X: Sentimientos personales

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Aioria se sentía confundido luego de sus sueños, despertaba de golpe y por más que tratara de recordar, no captaba el momento en el que lástimaba a Camus, y si no lo recordaba talvez todo era producto de su imaginación, por lo que no le dió más vueltas al asunto y se levantó de su cama y pensó en ir a ver a su novio, no lo había visto en toda la mañana, asi que sería un buen momento para ir a visitarlo. Se arregló su ropa y se dirigió al templo de Escorpio, llegó en solo unos minutos agradeciendo que sus templos quedarán casi cerca, se adentro al lugar en silencio, pero detuvo sus pasos al escuchar una discusión entre su novio y el caballero de Tauro.

Quiso irse para no molestar, pero algo llamo su atención que hizo que se quedará.

"No es conmigo con el que debes pelear sino con la persona que causó su muerte, y es muy probable que sea Mü, así que piensa mejor las cosas y no seas tan egoísta"

De quedó pensando en que hablaban, así que para no quedarse con esa curiosidad se acercó a ellos, viendo como ambos caballeros estrechaban la mano.

—Ayer eran enemigos y hoy son amigos?— Preguntó con cierto tono divertido el caballero de Leo. A lo que Milo dejo de tomar la mano de Alde y se acercó a su novio.

—Qué haces aquí? ¿Acaso no era hora de tu descanso?—

—Vaya forma de saludar a tu novio, no pude dormir así que vine a verte.— El caballero se sentó en medio de la sala y en la mesita del lugar observo una carta, su curiosidad le llevo a qué tomara la carta, pero ante de siquiera leerla Aldebarán se la arrebató de su mano.—Oye!

—No deberías leer una correspondencia ajena, yo me retiro Milo, debo hacer algunas cosas.— Aldebarán guardo su carta en uno de sus bolsillos y se dispuso a irse.

—Alde está noche vendré a tu templo!— Milo aviso aquello aún temiendo la reacción de Aldebarán, pero por fortuna este solo asintió con su cabeza y ante eso se sintió aliviado, talvez ahora si podría ver a Camus y por eso estaba emocionado, hasta que su novio lo distrajo.

—Nisiquiera iba a leer la carta, no tuvo por qué reaccionar así...—

—Ya olvidalo Aioria, tu también tienes la culpa por tomar cosas que no son tuyas.— Milo empezó a buscar por su templo algunas pastillas que tenía para Aioria, puesto que desde hace un tiempo sabía que su novio no podía dormir, y la única solución eran esas pastillas de dormir aunque solo lo utilizaban rara vez. Cuando por fin lo encontró le dió el frasco a su novio junto con un vaso de agua.—Esto te ayudará, ahora ve aunque sea a mi cama y trata de descansar.

—Gracias, pero no me siento cansado, además tengo ciertas dudas, ¿Qué hacía Aldebarán en tu templo?—

—Nada importante, ahora ve a dormir... Y deja de meterte en asuntos que no te involucren.—

—Si fuera Camus me hablarias de esa manera?— Aioria sonrió con cierta tristeza tomando una de esas pastillas en su mano, Milo se dió cuenta de cómo le estaba hablando a su novio y algo arrepentido se acercó a él. Estaba tan estresado con lo que había descubierto que había olvidado por completo como tratar a su pareja.

—Lo siento... no quise hablarte así.— Milo le tomo del hombro a su novio, pero Aioria lo golpeó en el pecho para que no lo tocará.

—Olvidalo, iré a dormir.— Aioria se tomó aquellas pastillas y fue a la habitación de su pareja. Cerrando la puerta con un seguro, le había ofendido que Milo le hablara tan mal, así que era mejor que ambos se tomarán su tiempo, pero Milo quiso arreglar su error antes de que se fuera a dormir, pues hablo con fuerza para que lo escuchará.

—Aioria por favor realmente no fue mi intención hablarte de mala manera, es solo que... Me enteré algo con respecto a la muerte de Camus y no podré descansar tranquilo hasta saber que paso realmente, porfavor entiéndeme.—

Corazón en duda [AldebaranxCamus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora