please (don't) leave me alone | mattwoong

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Enamorarse de Matthew fue fácil, como cada decisión cuestionable que ha tomado en su vida. Empezó como un flechazo tonto y ha durado más de lo que él siquiera podría haber imaginado.

Sucedió en preparatoria, cuando su pubertad aún no terminaba y él no era nada más que un adolescente tímido, observando al presidente de la clase detrás de las estanterías en la biblioteca. Matthew era todo lo que Jiwoong no. Era inteligente, seguro de sí mismo, sabía expresarse en clases y siempre contaba con una fuerte opinión.

Para su buena suerte (¿o era mala?), compartía todas sus clases con Matthew. La mayoría de sus compañeros pensaban que Jiwoong no era nada más que un tonto que se había atrasado tanto con las tareas, que había perdido el año escolar.

Pero ellos no sabían nada. El año anterior había sido sumamente difícil para él; sus padres habían decidido divorciarse. Entre la mudanza, las visitas con el abogado y la nueva carga que suponía tener que hacerse cargo de su hermano menor mientras su madre trabaja, lo que menos le sobraba era tiempo. Mucho menos tenía ánimos para hacer tarea.

Entre las miradas hostiles de sus compañeros y los ojos cargados de lástima de sus profesores; Matthew siempre tenía una sonrisa para él. Sin preguntar el porqué de su atraso, le ayudó a entender los temas de cálculo diferencial que aún se le dificultaban. Incluso compartió con él su secreto para memorizar las fórmulas y un pequeño truco para esconder las respuestas en su calculadora científica.

¡Pero no le digan a nadie! Es un secreto que el presidente de la clase hacía trampa en sus exámenes.

También le apoyó con la clase de literatura, la de historia y la de geografía. A Jiwoong le avergonzaba admitir que a sus diecisiete años aún había países que confundía con facilidad. Pero Matthew nunca se burló de él. Le trató con amabilidad y con cariño.

Cayó por él en tan sólo tres meses.

Le perdió en tan sólo el primer año de la universidad.