Los humanos antiguos los mas avanzados de su época tenían la misión de ser el manto de responsabilidad, pero nada se da como se espera, acompaña a nuestra especia en un loco viaje en un lugar lleno de guerra, muerte y destrucción constante.
Esta es...
Al observar el frio espacio se notaba una gran oleada de esclavizadores los cuales se dirigían hacia la flota de Ultramar, en la desesperación, Forthencho dio la orden para que varias de las naves con el pulso de energía mas grande salieran a su encuentro, con suerte al sentir tal cantidad de energía los esclavizadores atacarían las naves evitando que estos lleguen a la flota.
Era una apuesta arriesgada, por que estaba sacrificando las naves nodrizas mas grandes de la flota, mientras ordenaba la completa evacuación de la tripulación de estas naves, una ves todos fueron puesto asalvo Forthencho envió las naves, mientras los esclavizadores se acercaban notaron la gran cantidad de energía proveniente de las naves por lo que se pegaron a ellas mientras succionaban la energía de estas; al ver que su plan funciono Forthencho ordeno que todas las naves que pudieran dispararan los cañones de partículas hacia la naves nodrizas.
Las naves como pudieron se colocaron frente a los esclavizadores para disparar sus cañones, el caos al darse cuenta de lo que tramaban volvieron a tapar los cañones para evitar que sean disparados, pero los soldados cumplieron con su misión y dispararon, muchas de las naves explotaron por la masiva cantidad de demonios y naves tapando la salida del cañón, otras lograron su cometido y pudieron borrar a los esclavizadores, salvando así la flota por el momento.
Forthencho: No olvidemos el sacrificio de nuestros hermanos.
Todos los presentes en el puente de mando dieron su saludo a los valientes caídos que dieron su vida por los demás, al tiempo que la batalla seguía y las naves no dejaban de disparar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mientras tanto en la superficie, los primarcas se estaban enfrentando en una dura pelea, pero Guilliman no estaba solo esta ves era acompañado por los custodes, los Primaris y los guardias imperiales, los cuales peleaban con furia, con uñas y dientes.
Los dos hermanos se volvieron a lanzar en el combate mientras el aire vibraba con electricidad por la gran presión que estos desprendían, mientras los dos colosos se observaban con desprecio. Fulgrim, cuya belleza había sido corrompida por el poder del Caos, sonrió con malicia, mientras que Guilliman se mantuvo serio y firme, con la determinación marcada en su rostro implacable.
Fulgrim: ¿Es lo mejor que tienes, hermano?
Decía Fulgrim con su voz llena de burla y arrogancia. Guilliman se mantuvo en silencio, levantando su espada ardiente, la Espada del Emperador, en posición de combate.
Guilliman: No hermano esto es solo el principio. Tus trajiste la ruina a incontables mundos. Y vas a pagar por eso con tu vida.
Fulgrim se rio por lo dicho por su hermano, una risa que resonaba con un toque de locura.
Fulgrim: ¿Crees que puedes detenerme Guilliman? He ascendido a mayores alturas de poder del que jamás habrías soñado. El Caos me ha otorgado dones que tu mente limitada no puede comprender.
Sin una palabra más, Guilliman se abalanzó hacia adelante, mientras su espada destellaba con una luz cegadora. Fulgrim reaccionó con una gran agilidad, esquivando los ataques con movimientos fluidos y letales. Los golpes resonaban en el campo de batalla, enviando ondas de choque que hacían temblar el suelo.
