XIII: Sentimientos perdidos

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¿Recordar la rebelión?

¿Había sucedió algo parecido?

Lentamente Camus negó con la cabeza y luego se mostró confundido.

—Qué rebelión Milo?— Preguntó algo extrañado el francés, a lo que Milo suspiro, pensó en contarle todo lo que le ocurrió a Camus para ver si encontraba lo que buscaban. Pero fue detenido por Aldebarán.

—Milo, creo que es demasiado tarde para discutir este asunto, Camus debe descansar al igual que tú... Mañana ya resolvemos el problema.—

Milo mordió ligeramente su labio, esperar un nuevo día solo haría que la ansiedad lo consumiera, pero entendió que no era el mejor momento para interrogar a Camus ya que este no recordaba lo que había sucedido. Un suspiro abandonó sus labios y trato de mostrar su mejor sonrisa.

—Tienes razón Alde, es un poco tarde... Pero mañana volveré más temprano, sino es mucha molestia me gustaría desayunar con ambos.— Propuso un poco animado, tratando de olvidar que debían buscar al último responsable de la muerte del menor.

Por su parte Aldebarán acepto la propuesta del caballero, solo esperaba que no volviera a sacar el tema de la rebelión frente a Camus. Siendo de esa manera Milo se despidió de ambos y se dirigió a su templo, mientras que Aldebarán llevo al francés hasta su habitación y ambos de recostaron en la cama, sin duda había sido un día bastante agotador, solo esperaba que para mañana encontrarán las respuestas que deseaban, Aldebarán trato de descansar una vez que entro a la cama, pero las dudas de Camus empezaron en cuanto eso paso.

—Alde... Sobre lo que dijo Milo, a qué se refería?—

—Mañana lo discutimos Camus, por ahora trata de no preocuparte, no es nada malo...— Obviamente mintió, para cuando llegara la mañana esperaba crear una buena excusa para que el menor no pensará en las palabras de Milo.

Por su parte Camus noto que Alde estaba cansado, así que solo asintió a su respuesta y no pregunto más ya que al parecer no era el momento adecuado. Así que antes de dormir solo le dió un beso al mayor en la frente y se acorruco a su lado para descansar, aunque está vez no pudo hacerlo,  ya que la pregunta de Milo si le había dejado mucho que pensar. Lo que causó que Camus está vez se quedará despierto y Alde no lo notará.

Así llegó la mañana siguiente, era un nuevo día pero no el mejor de todos. En el templo de Escorpio Milo se alistaba para ir devuelta a Tauro, está vez si sentía que podía averiguar más, así que estaba con los ánimos de seguir ahora que podía ver Camus.

Estaba por salir de su habitación, pero justo en su intento de hacerlo Aioria empezaba a despertar.

—Milo?— El caballero se sentó sobre la cama mientras tallaba sus ojos, al ver mejor noto que su novio ya estaba vestido y al parecer estaba por salir.—Que haces?

—hmm Bueno hoy pensaba desayunar con Aldebarán... Tú puedes ir al templo principal. Y ya nos vemos más tarde.— Dijo algo nervioso, a lo que solo recibió una mirada molesta de Aioria, pues al parecer su pareja seguía enfrascado en el asunto de Camus.

—Y si te ayudo en tu investigación? Mientras más seamos creo que podremos acabar de una maldita vez con esta situación. Te preocupas mas por un muerto que por mi!—

—Lo se, pero te pedí tiempo, pensé que lo entenderías.—Comento Milo con cierta tristeza, no quería alterar a Aioria por lo que trato de hablar con amabilidad.

—Claro que entiendo! Entiendo que Camus es más importante y me estoy cansado de que lo pongas en primer lugar... Y yo sea tu segunda opción.—Aioria terminó por levantarse de la cama y fue hacia su novio a confrontarlo.— Estábamos bien hasta que Aldebarán apareció... Y luego tú obsesión por saber sobre la muerte de Camus, que debes encontrar en eso? Si fue Hyoga quien lo mató!

Corazón en duda [AldebaranxCamus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora