1. Llegada a pueblo pelícano

56 7 0
                                    

Tuve que encargarme de muchas cosas antes de ir a la granja, renuncié a mi trabajo y contacté con el alcalde del pueblo que volvería a ser mi hogar, quería hacer todo de manera formal, me dijo que me recibiría me entregaría la granja sin ningún problema. Fue un largo viaje en autobús hacia pueblo pelícano, al llegar aspiré el aire fresco y limpio, se sentía diferente ahora que viviría aquí.

-Bienvenida Krista, nos da mucho gusto recibirte-el alcalde, se llamaba Lewis, tenía una gran sonrisa, la última vez que nos vimos no fue hace tanto, pero se sentía que si.

-Alcalde Lewis, que gusto verlo, también a usted, señora Robin-a su lado estaba una mujer de cabello anaranjado atado en una coleta.

-Krista, solo llámame Robin-me abraza con fuerza, demasiada fuerza, cuando me soltó pude volver a respirar.

-Ven con nosotros, te mostraremos como está la granja.

Estábamos entre dos caminos, uno de ellos llevaba hacia el pueblo, la otra llevaba a la granja de mi abuelo, que ahora era mía, tomamos ese camino y la veo, no me había dado cuenta de lo descuidada que estaba.

-Tu abuelo quería mantenerla a flote, pero ignoraba su salud, ya no la cuidaba como antes-siento una profunda tristeza por las palabras del alcalde Lewis y por ver el estado de la granja, estaban el establo y el corral de las gallinas, pero los animales no estaban.

-si necesitas ayuda para expandir la casa, arreglar, o construir, no dudes en pedírmelo, mi tienda está abierta siempre.

-Gracias Robin, eres la mejor, gracias por todo.

Lewis y Robin me dejan sola en la granja, no sin antes ayudarme con mis maletas, aún sentía a mi abuelo, con los muebles y la apariencia de la casa, guardo mi ropa en el mueble de la ropa, reviso todo para ver que esté en orden.

Volvería a usar mi habitación, no quise entrar a la de mi abuelo, reviso la cocina y el baño, el único detalle por el momento, era que no había comida, pero era algo de lo que podía ocuparme, reviso la librería que había en la sala, algo llama mi atención, era un libro diferente a los demás, era un especie de diario, en la primera parte habían anotaciones de como llevar la granja, como encargarse de los cultivos, como cuidar adecuadamente a los animales.

-Reconozco esta letra, es de mi abuelo-me siento en el sofá para leer cómodamente el diario y retener la información, estaba a gusto leyendo, y como era tarde, seguí así hasta que se hizo de noche.

Cuando lo leí, sentí que me conectaba aún más con mi abuelo, a pesar de que ya no estaba aquí. El diario explicaba como cuidar la granja, todo con sus propias palabras y pequeños dibujos.

Decidí guardar el diario para continuarlo otro día, caminé por la casa, habían muebles, pero no estaba tan decorada, habían quitado algunas cosas de mi abuelo, me permitiría decorarla a mi gusto, pero era muy extraño no ver todas las cosas, aparte del diario, también me dio mucho gusto ver que habían dejado el álbum de fotos con la que se quedó mi abuelo, eran lindos recuerdos.

Después de esa noche decidí que iría a conocer a las personas que serían mis vecinos, o más bien, anunciarles que volvería a vivir aquí, ya que a la mayoría ya los conocerla.

-Hola Krista, es bueno ver que estás aquí afuera-aunque ya lo había visto, me daba gusto saludar de nuevo al alcalde Lewis.

-Quería ver si había cambiado.

-Solo fueron dos años desde la última vez que viniste.

-Pero cualquier cosa puede pasar en ese tiempo-miro a mi alrededor, habían personas que ya conocía, pero también veo algunas nuevas, el pueblo era pequeño, así que no era difícil recordar las caras.

Fui a la tienda Pierre's para ver lo que podría comprar, era una tienda común, pero también vendían semillas para plantar cultivos en esta primavera, tenían de ajo, chirivía, col rizada, coliflor, granos de café, papas y fresas, también venden semillas de flores. Me acerqué a los estantes para sacar un paquete de semillas de fresas, cuando miro lo que estaba al otro lado, noto que había una persona, ambos cruzamos miradas, lo cual me pone nerviosa.

-Hola, ¿es nueva en pueblo pelícano?.

-Si, mi nombre es Krista-tomo un paquete de semillas de papas.

-Mi nombre es Elliott, es un placer-me sonríe con calma.

Al verlo bien, noto que tenía el cabello muy largo, fui al cajero donde esperaba Pierre, el dueño de la tienda.

-Un paquete de semillas de fresas y papas, ¿se te ofrece algo más?.

-No, esto está bien.

Pagué las semillas y salí de la tienda, estaba ansiosa por cultivar lo que crecería de estas semillas, Elliott sale de la tienda también y vuelve a sonreír.

-Es lindo este pueblo, ¿no lo cree?.

-Si, siempre pensé que lo era-miro los alrededores-amaba vivir aquí.

-¿Ya vivía aquí antes?.

-Mis padres y yo vivíamos con mi abuelo en su granja cuando era niña.

-Yo me mudé en una casa que hay en la playa, llevo solo un año aquí, pero me he enamorado de este lugar.

-Lo entiendo completamente-nuestras miradas se cruzan por unos segundos.

-Debo irme para plantar estas semillas, tengo mucho que hacer.

Me despido de Elliott y vuelvo a la granja, preparo la tierra y coloco las semillas, riego bien el terreno y entro a la casa, uso el resto del día para limpiar cada habitación. El comienzo fue algo cansado, traté de cuidar los cultivos mientras estos crecían, también socialicé un poco con la gente, me alegró verlos de nuevo, hubo cambios, pero eran cambios buenos.

Amor en el campo [#Elliott]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora