Discusión

277 33 8
                                    

-¡¿Qué es esto, Refugio?! - preguntó furioso, no podía creer lo que había leído en aquellas notas.

-Mi amor, eso...

-¿Por qué las tienes guardadas? ¡¿Escondidas?!

-Mi amor, déjame explicarte... - se acercó hablando con voz suave, se habia olvidado por completo de esas notas que había olvidado.

-¿Quién te las ha mandado? ¿Porqué no me has dicho nada?

-¿Me vas a dejar hablar?

Él se cruzó de brazos, arrugó con sus puños todas la anotas mientras esperaba respuestas.

-Las he recibido desde hace tiempo, no sé de quién son, ni me interesa, mi amor... pensé que debía guardarlas... no sé por qué.

Él se acercó a ella con el ceño fruncido.

-¿No sabes quién? ¡La misma nota dice que tu debes saber de quién se trata!

-¿Le crees más a esas palabras escritas que a mí?

-¡No me explico por que las guardaste! ¡Estoy furioso, Refugio! ¡¿Quién se atreve a meterse con mi esposa?!

Refugio negaba. -Mi amor, tranquilízate... ya no he vuelto a recibir nada, en el mercado es donde...

-¿El mercado? - bufó - ¿Cómo es posible que no me haya dado cuenta que te llegaban estas cosas?

-¡Mi amor, basta! ¡Bótalas, no me importa! - se acercó a él para abrazarlo - no te enojes, si vuelve a pasar te lo diré...

Él se alejó. -Por supuesto, eso quisiera yo. Que me diga las cosas.

Juan Carlos se fue al baño y destrozó en pedazos aquellos papelitos.

Cuquita se quedó quieta, no sabiendo que decirle más. Parecía que lo que fuera a decir, no suavizaría el enojo que traía su marido.

Juan Carlos regresó con ella.

Ver los ojitos de ella al punto del llanto le estremeció el corazón, pero él había sido herido.

-¿Alguna vez yo te he ocultado algo?

-Mi amor...

-¡Responde!

Ella negó.

-¿Entonces por qué ocultaste algo así de mí? ¿Qué acaso no te he demostrado suficiente confianza en este matrimonio?

Cuquita soltó un suave jadeo. Por supuesto tenía la confianza para contarle cualquier cosa a su marido, pero ella no quería que Juan Carlos se preocupara.

-Yo solo quería que no te preocuparas por algo insignificante como eso... seguro solo es una mala broma de alguien... yo...

-Todo lo tuyo es significante para mí - interrumpió molesto -, ¡tu sola existencia es todo para mí!

-Mi amor... por favor, tranquili...

-Espero que esta sea la última vez que ocultas algo como eso, Refugio, ¡No me gusta que mi propia mujer esconda cosas de mí! - tomó una camisa rápidamente - en el pasado podrás haberle ocultado cosas a tus hijos, incluso a tus amigas, ¡pero eso conmigo no va! - la miró una última vez - estaré abajo ordenando... ya vienen ellas.

Sin más que decir, se retiró de la habitación.

Cuquita jugó con sus manos, quedándose estática.

Jamás lo había visto tan molesto como hasta ese momento.

Cuquita dejó caer una lágrima por su mejilla y rápidamente la limpió con su dedo.

Mi Refugio de amor II: La Incondicional Donde viven las historias. Descúbrelo ahora