Heartsteel Y Ella

La chica de la puerta

Era un día normal, o al menos lo parecía. Sett volvía a la mansión como de costumbre, la bolsa de la compra colgaba de su mano. Estaba hambriento, debía aprovisionar la heladera cuánto antes para poder comer. Esto era debido a que la noche anterior Kayn había deborado la comida que les quedaba. Normalmente era Yone quién se encargaba de tales asuntos.

"Si tú tienes hambre Sett, ve tú a comprar."

Las palabras de Yone resonaban en su cabeza ¿Quién se creía él para decirle que hacer? El día estaba nublado y la lluvia hacía que ir a comprar fuese aún más molesto. Sin embargo había acabado cediendo a su hambre y ahora estaba de regreso. Se detuvo frente a la puerta y sacó sus llaves para abrirla. Estaba tan sumido en sus pensamientos que las llaves cayeron al suelo frente a él. Cuando bajó la vista para tomarlas se percató de que habían caído sobre una muchacha. Sí. Había una muchacha recostada frente a la puerta de su casa.

Ella se despertó con el impacto de las llaves en su frente. Utilizó ambas manos para despegarse del piso y sacudir su cabeza casi como si fuera un animal. A Sett este gesto le pareció tierno pero antes de decir algo al respecto se detuvo. No podía ser bueno que la muchacha estuviese ahí. Era tarde en la noche y estaba lloviendo a cántaros. En la puerta había un pequeño reparo de la lluvia pero la ropa de esta chica estaba empapada. Claramente llevaba rato ahí o al menos afuera.

Ella levantó su mirada y se encontró con la de él. Ella le sonrió para luego volver a recostarse en el suelo. Casi ignorando por completo su presencia. Sett se agachó para tomar las llaves y se incorporó para abrir la puerta. Una vez hecho esto pasó un pie a la vez sobre la muchacha para entrar en la casa. Pero no fue capaz de cerrar la puerta. Sett se quedó pensando por un momento. Hacía mucho frío afuera y si él, que estaba abrigado podía sentir el frío ¿Qué sería de ella? Fue entonces que se agachó y dió varias palmaditas sobre su hombro para despertarla nuevamente.

Ella abrió los ojos y lo observó desde el suelo, aún apoyada en sus muñecas para dormir. Parecía tranquila pero se podía ver que su cuerpo se tambaleaba del frío. Pese a tener un pantalón que le llegaba hasta los tobillos y una camisa larga.

-Oye... Me preguntaba sí...- Habló Sett como siempre solía hacer, sin pensar bien que decir:- ¿Te gustaría pasar al baño?- Preguntó con algo de nervios en su voz. Ella se sentó en el piso para mirar con atención el rostro de Sett y luego asintió con su rostro sereno:- Esta bien, ven es... Por aquí.- Dijo Sett algo avergonzado por lo que acababa de proponerle. Podía ser alguien tratando de robar su nueva canción. O tal vez algún paparatsi disfrazado, o tal vez un miembro de otra banda musical... Pero por la suciedad en su ropa y el estado en que se veía a la muchacha parecía ser auténticamente alguien de la calle. Algo que llamó en particular la atención del mestizo fue la dificultad con la que la chica se levantó. Esta fue la razón por la que se acabó convenciendo de que sus primeros pensamientos eran mentira.

Y así entraron en la casa. Sett cerró la puerta tras de ella que chorreaba agua por cada hilo de su ropa. Él se aproximó a la mesa y dejó la bolsa de las compras. Como acto seguido volteo a ver a la muchacha que aún no se había movido de la puerta. Le hizo una seña para que lo siguiera y la guío por el pasillo. Juntos pasaron frente a las puertas de todas las habitaciones y llegaron al baño que estaba al final del pasillo.

-Pasa.- Dijo Sett para hacerse a un lado y permitirle adentrarse en el baño. Pero ella al ver la oscuridad que inundaba la habitación retrocedió y se abrazo a sí misma. Parecía que tenía algo de miedo. Al ver esto Sett se asomó al cuarto de baño y encendió la luz, luego se volvió a ella y le dijo: -Tranquila ¿Lo ves? Es solo un baño.- Ella se asomó por la puerta y miró todo el interior del baño en detalle. Finalmente entró para cerrar la puerta tras ella.