𝘇𝗼𝗺𝗯𝗶𝗲 𝗁𝗒𝗎𝗇

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Los padres de Jeongin habían aterrizado en Seúl. El pequeño corrió hacía ellos lleno de emoción y lágrimas en sus ojitos, no los veía desde hace mucho tiempo.

Jisung y Minho lo veían a lo lejos, su padre lo cargaba y su madre besaba sus mejillas.

—Que lindo sería ser padres. —Comentó Minho.

—¿P-padres? —Dijo asustado.

—Jaja, no ahora. —Lo abrazó. —Tal vez después, aún somos jovenes ¿no?

—A-ah claro, por supuesto.

Jeongin les contaba todas las maravillas de la escuela y la directora. También de su mejor y único amigo Hwang Hyunjin.

—¿Un amigo?

—Si papi, es alto y me puede cargar y mi mochila también, y come el triple que yo.

—Ooh.

Ambos adultos entendieron que Jeongin estaba hablando de un alfa puro. Jisung escuchaba todo tranquilo sentado cerca.

—Jisung te ha cuidado muy bien, mira que grande estas.

—Lo se, pero él es mucho más grande.

Ambos rieron enternecidos por los ademanes que hacía con sus bracitos.

—¿Te agrada mucho verdad?

—La verdad si. —Jugó con sus deditos. —Siempre me da chocolates y me cuida.

—¿Chocolates? —Cuestionó Jisung.

—Si, dijo que un amigo le dijo que me gustaban y que me diera.

Jisung desvió su vista al alfa a su lado quien la desvio al florero de la mesa admirando el patrón.

—Vaya, ¿Quién pudo haber sido? —Dijo Minho al aire

—Hablaremos de esto después Honnie. —Entonó.

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Su madre lo llevó a la escuela al siguiente día, por suerte se topó a Yeji y Hyunjin. Así que les presumió a su madre con orgulloso.

—¡Hyunjin!

El mencionado que venía de la mano de su hermana se giró al oir la voz y sonrió en grande al verlo. Luego miró con curiosidad a la mujer que lo acompañaba.

Sus cabellos tambien eran castaños como los de Jeongin, tenía sus ojos y la cara, pero ella era muy blanca a comparación de la piel acanelada de Jeongin.

—Ooh mira, ha de ser su madre. —Dijo Yeji caminando hacía ambos con Hyunjin.

Jeongin brinco con emoción y empezó a hablar con su mejor amigo.

—Mira Jinnie, ella es mi mami.

Hyunjin la volvió a mirar con curiosidad, la bella mujer le dio una gran sonrisa con dulzura.

—Wow. —Entonó.

—Tu debes ser Hyunjin.

—Un gusto. —Extendió su mano embobado.

—¡Ay que lindo es! —La tomó enternecida.

Yeji se mostró con aires de grandeza, ella lo había educado tan bien.

—¿T-tú eres su madre?

—Ah ¿yo? No no no, yo soy su hermana mayor.

—Oh, disculpa la confusión. —Regresó a Hyunjin. —Innie me ha hablado muchas cosas de ti.

—¿E-en serio? —Dijo sorprendido.

—Claro, sí eres tan bonito como te describió.

Si no le dio un pequeño paro cardíaco fue porque Jeongin lo tomó de la mano alejandolo de su madre.

—Ouh pequeño celoso, ya se que él es tu amigo, pero es muy lindo.

—Es mio mami. —Lo abrazó posesivamente.

—Me ganas por esta vez, Hyunjin ¿Quieres ir a comer galletas después de clase?

—¿Yo? —Miró a su hermana.

—Claro que puede.

—Bien, es una cita entonces.

¿Jeongin estaba celoso? No pudo evitar formar una pequeña sonrisa identica a la de su hermana cuando se quedaba viendo a su actor favorito.

Jeongin fruncio el ceño cuando su mamá dijo burlonamente cita. Le diría a su padre.

Ambos entraron a la escuela, Hyunjin seguía en su pequeña nube imaginandose a Jeongin apartandolo de cada persona y abrazandolo de esa forma siempre. Suspiró.

—Mi mami no te gano ¿verdad?

—Ah, ella es muy linda.

Jeongin bufo y se cruzó de brazos.

—Ah, pero no más que tu. —Agregó de inmediato.

Jeongin asintió satisfecho.

—Sólo yo te daré galletas. —Veía a todos lados.

—¿Y tú mami?

—No, ella no, sólo yo.

—Bueno.

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Yeji entabló una pequeña conversación con la madre de Jeongin antes de correr a la escuela.

—Nunca la había visto antes.

—Oh, nuestro trabajo es difícil, pasamos varios años en la selva.

—¿Qué hacen en si? —Dijo curiosa.

—Este, protegemos animales, los llevamos a reservas naturales y los cuidamos, es un trabajo muy absorvente.

—Ooh, no había oido eso, ¿En qué organización estan? Mi madre podría apoyarla con gusto, le gustan esas cosas.

—¿Organización? Ah si, eso... No tenemos, somos independientes y tampoco nos gusta aceptar dinero, pero muchas gracias.

—Mm bueno, es una pena.

Un poco raro, pero, siempre estaban esas personas que se arriesgaban por ellos.