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Jungkook hizo una mueca cuando bajó la mirada hacia la marca de apareamiento ardiendo en su hombro. Quiso estrangular a los ancianos cuando les dio el nombre de Taehyung y luego sintió la dolorosa sensación ardiente en su brazo. Los ancianos no eran solamente astutos. Eran francamente aterradores.

El Anciano Wook ni siquiera consideraría la posibilidad de romper el apareamiento. Dijo que una vez que estuviesen apareados y su apareamiento registrado, era un trato de por vida. No había vuelta atrás. Kim sería la única pareja que tendría, así que sería mejor que solucionara las cosas.

Después de aceptar, reluctantemente, que estaba apareado a Taehyung, los contenidos del sobre casi habían roto el control de Kook. No le importaba mucho que tuviera que joder a su pareja al menos una vez cada veinticuatro horas. Su problema era que no podía encontrar a su pareja para joderlo.

Eso estaba volviendo loco al hombre. Nadie le daría la dirección de la habitación de Tae. Todos parecían demasiado preocupados con su propio apareamiento o registrando un apareamiento o sólo permaneciendo apartados de todos los demás.

Incluso los guardias del consejo parecían estar ocupados. Jungkook había decidido decir que se todos se fueran al infierno e irse, pero había sido detenido en la puerta de entrada. Dentro de las primeras veinticuatro horas no se le permitía irse a nadie sin una pareja. Jeon tenía que esperar.

Kook apretó sus manos mientras caminaba a lo largo de un pasillo de piedra. Había estado yendo y viniendo por los pasillos y escaleras por lo que parecían ser horas. Cada cierta cantidad de pasos se detendría y olfatearía el aire, buscando el olor de su pareja. Todo lo que podía oler en ese momento era a los dos guardias al fondo del pasillo.

La puerta que resguardaban los dos hombres se abrió repentinamente. Uno de los guardias tomó una gran bolsa de una mujer mayor y luego dio un paso atrás. La mujer apresuró a dos niños pequeños. La mujer, los dos niños, y el guardia avanzaron de prisa por el pasillo en la dirección opuesta de Jungkook.

Algo en los dos niños pequeños captó la atención de Jungkook. No estaba seguro de si fue el color de su cabello o los ojos azul grisáceos de la niña pequeña cuando ella lo miró por encima de su hombro justo antes de virar en la esquina. Sabía que estaba intrigado.

Jungkook empezó a seguirlos cuando un hombre rubio salió por la puerta hacia el pasillo y se volteó para ver a los otros marcharse. Kook se detuvo. Sus manos se apretaron mientras un gruñido bajo crecía en su garganta cuando lo alcanzó el dulce aroma de Kim.

—¡Kim Taehyung! —gruñó.

El hada y el otro guardia se dieron la vuelta. El rostro del rubio palideció, y se lanzó al interior de la habitación. Kook oyó la puerta cerrarse de golpe, pero ya estaba corriendo hacia ella. Ninguna cerradura o guardia iba a mantenerlo alejado de su pareja. No esta vez. Taehyung le pertenecía, y tenía todo derecho sobre su pareja.

El guardia se paró en una postura defensiva cuando Jeon llegó a la puerta. El castaño desnudó sus caninos y emitió un gruñido bajo y retumbante.—Puedes moverte o morir.

El guardia tragó con fuerza, pero se mantuvo firme. Su mano se apretó en la culata de su pistola. Alzó su otra mano como si fuera una barrera contra Kook. —Soy el guardia asignado al Anciano Kim. Es mi deber protegerlo.

—¡Él es mío! —Espetó Jungkook.

La boca del guardia se abrió de golpe. —¿Te has apareado al Anciano Kim?

—¡Mío!

—No sabía que los ancianos iban a tomar parte en los rituales de apareamiento de esta noche.

lค งēr໓ค໓ rēงēlค໓ค ēຖtrē ēl hค໓ค ฯ lค pคຖtērค.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora