5. Compañía

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Finalmente llegó el verano, el tiempo había pasado volando ya que hacía muchas cosas durante todo el día, tuve que comprar semillas de nuevas plantaciones que correspondan a la nueva estación, compré semillas de tomates, maíz y arándanos, preparé el terreno para plantar, esta vez preparé más espacio ya que plantaría más cosas.

Alimenté a las gallinas y preparé unas cosas para ir a venderlas, iba de casa en casa entregando frascos de mermelada, frutas y verduras frescos a cambio de dinero, era agradable ayudar de esa forma a la gente del pueblo, al principio lo hacía por gusto y agradecer por la bienvenida pero después empezaron a hacer encargos y prometieron que me pagarían.

La última parada era la casa de Elliott, decidí dejar lo mejor para el final, golpeé la puerta y Elliott abre con su cabello largo hecho una cola de caballo y una sonrisa.

—Buenos días Krista, ¿estás preparada para el verano?.

—Buenos días Elliott, aún me faltan algunas cosas, pero si-le muestro los últimos productos que me quedaban—¿se te ofrece algo?.

—¿No quieres pasar antes?.

Lo pienso un poco y al final termino aceptando, entro a la casa dejando la caja en una mesa de café, la casa no era muy grande, de decoración había algunas plantas algo marchitas y resalta un piano.

—Tu casa es linda—me acerco al piano y toco unas teclas.

—No es tan bonita como la tuya, pero gracias—veo que agarra un libro y lo guarda, de seguro era el que estaba escribiendo—todavía no llego a la mitad—se le nota algo triste.

—Hace no mucho que empezaste, no te preocupes, lo lograrás—Elliott se sienta frente al piano.

—Me tienes mucha fe.

—¿Y eso es malo?—rie leve.

—Por supuesto que no—empieza a tocar una melodía muy linda con su piano—es solo que no quiero decepcionarte—me sorprendo mucho porque piense así, me siento a su lado y le doy un empujoncito.

—Es lo que menos debe preocuparte, ¿por qué importa si me decepcionas o no?—me mira, sin dejar de tocar.

—Porque eres muy importante para mí—la cercanía y sus palabras provocan que mi corazón salte, pero intento no esperanzarme mucho.

—Tranquilo, siempre seremos amigos—nos sonreímos y sigue tocando el piano.

Cuando finaliza me compra unas papas y una coliflor, al volver a mi granja guardo todo y llamo a Robin para que viniera a la granja porque quería arreglar el granero y poder tener más animales como ovejas y vacas, apenas llegó nos pusimos manos a la obra, Elliott también llegó con intenciones de ayudar a pesar de que le dije que no era necesario, estaba vestido con sus pantalones de siempre y solo con su camisa con las mangas recogidas, con eso y su cabello recogido se veía muy guapo.

Hice limonada para refrescarnos y seguí ayudando, entre los tres cambiamos una de las paredes y arreglamos el techo, también reparamos el interior para tener a los animales, tomó todo el día y al final terminaron ayudando casi todos los de pueblo pelícano, pero logramos terminar.

—Muchas gracias por ayudarnos—aplaudimos para celebrar que terminamos.

—Es un agradecimiento por como nos ayudas con tus cultivos—dijo el alcalde Lewis, sin duda esto era más que un pueblo, era una comunidad.

Después de rellenar el granero con paja y agua en los recipientes, fui a la casa de Marnie, entre nosotras y Shane, un hombre alcohólico—que vive con ella y la pequeña Jas—llevamos una una oveja y una vaca con lo que empezaría y las dejamos en el granero completamente reparado.

Pasó el tiempo, crecieron los cultivos, las gallinas ponían huevos, algunos me los llevaba pero les dejaba dos huevos para que nacieran polluelos, también compré una segunda vaca junto a una cabra, sin duda la granja estaba tomando forma, Robin me construyó un gran cobertizo para guardar algunas cosas y dos Silos para almacenar paja para alimentar a los animales.

—Sin duda la granja está volviendo a ser como antes—paseaba paseaba por el terreno junto a Ellie, la cual había crecido mucho todo este tiempo, miro todo con tristeza, deseando que mi abuelo estuviera aquí.

—Tu granja se ve de maravilla y más viva que nunca—volteo a ver al dueño de la voz, era Sam, otro de los amigos que había hecho, tiene el cabello rubio y alborotado.

—Fue difícil al principio, pero casi no descansé para que la granja volviera a la vida, ahora me falta adaptar todo para cuando llegue el invierno, no quisiera que mis animales murieran congelados.

—Aún tienes tiempo, así que hazlo con calma, oye, ¿qué tal si vas al concierto que tenemos con Sebastian y Abigail?, estoy seguro de que te gustará, lo tendremos el próximo viernes—parecía muy entusiasmado.

—Claro, me encantaría, ¿cuánto cuestan las entradas?.

—Las entradas son gratis ya que no somos una banda muy conocida, cualquiera de pueblo pelícano es bienvenido.

—Lo tendré en cuenta.

Sam se fue por el camino que pasa por la parada del autobús y llega al pueblo, ir a su concierto sería una forma de relajarme después de trabajar mucho en la granja, coseché lo que creció de mi huerto y seguí con mis labores normales hasta que llegó el día de concierto, por supuesto invité a Elliott para que también se divirtiera, entre la familia de los miembros de la banda, algunos otros pueblerinos, Elliott y yo nos fuimos al lugar, en realidad era en un parque y el escenario era pequeño pero a los chicos no les molestó, prepararon sus instrumentos y dieron un saludo.

—Gracias por venir—habla Sam por el micrófono—venimos de Pueblo Pelícano, esperemos que disfruten de nuestra música.

Sam empezó a tocar con su guitarra seguido por el teclado de Sebastian y Abigail con su batería, tocaban muy bien, la gente movía la cabeza y algunos bailaban.

—Tocan bien, Sam es bueno con esa guitarra.

—También lo creo.

Al fin pude ver como Elliott se relajaba disfrutando de la música, me daba gusto por él, no me gustaba verlo estresado. El concierto duró mucho hasta que fueron las siete de la tarde y volvimos a pueblo Pelícano, Elliott quiso acompañarme hasta la granja, pero en vez de irse a su casa lo invité a quedarse a cenar y ver una película, pusimos esta vez una película de comedia.

—Gracias por invitarme al concierto de Sam.

—No hay de qué, esperaba que pudieras calmarte.

—Eres la mejor sin duda—nos sonreímos, pero no volvemos a mirar la tele, nos quedamos mirando unos segundos, no sé que nos pasaba, quizás él sentía su corazón acelerado igual que yo ya que él tenía sus mejillas rojizas, de seguro igual que yo.

—Elliott...—acerca su rostro al mío.

—¿Que pasa?.

—Iré a por más palomitas—nerviosa tomo el plato y voy a la cocina a rellenarlo con palomitas que había hecho en una olla—soy una tonta—pienso regañándome a mi misma, regreso al sillón y me vuelvo a sentar.

—Te quedaron ricas las palomitas, el caramelo es ideal—saca un poco.

Seguimos viendo la película, pero esta vez Elliott me estaba abrazando sin hacer ninguna protesta, esta vez no iba a ser tan tonta y dejé que me abrazara, seguimos en la misma posición hasta que mis ojos ya no resisten más y termino quedándome dormida.

Amor en el campo [#Elliott]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora