Cap. 1. Bienvenido a Arendelle

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Todo el mundo siempre se ha preguntado si vivimos en diferentes vidas después de la muerte, en el mismo multiverso o en otro, cerca de los tuyos o con desconocidos, aunque ya no recordamos nada una vez nacemos, ese no fue mi caso, pero mejor iniciemos con mi nacimiento, mi querida madre la reina Iduna tuvo un accidente meses antes, recibiendo un golpe en el área del estómago bajo, fue difícil que se pudiera embarazar de mi, pero lo logro, el reino festejo y rezaba todas las noches para que ambas saliéramos saludables, pasaron los meses y nací, las parteras se sorprendieron al ver mi cabello blanco, le avisaron a mi padre el cual ni siquiera quiso cargarme, mi madre comenzó a tener dificultades, comenzó a enfermar, aunque ella acepto el parto sabiendo que era riesgoso, con el paso de los años mi madre obligaba a mi padre a convivir conmigo, el siempre decía que no era mi padre ya que no me parecía a el, muchas veces escuché sus discusiones, desde muy pequeña lloraba en mi habitación, mi madre seguía enfermando, comencé a adaptarme al mundo tomando clases en escuelas, a pesar de que me molestaban, me comportaba como me educó mi madre, empecé a dominar mis poderes, sin saber que tenía más, la noche de mi cumpleaños número 5 llegué contenta y le mostré un dibujo a mi padre el cual lo rompió, me empujó diciendo que no me acercara a él, desde ahí entendí que por más que me esforzará jamás cambiaría, escuché gritos de las enfermeras quienes dijeron que no le quedaba mucho tiempo a mi madre, corrí a su habitación y mire a mi padre el cual se paró prohibiendo que entrara.

- No vas a entrar... Por tu culpa está así... Solo la enfermaste fenómeno... - dijo este molesto, me sentí mal pero lo mire retadora.

- Es mi madre y tengo derecho de verla... - dije para correr y pasar debajo de él, corrí con mi mamá y la mire quien me abrazo y comenzó a derramar algunas lágrimas.

- Mi pequeña princesa... Prométeme que vas a estar bien cuando me vaya... Vas a ser la gobernante del reino al cumplir los 18, vas a luchar por el bien del reino, no vas a dejarte llevar de los comentarios que te hagan y vas a encontrar a alguien que te quiera tanto como yo... - dijo comenzando a toser.

- Pero mamá... - dije negándome a perderla.

- Prometemelo mi flor silvestre... - dijo tomando mis manos a lo que entre lágrimas asentí, mi madre tomo una foto de mis abuelos y me la mostró. - Tu abuela... Era como tú... Si cabello blanco y esos poderes de hielo... Eres igual a mi madre... Y ella paso por lo mismo que tú... Pero supo salir adelante... Quiero que recuerdes que no eres un monstruo... Tu eres diferente e única... - dijo mientras secaba mis lágrimas, mire a mi padre entrar el cual tomo su mano y le enseño la foto, mi papá solo me miró y escuche que le prometió a mi madre que cambiaría conmigo totalmente, mi madre dió su último suspiro, seguí llorando y la abrace, me negaba a aceptar su muerte, la movía para que despertara, mi padre me cargo y me llevo a mi habitación, pensé que me consolaría, pero solo me empezó a culpar por su muerte de mi madre, entre lágrimas solo lo empuje fuera, azote con fuerza la puerta y mis lágrimas se congelaron, quite mis guantes e hice una barrera de hielo que solo yo podría pasar, solté un grito de ira y me tire en la cama a llorar, mi única amiga se había ido, con el paso del tiempo esa sonrisa que solo tenía con mi madre se esfumó, me volví fría y comencé a madurar desde tan pequeña, seguí asistiendo al colegio, al cumplir 7 años llegué al castillo y mire a mi padre con una señora, deje mi abrigo en el perchero y camine, aquella señora se acercó a mi y me preguntó mi nombre, fríamente respondí.

- Me llamo T/n... ¿Tu quien eres? - dije mirándola a lo que mi padre suspiro y me miró.

- T/n... Ella va a ser mi nueva esposa... Y vas a tener una hermanita... - dijo sonriente a lo que tire mi mochila molesta y me altere un poco.

- ¡¿Acaso estás loco?! ¡¿Vas a cambiar a mi mamá?! - dije molesta a lo que me dijo molesto.

- ¡Respeta a tu madre! - me tomo molesto del brazo con fuerza jalandome a lo que solo lo mire fijamente.

Los espíritus del bosque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora