Capítulo Tres

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•••

"No vas a ir a ese colegio este año, ni tampoco el otro."

"Preocúpate por levantar tus notas, es tu única obligación."

"¡No eres capaz de levantar un dedo si no es por tu madre!"

Aquella última frase guardaba en sí una verdad irrefutable, y quizá era más doloroso oírlo como un regaño cuando se trataba de su padre. Hubiera preferido oírlo de alguno de sus compañeros de salón antes que de él, de Han: el hombre que se supone que lo había criado. ¿Le molestaba ver que Chan seguía siendo un "niño de mamá "? ¿Acaso lo detestaba? Porque eso es lo que parecía.

El dolor en su pecho se agudizó sobremanera nada más dar un paso fuera, y como no quiso obtener ayuda de su padre, avanzó a trompicones a través del pasillo, escondiéndose entre las paredes interiores de un buró.

Su pecho bajaba y subía al ritmo de su respiración agitada, mientras él buscaba desesperadamente la manera en que eso funcionara de algo. Los ojos se le llenaron de lágrimas, frustrandolo.

"Estás bien." Murmuró una voz suave y gentil en su mente. Una sonrisa débil cruzó sus labios al ver la imagen de Yeji junto a él. "Es solo un ataque de pánico, pero no te vas a morir. ¿Quieres tomar mi mano? Me quedaré aquí contigo si quieres."

Apretó un puño, imaginando el tacto delicado de Yeji sobre él.

— Estás bien, Chan. Estarás bien.

Decirlo casi se sintió refrescante, porque enseguida sintió como el oxígeno entraba a su sistema poco a poco.

"¡Eso es, eres un campeón, amigo!"

Tomó una bocanada de aire, tranquilizandoce.

•••

— ¿Así que lo sabías?

Vio a su madre apretar los dedos sobre la caja blanca que tenía en su regazo, lamiéndose los labios sin saber qué responder. Chan bufó cuando la escuchó hablar.

— Lo sabía, cariño, pero no es como tú piensas que es—murmuró HyunJin, buscando su mirada sin éxito—. Que tu padre haya decidido darle tu salón al tío SeungMin no significa que tengas que dejar de pintar. Todo lo contrario—añadió sonriendo, y puso el paquete sobre la mesa redonda—: te he comprado esto para que te entretengas por mientras. No es igual a pintar en un lienzo, pero de seguro aprenderás rápido.

Solo entonces Chan la miró a los ojos, a regañadientes. Una sonrisa ansiosa zurcaba las delicadas facciones de su madre. Ella era una mujer muy hermosa y paciente; sin embargo, no era un buen momento para sonreír. Chan estaba furioso. Con ella, con Han, con el mundo entero.

— ¿Qué es eso?

— Anda, ábrelo—lo ánimo Yonsuk, la criada, siendo imitada por HyunJin. Él le dirigió una mirada sin importancia y la desvió rápidamente.

Con un patente resquemor, Chan se atrevio a deslizar su mirada hasta donde reposaba aquella caja, inclinándose levemente para abrirla. Cuando quitó la tapa, un reflejo oscuro le devolvió la mirada desde una pantalla apagada. Frunció el ceño.

— Es un iPad. Le dije a Jisung que la compraría para ti cuando viniera SeungMin y su esposa, pero él decidió comprarla mucho antes—comentó su madre, juntando las manos al ver que su hijo la sacaba del paquete, evaluandola...

Aquella... cosa... superaba en tamaño un celular común, pero no repasaba el de una laptop. Tenía una cámara integrada en el centro posterior de la pantalla, asimismo en la parte trasera.

Aún así, lucía inútil.

— ¿Por qué han comprado esto?—preguntó sin mirarla a los ojos, sosteniendo el dispositivo como sostendría un simple trapo sucio.— ¿Es esta tu disculpa, madre? ¿Es así como quieres que esté bien contigo?No sé usarla. No la quiero.

La devolvió a su lugar y la cubrió al tiempo que HyunJin buscaba una respuesta en los ojos cansados de Yonsuk, quien alzó las cejas al estar igual de confundida.

— Ese era el punto: que aprendieras a usarla—su voz sonó exhausta mientras se pasaba las manos por el rostro, por el cabello, como si de pronto se volviera más vieja—. Pensé que, si le instalabas un programa de dibujo digital, entonces podrías llevar tu arte donde quisieras, que la usarías también para la escuela o para mensajearte con tus amigas. No es obligatorio que la uses—asintió para sí misma, mirándolo con sus ojos enpañados—. Si no la quieres, está bien, es... Está bien.

En cuanto ella esbozó una débil sonrisa, el corazón de Chan se hundió en su pecho, sintiéndose una basura.

Desde que era pequeño, su madre siempre dió todo por verlo sonreír, pese a que era un niño sumamente serio para su edad. Nunca lo dejaba estudiar solo, y lo ayudaba en todo aquello que se le complicaba.

"Mi niño, ¿Sabías que eres el mejor en todo? Te adoro tanto."

Ella era el pilar de todo su mundo. Por lo que Chan no podía herir sus sentimientos sin sentirse fatal.

Puede que estuviera extremadamente dolido con ella por no avisarle sobre sus decisiones con Jisung, pero no podía odiarla sin odiarse a sí mismo.

Esa mañana, antes de partir a la escuela con Seokjin, se limitó a besar la frente de su madre como despedida. Solo eso, pero se conformó al ver la sorpresa brillar en la mirada de HyunJin.

 Solo eso, pero se conformó al ver la sorpresa brillar en la mirada de HyunJin

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Se me cuidan mucho, mis bonitas😭❤️ las quiero, recuerden tomar awita y tratarse bien a ustedes mismas /os, ¿Vale? Abrazos a todes

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Se me cuidan mucho, mis bonitas😭❤️ las quiero, recuerden tomar awita y tratarse bien a ustedes mismas /os, ¿Vale? Abrazos a todes.

Hasta luegoooooooooo muak muak.

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