LIBERTADES DISFORMES

- HÁBITOS Y CRÍA DEL ZORZALINO VIPERINO -

Parte 6

Es imposible pensar que, destinados a ser un muro infranqueable, indestructible e imponente para proteger al Emperador, puedan, sentir el cansancio casi como cualquier hombre vulgar, si bien aquello es una sensación inútil y descartable en el fervor de cualquier conflicto, no significa que no se permitan sentirla en tiempos tranquilos. Porque es destructivo mantener tensión sin necesidad y solo desemboca en el colapso de cualquier orden, estructura o sociedad. Es de tontos pensar que un palacio es más importante que quienes lo protegen, dado que ningún activo es descartable ¿qué sentido tiene un edificio sin nadie que lo habite o mantenga? Ambas partes son vitales, sino fuera así, entonces no importaría enfrentarse despojados de estructura, orden o equipamiento al atemporal y la masacre.

El debido uso, descanso y mantenimiento de un todo, es el correcto desempeño de cualquier máquina, hombre o constructo, que garantiza en la mayoría de los casos su reutilización y optimización. 

4 horas, solo 4 horas, quién sería el desvergonzado en el deber que dormiría más que eso(?) aun así, aunque lo quisiera, aún cuando lo suplicase y rogase, Musan jamás podría dormir más horas, dado que, entrenados y perfectamente creados, a su cerebro y funciones, solo les bastarían 2 horas de sueño para reponer la fuerza perdida, tomar las 4 son déficit y pereza. Pues rendido boca abajo en su lecho, con la cabeza tumbada sobre la almohada contemplando sin mirar la luz del mediodía que se cuela delicada como un cuento de hadas, está despierto y pensativo, sobre el pecado de la perfecta obra del Emperador, y como envidia, aunque sea solo por una vez, dormir las 8 horas de sueño de cualquier y corriente mortal; porque el dolor ya se ha desvanecido de sus músculos, que se habían resentido por el peso de los anillos, pues lo que debió ser 12 días de castigo se extendieron a 26 por la gracia del " predilecto maestro" que ante su impaciencia al terminar el primer ciclo de lo que hubiera sido el final de su castigo, había tirado al Emperador y anillos con poca sutileza dejándolo rodar raudo y salvaje, Que significativa falta de respeto recaló su maestro en tono burlón mientras tomaba el té.

- acaso el "Emperador" está hecho para que lo tires a rodar, mi querido pupilo(?) - le había hablado con una sonrisa, pues, estaba esperando solo una excusa por más mínima que fuera para poner en marcha la otra mitad del castigo. A Musan le había tomado unos segundos para recapacitar en lo que había hecho, pero ya era tarde para enmendarlo- Uuumm... No sé ¿qué opinas Lulach, deberían ser 10 días más? - que sean 15... tirar así al Emperador tan descuidadamente, definitivamente ameritan unos 15 días más y unos 6 anillos más.- sin poder rechistar ningún tipo de queja, sobre Musan, el maestro Dagmars había dejado caer de nuevo todos los anillos, ahora quedando como una ínfima y diminuta base de una torre en perfecto equilibrio que lo supera en dimensión y peso; que dolor es para el cuerpo aguantar semejante peso, pero Musan no fallaría, pues él entendía que esto se había vuelto otra prueba más para demostrar la gloria del emperador a través de su obra. Aunque sus músculos se reventasen como el sonido de un látigo, el no fracasaría. Solo... pidió intercambiar unas palabras con su maestro, un mensaje que Musan sentía que debía ser entregado, pero que en aras del deber él mismo no podía dar.

- ¿Quieres que le diga a la Señorita "Fio" que se vuelva tu escriba? - Pregunta Dagmars al agacharse y ver a su pupilo luchando con el peso sobre sus hombros. - ¡No maestro, quiero que ella sea lo que sea que fuera con el hermano Artem para cuidar de Vesperion! - Eso suena a un escriba... - responde Dagmars mientras con un solo dedo intenta agitar la torre de anillos de su pupilo – ¡HAAA! ¡MAESTRO! - grita Musan de dolor, que luchando por no perder el equilibrio se había golpeado la cabeza con el anillo sobre él. - Está bien, está bien, ya no te molesto más... entonces que sea "escriba" ¿eso es todo? - ¡Sí! solo que me espere un poco más... y discutiré su remuneración. - ¡Ok! le daré tu mensaje -