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El arregló su traje correctamente planchado y amarró su corbata y peinó bien su pelo. Se miró serio y decidido en su reflejo. Se sentía poderoso cuando se en fundaba en su elegante traje, y el rolex de plata y diamantes brillaba en su muñeca. Un hombre de poder, impresionante.

Al terminar de arreglar su apariencia se dispuso a salir de su habitación para ir directo a la de Bada, se iba a despedir y a avisarle que regresaría muy pronto. Pero se quedó sorprendido cuando abrió la puerta y no la encontró recostada en la cama.

En cambio, estaba en una esquina de la habitación, siendo iluminada apenas por una pequeña lampara, tenia las rodillas pegadas a su pecho, estaba encorvada y con los auriculares puesto. Su vista estaba fija en el lienzo en suelo, manchado de pintura roja y negra, sus dedos también lo estaban, incluso su cabello. Alister y Noah estaban acostados frente a ella, custodiando su persona.

TaeYong se lamentó, sabia que Bada estaba muy triste por la decisión que prácticamente le obligo a tomar, pero era por su bien , nada valía tanto la pena como para que pusiera su bienestar en riesgo. 

Por lo menos se había levantado de la cama y estaba haciendo algo que le gustaba. Se dio animos con eso y cerró la puerta con lentitud para no llamar su atención, la dejaría tranquila y el conduciría por las calles de la ciudad con la carta de renuncia de Bada en su maletín, muy seguro de lo que haría. 

Por otra parte, ya en el centro de la ciudad, enclaustrada en su despacho temible y frío se encontraba SoYoon cumpliendo con sus responsabilidades, el mundo no paraba y ella tenia que girar con el. Aunque se le estaba haciendo algo difícil coordinarse adecuadamente, la ausencia de Bada en la oficina era notable. Y no podía ser llenada por nadie más.

Ese vacío se quedaría de esa manera, aunque viniera el mejor de los secretarios con millones de buenas recomendaciones, nadie podría habitar el lugar de Bada, no podrían tocar su escritorio, ni sus cosas, ni mucho menos su puesto. SoYoon la esperaba paciente, alejada para no estorbar. Decidida a que cuando ella pusiera un pie en la oficina por fin trataría de hacer las cosas un poco mejor, tratar... Tratar de ser como antes, disculparse y revelar... Revelar cuanto le gustaba.

El teléfono sobre su mesa sonó, ella sin despegar los ojos del computador lo tomó.

—Habla...— Ordenó con voz fría.

—Un hombre pregunta por usted.— Era la recepcionista, ella siempre hablaba con un temblor en su voz.

—¿Tiene cita?

—No pero-

—Entonces dile que se vaya y haga una cita.— Una sonrisa ladina molesta apareció en sus labios.

La linea se quedó en silencio por unos segundos, ¿Acaso esperaba a que ella cortara?

—Jefa...

—¿Qué?— Respondió tajante, casi que pudo escuchar como la mujer tragaba saliva con dificultad.

—El señor viene de parte de la señorita Lee — Por fin dijo — dice que vienen con su carta de renuncia.

Entonces SoYoon despegó sus ojos del computador y con el entrecejo fruncido por la confusión miró hacia sus puertas abiertas. Ella la esperaba.

—¿Viene acompañado?

En realidad quería preguntar si venia con ella, pero no podía ser obvia.

—No señora.

—Entonces dile que se vaya.

—Pero-

—¡Que se vaya!— Exclamó perdiendo los estribos y lanzando el teléfono lejos con violencia. No quería escuchar más, ni tampoco  creerlo.

Papper Heart - Lee Bada fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora