𝘇𝗼𝗺𝗯𝗶𝗲 𝗁𝗒𝗎𝗇

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Jeongin miraba retador a su madre, ambos en la cocina estaban listos haciendo galletas con Jisung como mediador.

—Bien, empiecen.

Jeongin las había hecho mil veces, era pan comido, Jisung le había enseñado tan bien que lo traía en la sangre.

Hyunjin estaba con Minho y el padre de Jeongin en la sala. Su padre tenía su color de piel y la sonrisa característica del castañito.

—Vaya, serás todo un alfa como lo pensamos.

—Alfa, sí, me dijeron que sí.

—Eso es bueno, que mi hijo tenga un amigo así, me siento más tranquilo sabiendo que está seguro.

—Hyunjin siempre lo cuida mucho, ha ido hasta dirección por él. —Agregó Minho tranquilamente.

—Vaya, eso es coraje para tu edad

—Bueno, no me gusta que lo molesten. —Dijo decidido.

—Sí, eres un buen prospecto, de seguro crecerás por el 1.80. —Lo analizaba.

—Innie me contó que cuidan animales.

—Ooh es cierto, muy cierto.

—¿Es divertido?

—Claro, pero es difícil.

-¿Por qué?

—Bueno, a veces son testarudos y no se dejan ayudar.

—Aah, pero ¿usted puede con ellos?

—Claro, es muy fácil usando las herramientas adecuadas.

—¿Cu-cuánto tiempo se quedarán en Corea señor? —Minho cambió de tema.

—Ooh, esperamos pasar su cumpleaños y regresar, el trabajo nos espera, tigres de bengala deben ser bien cuidados.

—A-ah.

Hyunjin miró a Minho extrañado, de repente estaba nervisos y lo había acercado a él. Pero el padre de Jeongin seguía sonriente.

Suspiró tranquilo.

—Es divertido jugar con los animales.

—Ooh sí. —Dijo con emoción entendiéndolo.

—¿Y-y para quién trabajan?

—Para muchas personas

Ésa plática un tanto siniestra fue interrumpida por los omegas del lugar quienes llevaban muchas galletas en varias bandejas. Jeongin iba satisfecho de su trabajo. Habían hecho galletas de animalitos.

Todos empezaron a comer, Jisung notó a Minho algo intranquilo. El padre de Jeongin tomó dos galletas.

—¿Les gustan los cuentos?

Ambos niños asintieron con emoción.

—Éste es uno bueno. —Entonó. —Había una vez tres becerros que vivían con su madre en una cabaña del bosque. —Tomó tres galletas figurándolos. —Un día su madre salió y les dijo que no le abrieran a nadie.

Ambos niños asintieron viendo las galletas y comiendo a la par. Minho frunció el ceño. Jisung se puso nervioso.

—Pero oh sorpresa, un lobo que pasaba por ahí escuchó como la madre los dejaba sólos. Entonces cuando su madre se fue él tocó la puerta, los becerros cuestionaron "¿Quién es?" y el lobo contestó en un tono dulce "Soy yo, mamá. Abranme"

—¿Q-qué pasó después?

—Los pobres ingenuos pensando que era su madre, le abrieron.... Y el lobo, ¡Se los comió! —Empezó a comerse las galletas.

Jeongin y Hyunjin se quedaron impactados sin saber que decir o hacer, podía decirse que si no se les hacía un trauma mínimo ya no abrirían la puerta.

—Moraleja niños, los becerros saben bien y el animal más fuerte gana. —Rio aún con galleta en la boca.

—¿Quieren más galletas? —Dijo su madre sonriente.

—Mm, ya estamos llenos. —Contestaron a la par.

Luego de eso, comer galletas no era una opción.

Minho algo estresado de la mirada, cargó a Hyunjin y le ordenó a Jisung que tomara a Jeongin, no pudo hacer nada porque se lo dijo con su voz de mando cuando los padres de Jeongin fueron a la cocina aún riendo.

—Niños, iremos al parque de diversiones.

—¿E-en invierno? —Dijo Jisung.

—Hay muchas atracciones. —Lo miró.

—Tía, tío, llevaremos a los niños a jugar afuera.

—Okey tesoro. —Le dijo desde la cocina su tía.

Hyunjin y Jeongin se miraron extrañados, ¿Qué fue todo eso? Y con todo, hablaban de tooodo.

Ni idea Hyun.

Me dio miedo esa historia.

No abriré nunca más la puerta.

Minho y Jisung hyung actúan raro.

¿Verdad? No se qué pasa.

Ni yo.

Fueron al lugar prometido y se metieron a una de las multiples atracciones, no había mucha gente porque era la tarde del martes pero si tuvieron que hacer fila unos minutos.

—Diviértanse.

—Jueguen limpio.

—Si hyungs.

Ambos entraron a ese juego donde en parejas debían buscar diversos objetos, la pareja que encontrara más, ganaba.

—¿Ya viste la bota azul?

—No, encontré un trébol pero no esta en la lista.

—¡Mi trébol! —Gritó un niño a lo lejos.

Corrió hacía ambos y lo tomó de la mano de Hyunjin feliz.

—¿Quién eres?

—¿Yo? —Se señalo inflando sus mejillas. —Yo soy, Christopher Bang Chan. —Entonó con una voz chillona como la de ambos. —Esta bota azul es de ustedes. —Se las entregó y salió corriendo. —¡Nayeon, espérame!