ƈǟքɨȶʊʟօ 2

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Cuatro Semanas más tarde, el ejército estaba en movimiento, y una tempestad invernal en la cima del paso montañoso aportó miseria a la marcha. Temblando, Jeon colocó sus brazos a su alrededor. Sus botas estaban empapadas y la nieve se arrastraba con cada paso que daba. Él no se quejaba, el resto de los hombres compartían su miseria, sean esclavos o soldados libres. Sólo los líderes se desplazaban en sus vehículos.

A su lado, Jimin, vestido con ropas de paño negro, tropezó y cayó sobre sus rodillas. Jeon se detuvo y se volvió hacia el muchacho, yendo en contra de la corriente humanitaria lo puso en pie. El muchacho se apoyó en él jadeando con el esfuerzo, Jeon maldijo en voz baja. El niño era demasiado débil para un viaje como este. Deberían haberlo dejado atrás en el cuartel de invierno.

Jimin temblaba de frío, cansancio y desdicha. Jeon pasó un brazo en torno a la cintura del muchachito. —No estamos lejos, muchacho. Vamos a armar el campamento en breve. —Jeon esperaba que realmente fuera así.

Jimin pareció obtener algún tipo de fuerza de sus palabras, después de todo, eso era todo lo que importaba. Ellos caminaron juntos compartiendo el calor de sus cuerpos de la mejor manera posible.

Jeon suspiró aliviado cuando vio a Jessi levantar su mano para que se detuvieran. Él apartó a Jimin de su lado y esperaron a que la caravana personal de Jessi los alcanzara. Los dejaron en el centro del campamento emergente y se acurrucaron en la parte más fría intentando protegerse del viento. Si bien tenían prohibido ayudar en la instalación del campamento, ellos no debían estar en ningún otro lugar cuando ella regresara.

Los demás esclavos se reunieron lentamente, y por primera vez no hubo discusiones sobre status o lugar. Todos se sentían muy miserables para hacer otra cosa que aproximarse uno al otro en un esfuerzo para mantener el calor.

Jeon bajó la cabeza con sus brazos cruzados, intentando calentar su rostro y esforzándose en relajar su cuerpo sabiendo que estaría más caliente de esa manera. Dios, odiaba este maldito lugar. El conocimiento de que cada día se acercaban más a Tranaden lo carcomía, alimentando sus miedos. Cerró los ojos con fuerza, intentando alejar las imágenes de su mente, los horrores de su captura, el día que su mundo se vino abajo y su esclavitud comenzó.

No podía apartar la sensación que el destino no había terminado con él, y con miedo de volver a encontrarse con ese hombre. El comandante. El monstruo que, delante de sus ojos, arrancó la garganta de su capitán con una mano. El pensamiento no trajo nada. Sólo miedo irracional, que no podía controlar.

Dos días después su miedo se hizo realidad. Después de descender por las frías montañas, el clima cálido y la rica belleza de Tranaden fue un alivio para las tropas de Jessi. Pero Jeon mantuvo sus ojos hacia abajo y su atención centrada en cada etapa que lo acercaba al lugar donde no deseaba ir. Cerró los ojos y el corazón hacia el paisaje lujurioso que los rodeaba. No podía sentir nada excepto odio y un fuerte sentimiento de... algo, una sensación de cambio o incómoda fatalidad.

Un gran contingente del ejército Tranaden y esas odiosas máquinas rodearon el ejército de Jessi en la frontera. Jeon sólo podía estremecerse al ver los uniformes de los soldados. Ellos fueron escoltados hasta el palacio con pocas ceremonias y en silencio. El palacio era una estructura formidable construida en la ladera de las montañas de modo que se cernía sobre el valle ubicado más abajo. Jessi y un pequeño grupo, que incluía a Jeon y Jimin, fueron admitidos en el interior de las grandes puertas del palacio.

Jeon tembló cuando vio las macizas puertas cerrarse detrás de ellos con un ruido audible, atrapándolos en el interior.

Horas más tarde, Jeon podía sentir la impaciencia de su ama desde su lugar arrodillado a su lado, con su cabeza baja en una posición sumisa adecuada. Jimin se arrodilló tembloroso a su lado, su rostro hinchado por los golpes de puño de Jessi —una señal tangible de su frustración. Más temprano ese día, ellos fueron escoltados dentro del palacio para encontrarse con el emperador de Tranaden, allí los mantuvieron esperando la mayor parte del día, algo que no ponía a Jessi de buen humor. Recientemente fueron informados que estarían presentes en la fiesta de esa noche y luego serían recibidos por el emperador.

ɛʟ ɛʍքɛʀǟɖօʀ ʏ ֆʊ ǟʍǟɖօ ʟօɮօ  | ȶǟɛӄօօӄ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora