VII: Sentimientos en duda

119 25 17
                                    

A pesar de que ya era de madrugada Aldebarán aún no podía dormir del todo, pues al final Camus le había confesado que el había sido el responsable de que Athena se enterara de la traición de Mü, y eso lo logro a través de una carta que le dejo en los aposentos de la diosa. Esa historia tenía sentido, pero todo lo que vivía no tanto, aún le sorprendía poder convivir con el menor, aún sabiendo que este estaba muerto, suspiro un poco y trato de dormir mirando con cierta dulzura al caballero de Acuario, quien estaba a su lado durmiendo profundamente, empezó a acariciar su cabello y noto lo adorable que se veía cuando dormía.

Ahora tenía un temor grande, más grande que el de caer en la locura y ese era perder a Camus una segunda vez, pero no sabía que hacer para evitarlo, las palabras de Shaka golpearon su cabeza y sabía que esas manifestaciones eran poco comunes y que no durarían mucho.

Pero muy aparte de ello Camus tenía una razón de estar ahí, y debía averiguarlo, ya que si fuera algo normal la presencia de los demás caballeros caídos estaría por todo el santuario, pero Camus era el único que había regresado del más allá y nisiquiera era conciente en ello.

Tenía muchas interrogantes, pero sobrepensar las cosas no ayudarían, así que intento dormir a pesar que la mañana ya se acercaba. Y justo por dormir tarde, fue que se levantó tarde otra vez, ya nisiquiera pensaría que era algo anormal, pues se estaba volviendo algo cotidiano.

Finalmente se despertó y casualmente a pesar de haber dormido aún más temprano, el francés seguía en medio de un sueño profundo. Sonrió al verlo y luego de todo lo ocurrido por primera vez sintió una alegría única al despertar a lado de alguien que lo quería.

No quiso despertarlo y como tenía algo pendiente que averiguar dejo dormir al francés y salio de la habitación en silencio luego vestirse y arreglarse. Le dejo una nota al menor en la que le mencionaba que no saliera de su templo y que comiera lo que quisiera.

Aunque eso último no sabía si era necesario, pero aún así lo dejo escrito y se dirigió al templo de Acuario, talvez entre las cosas del francés averiguaba del porque había regresado. Así que se dirigió al templo de la urna y su trayecto fue tranquilo y no se encontró a nadie de sus compañeros, excepto cuando llegó a Acuario, ahí se encontró a Milo, dejando algunas flores blancas al interior del templo.

—Vaya Aldebarán... Lo que pasó ayer no debió ser tan grave si ahora caminas como si nada.—

—Por suerte no, te debo una disculpa, hasta ayer no recordé todo lo que pasó y entiendo porque me odias.— Comento Aldebarán, a lo que Milo se sorprendió un poco por esa disculpa, un sentimiento de pena lo invadió por haberle reclamado y que ahora el caballero se disculpara.

—Tranquilo, aunque te disculpes Camus no regresará.— Milo dejo las flores que le había traído a Camus y estaba dispuesto a irse, hasta que la voz de Aldebarán lo detuvo.

—Milo, se que tu fuiste cercano a Camus y compartieron algo más que una amistad, puedes ayudarme?—

—Y porque debería ayudarte? No es como si lo merecieras...— El resentimiento de Milo se hizo notar, pero Alde no daría un paso atrás, para hallar las respuestas que deseaba debía tomar todas las opciones posibles.

—Porque se que te importa Camus, quiero ayudarlo, pero no sé cómo...— El caballero de Tauro fue directo, llamando la atención de Milo.

—Pero Camus está muerto, en que quisieras ayudarlo?— La curiosidad le invadió a Milo, y quiso saber a que se refería el mayor.

Fue ahí que Aldebarán le soltó toda la verdad de lo que ocurría, al principio Milo no le creía, pero no sonaba tan imposible ya que desde unos días sentía el cosmo del caballero de Acuario, aunque hasta ahora pensó que se trataba de su imaginación, pero con el relato de Aldebarán pudo confirmarlo.

—Entonces porque solo tu tienes el privilegio de verlo!? O acaso hiciste algo para que su alma estuviera cerca de ti!?—

—Yo tampoco lo sé Milo, ahora solo quisiera ayudarlo, no es posible que el no pueda descansar en paz si su alma sigue vagando creyendo que sigue con vida.— Comentó con cierta preocupación y de cierto modo Milo también compartió ese sentimiento. Camus lo había pasado mal en vida y no era posible que ahora también lo pasará mal en el más allá para no poder descansar tranquilo.

—Camus está aquí ahorita? Camus se que dejamos muchas cosas pendientes de que hablar, pero principalmente quiero disculparme contigo!— Milo estaba apunto de gritar aún más, pero fue Alde quien lo detuvo negando con su cabeza.

—No, no está aquí... Pero tienes alguna idea de porque sigue aquí? Crees que dejo algo pendiente antes de morir.—

La respiración se le fue a Milo, y si pensaba mejor había dejado muchas cosas pendientes con el galo, pero no sabía si una de ellas era la responsable de que estuviera ahí.

—No lo se... Yo personalmente si tenía muchas cosas pendientes que decirle, pero no sé si hayan valido la pena para que Camus este en este mundo...— La impresión aún era mucha para Milo, quien tuvo que apoyarse en una de las paredes para pensar mejor en como ayudar a su ex amor.

—Cualquier cosa cuenta o mejor busquemos algo en su templo que nos ayude con este dilema.—

El heleno acepto la propuesta del mayor y ambos fueron a buscar al interior del templo algo que les ayudará a buscar la respuesta que tanto le agobiaba a Alde. Empezaron por los aposentos principales del menor y aunque todo por la ausencia del dueño estaba todo lleno de polvo, eso no los detuvo, Alde busco entre los libros del galo y Milo entre sus pertenencias principales como su ropa, y luego de mucho tiempo volvió a sentir la escencia del galo, ese único perfume que lo distinguía aun seguía impregnado en su ropa y por unos segundos Milo trato de sentirlo.

Aldebarán miro de reojo esa acción y se quedo un poco sorprendido por el reaccionar de Milo. Así que se aventuró a preguntarle.

—Es posible que aún sientas algo por Camus? O solo sientes tristeza por su partida?—

Milo dejo de apreciar las prendas ajenas y siguió buscando para ignorar lo que acababa de pasar, pero simplemente no podía ocultarlo.

—Ambas cosas... Yo si lo amaba pero luego se fue a Siberia, y fue ahí que Aioria y yo nos hicimos cercanos. Casualmente cuando el regreso de ese lugar, nos encontró a ambos en una situación comprometedora, pero aún así no nos acuso con el patriarca. Siempre me sentí culpable por haberlo herido de esa manera, incluso Aioria se alejo de mi por eso... Y me duele no haber aclarado las cosas con el. Y ahora es demasiado tarde.— Milo cerro sus ojos con fuerza y suspiro con cierta tristeza, dejando de rebuscar en las cosas del francés.— Camus no merecía acabar con su vida, pero tú absurdo consejo lo orillo a tomar esa maldita decisión.

—Lo siento, ese día hablé de más con el y tal vez si solo lo hubiera dejado pasar por Aries, esto no hubiera pasado. Pero ahora quiero ayudarlo Milo, pero no lo voy a lograr sin ti.

—Eres tan bueno que no puedo golpearte hasta matarte, y creeme que eso es lo que más deseo.—

A pesar de sentirse mal, Milo continúo con la búsqueda de algo que ayudará al francés, hasta que en un descuido Aldebarán dejo caer un montón de libro junto con una caja que esparció varias cartas por todo el suelo.

Milo tomo una de esas cartas y al ver para quien era tomo otra para asegurarse de que fuera solo una coincidencia, pero como había pensado, todas las cartas eran para una sola persona, y esa era Aldebarán.

El mayor también tomo las cartas y se sorprendió al ver qué eran para el.

—En todo este tiempo que estuve con Camus jamás me escribió una carta! Cómo es posible que para ti si haya escrito! Eso no es justo!— La molestia se le hizo notar a Milo y siguió buscando entre las cartas al menos una que haya sido para el, pero lamentablemente por más que buscará ningúna iba dedicada a el.

Aldebarán aún estaba sorprendido, y casi no noto las acciones de Milo,  abrió una de las cartas y su contenido lo dejo aún más sorprendido de lo que estaba. Se cubrió la boca con una mano y unas pocas lágrimas descendieron al ver de qué se trataba la carta.

Era una carta de amor... Una carta que jamas llegó a el y que no tuvo oportunidad de leer hasta ahora.

Continuara...

Corazón en duda [AldebaranxCamus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora