Five

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Capítulo 5

  EL DUQUE

Hoy por la mañana del día lunes la princesa Ellén suele visitar el establo, en donde se encontraba Sulpicia su corsel, una yegua preciosa en color blanco que su abuelo el rey le habia regalado en su cumpleaños.

Una de sus pasiones era la equitación, desde los quince años tuvo lecciones junto a sus hermanos. Y cada fin del mes de marzo se organizan competencias en Grecia, muchos nobles participan siendo una costumbre del mismo país y a la que le sigue dando pie la realeza.

Mientras la jovén se acercaba al animal, algunos entrenadores y caballerangos se encontraban asistiendola, arreglaban sus herraduras, algunos otros limpiaban su cuerpo y trenzaban su largo cabello. No se limitó en acariciar su osico con una sonrisa sincera ante la yegua hasta escuchar que la voz varonil de Egan se hizo presente haciendo que los trabajadores se reverenciaran ante él para después seguir con su trabajo.

—Hermana.

Miro aquellos ojos grises con fribolidad y se separo de su caballo para acercarse al hombre que estaba metros fuera del establo. Ya una vez a solas y caminando alrededor del mismo, el principe heredero hablo.

—¿Pasabas tiempo aquí?—cuestiono él.

Asintio la princesa con la cabeza mientras su mirada se perdia en los alrededores.

—¿Ya desayunaste? Pedí que hicieran los pancakes con sirope que te gustan.

—No tengo hambre.

—Bueno, tal vez en la cena se te apeteceran.

No dijo nada, solo un incomodo silencio. Aquella noche de lo sucedido Ellén queria poder verlo para hablar sobre lo ocurrido pero conoce tan bien a su hermano ya que no es la primera vez que leña cuestiona por la presencia de su tío Benedict. Sabe bien que el principe seguira haciendo lo mismo si los volviera a encontrar juntos.

—Ellen, tal vez pienses lo peor de mi por lo que paso en el banquete, y vine a disculparme personalmente por ello. No debí cuestionarte y sobretodo iniciar la pelea en un momento como ese solo que ya sabes que nuestro tío no es una buena persona y me preocupe por tí.

—Esta bién.—Suspiro.—No volvamos a tocar el tema, entiendo que te preocupaste pero porfavor al menos confia en mi. Jamás permitire que nuestro tío me faltara al respeto.

—Eso espero, solo quiero afirmar que confio en tí, no en él. Al menos ya fui a disculparme con sus majestades.—Toca su pecho y suelta un suspiro.—Me siento un poco más aliviado.

—¿Comó esta el rey?

—Hoy se levanto tarde, cuando me presente seguia en cama y se la paso tomando esas infusiones que los maestres le dan.—Razco su nuca.—Es raro en él, siempre es el primero en levantarse y despertar a todo el reino.

Ambos principes siguen caminando, ella sostiene el brazo de su hermano para ir en sintonia, el pasto cruje mientras sus botas presionan de él. La brisa del viento humedo choca contra sus rostros y observan el paisaje con tranquilidad. Una ola de pensamientos inunda la cabeza de Ellén, respecto al rey y en lo decaido que se ha encontrado últimamente en salud, pues siempre ha sido un hombre sano y les ha inculcado mucho preservarse y cuidarse. Hace un año comenzo con dolores del estomago y los maestres decidieron evitarle las carnes por temor a una bacteria, y optaron por añadir a su dieta las infusiones de hiervas y leche de cabra omo un analgesico para sus dolores.

La Esposa Del Rey © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora