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En medio de su inquietud, encendió el quinto cigarrillo de la mañana. Inhaló el humo y lo retuvo en sus pulmones durante unos segundos, la sensación de calor espeso le recordaba al éxtasis, y luego lo dejó salir por sus fosas nasales pareciendo una maldita chimenea.

Su pierna subía y bajaba en un movimiento repetitivo, parecía a punto de abrir un hueco en el piso con el talón de su tacón. TAS, TAS TAS... Ese era el ruido, que se superponía por sobre el Tic Tac del segundero del reloj en su pared, que si se fijaba en la hora, era bastante tarde.

Ella no llegaría, se dijo a si misma, por primera vez Lee Bada, en todo lo que llevaba trabajando para ella, no asistiría al trabajo. Una falta, sin excusa. Le descontaría el día, por su puesto, aquí nadie tiene tratos especiales... Ni siquiera ella.

Pero eso no iba a hacerla sentir menos inquieta. Después de consumir por completo su cigarrillo, apagó la chispa de la colilla sobre su elegante escritorio de madera. Volvió a mirar hacia las puertas de su oficina, estaban abiertas, porque así de esa manera si Bada llegaba, ella iba a poder verla.

Pero ya con una hora de retraso podía asumir que no llegaría ese día. Y si no lo hacia, esto solo comprobaba sus sospechas. Una sonrisa ladina apareció en sus labios pintados de rojo.

Se echó hacia atrás con los brazos cruzados tras su cabeza. Nadie podía resistirse a ella, ni siquiera alguien tan orgulloso y rebelde como Bada. Esa actitud borde, la rebeldía en sus palabras y las miradas de desden, todo eso era una simple mascara, se había enclaustrado en una personalidad de ostra, una pequeña ostra molesta, una farsa, le gustaba a Bada y aunque tratara de ocultarlo con desprecio... Del odio al deseo hay solo un paso.

SoYoon solo necesitaba de un pequeño cuchillo para abrir esa ostra. Y así al fin poder degustar el manjar. Tal vez estaba un poco obsesionada, pero solo un poco.

El ruido estruendoso que venía del teléfono en el lejano escritorio de su secretaria logró sacarla de sus pensamientos. Lo miró con atención y luego se puso de pie pensando que podría ser ella, Bada, que llamaba para excusar su falta.

Dijera lo que dijera, igual le descontaría el día.

Llegó mas rápido de lo que le hubiera gustado, tomo el teléfono casi que desesperada y contesto la llamada.

—Bueno...

—Buenos días, disculpe — Era la voz de un chico. SoYoon se sintió algo decepcionada. —Con la señora Hwang, por favor .

—Está hablando con ella.

—Oh —Exclamó bajito el chico — Bueno, entonces... Hablo de parte de Bada, su secretaria...— Los ojos de SoYoon se estrecharon, pareciendo finas cuchillas de metal. Su mandíbula tensa (¿Quien era...?) — Ella está enferma, y no podrá asistir hoy y tal vez mañana tampoco lo haga.

—¿Y se puede saber que es lo que tiene? Como para que sea tan grave y falte dos días al trabajo— Inquirió,  con un tono gélido. Insensible.

—Bueno, eso a usted no le incumbe... Dice ella — Murmuró el chico, con algo de inquietud, su voz temblaba.

SoYoon soltó una risa nasal, sin realmente estar divertida. (No está tan mal si pueden todavía responder de esa manera).

—Bien, si es así, iré a verla por mi misma y así decidirme después si descontarle los dos días o no.—Dijo, muy segura, para luego cortar la llamada antes de que el otro pudiera hablarle.

Dejó salir un suspiro frustrado. (¿Quien era...?) necesitaba saberlo, un pensamiento rondaba por su cabeza y se negaba a aceptarlo. Un sentimiento enfermizo se apodero de ella y de su estómago.

Se fue a por las llaves de su auto, empujada por ese mismo sentimiento decidió que conduciría su hermoso auto hasta el apartamento de su secretaria, dispuesta descubrir si era una mentira o no, tal vez tratar de doblegar su voluntad. No había nada que le doliera mas a esa mujer que le descontarán un centavo de su jugoso sueldo.

La molestaría un poco, pequeña tortura. Sonrió ladina con su mandíbula tensa por el sentimiento amargo. Lee Bada se arrepentiría.

(¿Quien era ese maldito imbécil?)

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Que lo disfruten ❤️❤️

Papper Heart - Lee Bada fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora