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Jungkook estaba tan nervioso que su estómago estaba dando vueltas. Y tenía muchas razones para estar nervioso. Habían dejado a su hermano con uno de los guardias del consejo. Tenían que pasarlo a recoger y llevárselo al consejo para enfrentar cargos por asalto y cualquier otro cargo que le adjudicara el consejo.

Jeon todavía no sabía quién iba a hacerse cargo de la manada. Tal vez Hoseok, aunque él dijo que no quería. Kook dejaría que el consejo decidiera quién iba a encargarse de la manada porque sabía malditamente bien que no iba a ser él. Ya había sufrido mucho por culpa de ella.

El cuerpo de Jeon Hyun Bin había sido llevado a casa para su entierro. El castaño seguía procesando la muerte de su padre. No porque hubiese matado al hombre, sino porque Hyun Bin nunca volvería a amenazarlo a él, a su hada o a los niños. Más allá del hecho de que había tomado una vida, a Jungkook no podía importarle menos el hecho de que fuera su padre el que estaba muerto.

Se estaban dirigiendo a la casa de campo de Tae para reunirse con los pequeños, y eso era todo lo que le importaba. También era lo que lo estaba poniendo tan nervioso que podría explotar. Había estado bien cuando estaban en el avión. Incluso había disfrutado manteniendo a Kim distraído en el estrechísimo baño. Fue sólo una vez que aterrizaron y se dirigieron a la casa de campo que sus nervios se alteraron.

Jungkook sabía que Taehyung dijo que los niños lo amarían, pero un héroe imaginario era muy diferente a un padre en la vida real. De todas formas, ¿qué sabía él sobre niños? Ellos eran pequeños, y babeaban y hacían berrinches cuando las cosas no salían como querían.

El hombre se rió entre dientes mientras miraba por la ventana. Demonios, sonaban como él cuando se le metía una idea en la cabeza. Tal vez eran más parecidos a él de lo que pensaba. Jeon esperaba que el rubio pudiera lidiar con ellos tres.

—¿Cuánto falta?

—Oh, ahora realmente suenas como los niños. —Taehyung se rió.

—Tae.

—Acabamos de llegar a la entrada.

La pantera miró por la ventana. A menudo se había preguntado en donde había vivido su hada en los últimos cuatro años. Había imaginado una villa en algún lugar o un gran edificio con sirvientes que complacieran cada una de sus necesidades. No esperaba una casita pintores en el campo.

—¿Esta es tu casa de campo?

—Sí, —Tae sonrió—. Es una casa en el campo. ¿Qué esperabas?

—Algo un poco más grande, supongo. Eres un anciano después de todo.

—Y esa es una posición estrictamente voluntaria. Recibimos un estipendio anual para gastos y habitación y comida para nosotros y para nuestra familia inmediata en el castillo de la UPAC, pero todo lo demás sale de nuestros propios bolsillos.

—¿Pero no me dijiste que tu familia era bastante acomodada?

—Así es. Pero yo no. —Kim miró a sus manos e inhaló profundamente—. Cuando nacieron los gemelos, mi familia sintió que ellos interferirían con mis deberes como anciano. Ellos querían que los diera en adopción a una familia desconocida. Mi madre incluso encontró una agradable familia en Canadá para que se los llevaran.

—¡No! —Espetó Jungkook antes de que moliera sus dientes con fuerza—. Nuestros niños no van a ser dados en adopción.

La risa de Taehyung fue temblorosa. —Eso fue lo que dije. Así que, me dieron a elegir. Podía dar a los niños en adopción y ejecutar mis deberes como anciano con la mejor de mis habilidades, o podía criarlos por mi cuenta. Tomé a los gemelos y se mudaron al castillo del consejo conmigo al día siguiente. No he hablado con mi familia en persona desde entonces.

lค งēr໓ค໓ rēงēlค໓ค ēຖtrē ēl hค໓ค ฯ lค pคຖtērค.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora