4. La danza floral

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Pronto llegaría el verano, una de mis nuevas amigas, Emily, una joven de cabello corto y azul, me estaba ayudando a hacerme un vestido por si alguien me invitaba a bailar, lo cual no me lo espero en realidad, pero me estaba divirtiendo con ella, tomando mis medidas para empezar, en su casa tiene una máquina de coser y sabía hacer ropa, así que se ofreció a hacer mi vestido para el festival.

-Te verás hermosa, ya lo verás, cualquiera querrá invitarte a bailar-Emily era demasiado amable.

-Lo dudo, pero gracias por tus palabras-termina de medir mi cintura y lo escribe en un cuaderno-adiós Emily, y gracias otra vez.

Nos despedimos y salgo de su casa, decidí ir a buscar a mi granja mi caña de pescar y un balde con carnada, Ellie me acompañó al muelle de la playa, mi abuelo decía que pescar es cosa de paciencia, a veces puedes pescar uno o dos peces y otras veces no puedes pescar nada, me senté en la orilla, colocé un poco de carnada en el anzuelo.

Estuve una hora tratando de pescar algo, tuve la suerte de pescar tres sardinas, no era mucho, pero era algo, pude haber pescado más, pero no lo logré, tiraban muy fuerte. Al volver a mi casa fijo mi vista a una carta que tenía en mi mesa, aquí en pueblo pelícano no llega bien la señal de internet, y todos están más acostumbrados a hablarse por cartas, así que nadie se ha preocupado por cambiar eso.

Siendo honesta, me estaba acostumbrando a eso, aún es difícil a veces por supuesto, pero se ha vuelto llevadero al tener que ocuparme de mis cultivos y las gallinas, las cuales eran bien alimentadas y han puesto algunos huevos, tomo la carta y vuelvo a leerla, esta era diferente a las demás que me han llegado, era azul y todo en él gritaba misterio.

-Tengo entendido de que conociste a unas criaturas que habitan el Centro Cívico, ven a verme en la torre que está al Oeste del bosque Tizón-leo la carta en voz alta.

Al principio pensé que era una broma, pero al final fui a esa torre, el mago me dijo que esas criaturas se llaman Junimos y que ellos tienen afinidad conmigo pero a él le temen, me dio un brebaje a beber y después de una visión extraña pero también hermosa de bosques me dijo que ahora podía leer el libro de había encontrado en el edificio.

Vuelvo a ir al centro Cívico y leo el libro, sin duda ahora mi mente puede reconocer los símbolos como letras, decía que los junimos habitaron este lugar abandonado, pero si le daba ciertos regalos podrían reconstruir cada habitación, toda la situación es muy surrealista, pero también siento algo familiar en esas criaturas, al principio huían de mí, como lo haría cualquier criatura o animal, pero ahora un Junimo estaba acompañándome en la lectura.

-¿Como debo estos cultivos como regalos?-reconozco los sonidos que hace como palabras.

-Si, dame todos estos y reconstruiré esta sala-dejo el libro donde estaba.

-Sabía que te encontraría aquí-miro al dueño de esa voz, era Elliott, el junimo desapareció apenas lo vio-¿algo nuevo?.

-No después de la última vez, solo confirmé algunas cosas que ya sabía-salimos del centro Cívico-¿estás seguro de que no crees que estoy loca?.

-Por supuesto que no, incluso quiero saber si me dejas ayudarte, lo haría con gusto.

-No lo sé, nada dice que debo hacerlo sola, pero...-al mirarlo él me pide con su rostro que le permita ayudarme-creo que me vendría bien tu ayuda-sonrío.

Llegó el día del festival, me miraba en el espejo vistiendo el vestido que me hizo Emily, su hermana Haley también vino, me maquilló, me rizó el cabello y me puso una diadema con flores.

-¿Están seguras de arreglarme tanto?.

-¡Eso no se pregunta!, por supuesto que si, no es malo arreglarse de vez en cuando, sobre todo en un evento como este-Haley termina de hacer mi peinado y las tres nos vemos en el espejo, no me reconocía en mi propio reflejo, me veía... Bonita.

Juntas fuimos al lugar del festival, era un campo abierto, cerca del arrollo habían mesas con comida y estaban todos, excepto el mago que conocí en esa torre y un hombre que vive de manera silvestre, todos me miraban con una sonrisa y me elogiaban, cuando me encuentro con Elliott no es capaz de decir nada, lo que me confunde.

-¿Estás bien Elliott?.

-Si es que, te ves hermosa-noto cierto rubor en sus mejillas, y de seguro yo estaba igual.

-Gracias, aunque pensé que era demasiado-respondo casi tartamudeando, esta situación me había puesto nerviosa, pero en el buen sentido.

-Para nada, se te ve bien-tomamos una pausa-¿tienes hambre?.

-Si, mucha-nos acercamos a la mesa para comer un poco, todos estaban felices, los niños Vincent y Jas corrían y jugaban en el césped, los adultos bailaban, era todo muy bonito.

-Hola Krista-se acerca Marnie a saludar-¿como están los animales?.

-Hola Marnie, ellos están bien, los estoy cuidando adecuadamente, tal como me enseñó mi abuelo-sonrío con nostalgia al recordar esos momentos con él.

Después de un rato el alcalde Lewis anunció que en unos minutos empezaría el baile, veo a parejas formándose, Elliott extiende su mano hacia mí.

-¿Quieres bailar?, me gustaría hacerlo contigo-con timidez coloco mi mano sobre la de Elliott y este la besa, provocando que mi corazón lata con fuerza, algo me estaba pasando con él.

Vamos con los demás al lugar del baile y empiezo a hacer los pasos que Haley me enseñó, Elliott y yo nos miramos, a pesar de estar rodeados de gente, siento como si estuviéramos solo los dos, nos vamos acercando y toma mi mano para hacerme dar una vuelta, era un baile en el que había algo de coqueteo, al menos eso se interpreta con la cercanía y los pasos.

Sin duda me estaba gustando vivir en Pueblo pelícano, la gente agradable, la naturaleza, la granja y Elliott, él hace que me sienta muy cómoda en mi nueva vida, terminamos de bailar y todos aplauden.

-Lo hiciste muy bien.

-Me esforcé por aprender bien los pasos, tenía la esperanza de que me invitaras a bailar-me arrepiento de inmediato de mis palabras, pero a Elliott no parecía molestarle.

-Desde hace días que tenía pensado bailar contigo, me alegra que aceptaras.

Seguimos disfrutando del festival, cuando termina Elliott y yo damos un paseo, me acompañaba a la granja pero caminábamos lento, no teníamos prisa por llegar.

-Sin duda venir a vivir fue lo mejor que pude hacer-dice Elliott.

-Pienso igual, me siento más como en casa aquí que allá con mis padres en la ciudad, aunque a veces los extraño, tal vez los invite a venir para navidad.

-Es una buena idea-se siente una suave brisa ya que era casi de noche, aunque el viento era algo cálido-se viene el verano, podré disfrutar mucho la playa.

-Si, tendré que despedirme de las fresas y las papas, debo plantar lo que corresponde en verano, también debo comprar mucha comida para las gallinas-lo miro de reojo-perdón, estoy hablando de trabajo.

-No te disculpes, me gusta escucharte-finalmente llegamos a la entrada de mi casa, pero no parecía que ninguno quería despedirse.

-Aquí estamos, gracias por acompañarme-lo miro-descansa Elliott.

-Descansa Krista-besa mi mejilla y se va, entro a la casa y me apoyo en la puerta, sin duda algo me estaba pasando con él.

Amor en el campo [#Elliott]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora