoportuno, me disculpo por eso hija.

—No te preocupes, ¿Necesitas algo?

—Lord Jasón me comento que nadie fue de tu agrado en la elección de marido.—Añadio mientras se acercaba un poco a su hija.

—Tal vez será porque la mayoria de hombres eran idiotas, algunos pasaban de los cincuenta y los jóvenes no llegaban a los quince.

—Lo entiendo, sin embargo, tu reputación ha sido desaprovada por muchos nobles dentro del palacio. Hoy por la mañana hable con él parlamento del rey, me obligaron a conseguirte un marido pronto.

La Esposa Del Rey © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora