VIII: Sentimientos de angustia

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Para: Aldebarán

Aquí estoy una vez más pensando en ti, ya eres un pensamiento frecuente, es evidente que te amo, sin embargo, no conoceré jamás lo que siente tu corazón. Solo espero y quiero una muestra de amor que nunca llegará.

Me guardo la esperanza de que algún día te quedes a mi lado, mientras tanto debo fingir que no me importas y actuar con indiferencia ante estos sentimientos que tengo por ti.

La verdad es que poco a poco muero por dentro, me seco como una rama de invierno y solo tengo la pequeña esperanza de que alguna vez me ames. Cada día estoy peor y solo con verte alivio este dolor que algún día me consumirá.

Se que debería dejar de amarte, pero es una misión que ya e intentado y que se me hace imposible completar. Cada gesto que tienes conmigo lo destruyó buscando un pequeño indicio de amor o al menos compasión. Pero el resultado me duele cada vez mas, pero seguiré esperándote y escribiéndote está carta para al hombre que me enamoró, pero no se enamoro de mi...

Cada palabra, cada letra escrita en aquella carta solo reflejaban el inmenso amor que Camus sentía por el caballero de Tauro y esa carta no era la única, había varias que tal vez tenían el mismo sentimiento, pero Aldebarán ya no tenía el valor de leerlas, por que un sentimiento de culpa y dolor lo empezaban a consumir.

Milo solo reunió las cartas y se quedó en silencio mientras ponía devuelta las cartas a aquella cajita de madera. Camus había sido tan cuidadoso en ocultar sus sentimientos que el tampoco había notado su verdadero sentir, de haberlo sabido hubiera terminado con él, en vez de encadenarlo a una relación en la que solo le hizo sufrir.

De casualidad, Milo se atrevió a leer una de esas cartas y se notaba todo el amor con el que Camus lo escribia, estaba por volver a guardarla hasta que un párrafo de la carta le llamo la atención.

Me gustaría decirte que Mü ya no merece tu amor, pero no quiero ser yo quien te rompa el corazón y se que él está de acuerdo, aunque te prometo que cuando esta rebelión acabe revelaré la verdad. No mereces sufrir de esta manera y aunque me odies te abriré los ojos.

Algo en esa carta le hizo pensar a Milo que Camus tenía la intención de vivir aún si se sacrificaba por su alumno. Tenía un motivo por el cual seguir con vida a pesar de lo que sucediera la rebelión y eso lo confirmaba por la fecha en la que fue escrita la carta, pues era un día antes de que muriera. Además si lo pensaba mejor Camus era un caballero fuerte y no hubiera caído tan fácilmente, así que era extraño las palabras de esa última carta.

-Oye Alde, ya te sientes mejor?- Preguntó Milo acercándose al caballero para tratar de calmarlo.

-Si, lo siento... Nunca me enteré de los verdaderos sentimientos de Camus, me arrepiento de haberlo ignorado y solo hablarle para que tomara una decisión que le costó su vida...- El mayor se limpió algunas lágrimas de su rostro y abrazo esa carta con amor. Incluso imagino con cuánto amor habría escrito esa carta el francés, su caligrafía bien elegante y la carta decorada con pétalos de flores y rociarlo con un discreto perfume de rosas, era un detalle que aprecio Alde, pero esa burbuja se rompió ante la pregunta del heleno.

-Luego te arrepientes, esto es importante! Camus tenía un motivo por qué vivir aún después de la rebelión, y ese motivo eras tu... Lo dice en su última carta, pero no crees que algo más haya interferido para que el muriera? Es extraño, tenía la intención de revelar la verdad y el es un hombre de palabra, así que no pudo morir dejando un pendiente tan importante! Algo más paso...- Rápidamente el caballero de Escorpio le mostró esa carta a Aldebarán y si tenía razón, sus manos temblaron ante la teoría que sacaba, pues tal vez era cierto que Camus.-Habla con Camus, que te explique porque realmente está aquí.

Corazón en duda [AldebaranxCamus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora