- HÁBITOS Y CRÍA DEL ZORZALINO VIPERINO -

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 Parte 5

Reunidos serán 3. Eclipsarán con su poder, coraje y fuerza impolutas. Unidos a ti por la carne y la fraternidad. Temerás por su salud y bienestar, no dormirás por sus alegrías y no podrás cambiar el destino funesto cernido sobre ti. Te colmarán de flores, halagos con los afectos más humildes y sentidos, dado será, innegable su valor sobre cualquier "invaluable" elogio enmudecido u honorable ataúd tallado en mármol o árbol raro y extinto, por la gracia de quien juras entregar tu vida sin miedo, pero mis apuestas en ti son claras y sin ninguna duda, no suplicarás por su gracia, sino por mí, porque yo soy lo inclemente e inevitable. 

Aun así, no me creas inmisericorde pues, reunidos son mis 3 regalos más tu anillo de bodas, belleza sin vanidad será tuya, atraída por el valor y la pericia, que acompañan el anhelo y el cariño. 

Cuida de mis regalos modestos y yo ganaré para ti lo insólito e impensable, pues blandida con templanza, finura delicada y agarre firme, no abra jamás quien te hará sombra, ningún insulto perdurará sin castigo y nadie amargará tu pan y vino. 

"El ocaso de todos los mañanas" 


Arrodillado sin que la más tenue brisa perturbe su temple y concentración, puesto que, a la más mínima sensación de mecerse la campanilla, lentamente cambiaba la orientación de su anillo en perfecto equilibrio, pues de él dependía que el trono dorado no fuera perturbado; ya él durmiera de rodillas o de pie, dado que siempre tenía que estar dispuesto, aún en sueños, a estar entregado al Emperador. Inclusive con todas las medidas de mitigar la fatiga que se cernía sobre su cuerpo y soportar con la debida rectitud, era consciente que la penitencia sería más sencilla si simplemente aquella fiera venenosa no hubiera actuado como un calvario agónico, pero ¿Cómo se le puede pedir a un animal que deje de actuar como uno?, por lo que no le quedaba más a Musan que tener la concentración serena para realizar la proeza de su penitencia, pues, aunque 1000 kilos puedan ser sencilleces para que cargue un custodio, se vuelve con los días al equivalente a como una persona normal puede cansarse de sostener una aguja con un solo dedo, simplemente, llega a ser extenuante con el pasar del tiempo, porque ningún cuerpo es perpetuo, estático e inmutable, por consecuencia, en el suelo, cargando con el castigo de sus actos, Musan permanece agotado, pero en trance inquebrantable. 

- ¡Oye tú! - patea suavemente el anillo de piedra de su pupilo - Estoy molesto contigo ¿cómo te atreves a presentar reprimendas con otro antes que yo, tu dilecto superior directo? - la voz familiar de su maestro es de un carácter único para Musan, pero lo que realmente rompe su trance, es el balanceo de su gigantesco anillo, que lo obliga nerviosamente a recobrar pronto el equilibrio para no sonar su campanilla. - ¡Señor Dagmars! ¿Qué hace usted aquí? - ¡Lo obvio, vine a buscar a mi querido y descarriado pupilo! - Pero señor, estoy en medio de un...- ¿y? ¡Me ofendes! ¿No crees que tu Maestro pueda llegar a un acuerdo con un "querido" hermano? - ¿...Para terminarlo? - Ah... Pequeño Jaguar... – Dagmars coloca la caja envuelta a un lado y se agacha junto a Musan, pellizcándole la oreja - ¿por quién me tomas a estas alturas? ¡Obvio que para duplicarlo! - se levanta y retoma entre sus manos la caja envuelta – Bueno, quien es el "noble y querido" hermano que se encarga de tu castigo...

- Supongo que soy yo...- responde Lulach, dando a notar en su tono de voz, que lleva rato presenciando la discusión de ambos. Dagmars al voltear guarda silencio por la impresión de semejante vista – No se preocupe, suelo ocasionar ese tipo de reacción a los nobles y "queridos hermanos" que descubren lo insólito de mí. - Dagmars recupera la correcta educación, sin poder evitar, dejar caer un halago ante la verdad – los comentarios y rumores sobre usted son una cosa, pero verdaderamente el Emperador tiene una joya hecha carne entre nosotros. - Lulach ya se encontraba inmunizado de los rubores, pero, no dudó en lo absoluto que estaba ante el maestro de los piropos sinceros y su destacado pupilo. - hermano, veo que la frugalidad de los halagos no es común en ustedes dos. -oh, discúlpeme, hermano Lulach, fue inevitable. - Definitivamente no me resulta en nada predecir las sorpresas de los demás con respecto a mi apariencia, pero he de cambiar de tema ¿que lo trae por aquí, estimado hermano...? - Dagmars Sajonia, un placer. - ¿Dagmars, la lluvia escarlatina? - ante la pregunta, Dagmars no pudo evitar una leve mueca de desagrado ante la popularidad de un espantoso título – haa... ese apodo está muy mal ganado, preferiría el "sable cíclope" o mejor "alegante calígine", algo más bonito, porque "lluvia escarlatina" suena lindo, pero en la práctica, no es nada lindo, es bastante asqueroso... - Capitán Dagmars, se está dejando llevar de nuevo – exclama Musan aún sosteniendo el anillo – tienes razón. - responde a su pupilo apoyando su peso en dicho anillo de adamantio con un poco de mala intención, intentando sabotear el castigo de Musan. - Pero, lo que me trae aquí hermano Lulach es para pedirle hacer doblemente pesado el castigo del hermano Musan...- Lulach queda sorprendido ante la petición, pues lo acostumbrado sería una rebaja a la condena no el doble de la misma, por lo que le fue inevitable preguntar – ¿por qué? - ¿Por qué, "qué"? - hermano Dagmars yo asumiría que usted pediría el favor de perdonar a su... - No, por supuesto que no, procuro que todos en mis filas cumplan con el correcto y deber ser, tal cual como el Emperador esperaría de mí, así que estoy agradecido con su amabilidad y disciplina con uno de mis pupilos, hermano Lulach, así que permítame participar con usted – ante las asertivas palabras de Dagmars, Lulach asiente complacido, invitando con un sutil movimiento de su mano derecha a que Dagmars le acompañase - ¿y qué considera que sea correcto gran maestro Dagmars? - pregunta Lulach guiando a Dagmars hacia los enormes anillos de adamantio - "le pondría 3 anillos y 5 días más" - eso no es el doble, hermano – tampoco es el triple de los días, si falla, cargara 4 veces más el peso propuesto y 2 días más por eso.– veo que no le dará el más mínimo respiro (?)- por supuesto que no. porque lo respeto; es lo correcto y medido. - responde mientras camina hasta llegar a los anillos – ¡Musan! Sobre ti pondré 3 anillos más y 5 días a tu penitencia. - Dagmars colocó con delicadeza su caja envuelta sobre el piso de mármol y no esperó aprobación de Musan, pues un castigo no requiere la aprobación del implicado para recibirlo o cumplirlo, los penitentes solo deben obedecer y ejecutar.  

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