El verano pasado Matthew comenzó a trabajar en la tienda de conveniencia que se encontraba a quince minutos de su casa. Su madre había comenzado a recriminarle que un hombre adulto no debía gastar su dinero en 'muñecas'.
ㅡ ¡Son figuras de acción, mamá! ㅡMatthew había gritado molesto.
Matthew no estaba dispuesto a privarse de ciertos lujos en su vida y uno de esos eran sus figuras de acción y legos de Star Wars.
Trabajaba a medio tiempo y las personas que acudían a la tienda eran, en su mayoría, amables; el trabajo no resultaba tan pesado como se lo había imaginado. Tenía tiempo de realizar las tareas de la universidad y cuando necesitaba disponer de su tiempo durante las tardes, sólo debía pedirle al chico de la noche que le cambiara el turno. En la mayoría de los casos, Hanbin accedía.
Su turno solía estar lleno de adolescentes que intentaban comprar alcohol y cigarrillos con identificaciones falsas, él sólo debía decir que no (repetidas veces) y ellos desistirían. Excepto aquella vez que el líder de uno de esos grupos portaba con una navaja y alcanzó a abrirle la ceja. Maldito mocoso.
Como decía, su turno, aunque ajetreado, solía estar lleno de gente pacífica.
Es por eso por lo que no le sorprende cuando un miércoles cualquiera, un hombre acude a la tienda y accidentalmente provoca que uno de los estantes que contiene las bolsas de papas fritas caiga al suelo.
ㅡ¡Lo siento tanto! ㅡel hombre se disculpa.
Matthew tarda un poco en reponerse del estruendo y con dificultad le sonríe al hombre desde la caja registradora.
ㅡ No hay problema, yo lo ordeno.
Mientas camina hasta el lugar del incidente, Matthew nota que el hombre no le quita la mirada de encima, sin embargo, decide restarle importancia y procede a levantar el estante y reacomodar los productos. El hombre insiste en ayudar y él se lo permite, de todos modos, fue su culpa. Lo que sí no le permite es cuando el extraño intenta sujetar su mano debajo de una bolsa de papas fritas.
ㅡ ¡Fue sin intención! ㅡse disculpa inmediatamente.
Matthew lo hubiera dejado pasar, pero, después de la tercera disculpa, se convenció de que la visita del hombre no traería nada bueno.
Aún no habían terminado de acomodar cuando Ricky, su compañero de turno, llegó a la tienda. Matthew agradeció al universo de que por fin hubiera llegado.
ㅡ ¡Siento llegar tarde! ㅡfue lo primero que el muchacho dijo en cuanto puso un pie dentro de la tienda.
ㅡ ¡Lo importante es que ya llegaste! Regresaré a la caja registradora, tú encárgate de terminar de acomodar el estante ㅡdice con cierto alivio.
ㅡ¿Qué sucedió? ㅡel menor pregunta, saludando con un asentimiento de cabeza al extraño que aún permanecía sobre sus talones en el suelo.
ㅡ Nada ㅡMatthew responde ㅡ. Sólo un accidente.
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please (don't) leave me alone | mattwoong
Fiksi Penggemar¿Un romántico empedernido? Matthew siempre termina haciendo una mueca al leer sus mensajes. ¿Un príncipe encantador? Ese, definitivamente, no es Jiwoong. Fluff | Humor | Parte de la historia está narrada con mensajes de texto | 37 capítulos + 4 ex...