34: No confundas las cosas.

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De más está decir que Hyunjin beso aquellos labios ajenos, no era la primera vez que lo hacía pero siempre le encantaría esa sensación.

Segundos pasaron en aquel beso al que Félix había correspondido, pero lo separó de repente.

—Exageras mucho, no puedes vivir del sexo. Y si esperas a que yo acceda a hacerlo estás jodido.

—Pero desde que estábamos-.

—Estabamos, ya lo dijiste. Si te diste cuenta estaba aburrido.

—En el auto hay algunas cosas para comer. —cambio el tema—, Iré por ellas.

Hwang no quería saber más de lo que pensaba Félix, jodería las pequeñas iluciones que tenía.

Hizo lo dicho, antes de salir había tomado algo de la nevera, mañana quizá compraría algo pero era suficiente para esta noche.

Estaba oscuro, la vieja luz del pequeño portal no era mucha, pero suficiente para dirigirse al auto, exactamente a la cajuela.

Tomando las tres bolsas, cerró el maletero y dispuesto a adentrarse a casa fue interrumpido por el sonido de arbustos moviéndose.

—Debe ser un conejo.

Era la solución más fácil, sin importancia se dirigió a casa. Félix estaba en la habitación arropando a su hermana.

—<Niegalo.. no te puedes enamorar ahora Hwang>. —pensó.

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