Saint Seiya Do Cvidanja

Cap 10: El destino de la tierra

Santuario, Grecia

Shun respira profundamente mientras trata de recuperar la concentración. Ha perdido la cuenta del número de veces que ha encendido su cosmos tratando de invocar al hombre más cercano a Dios. Controlar el octavo sentido no había sido nada fácil, especialmente cuando lo tratas de hacer de forma consciente.

El santo de andrómeda enciende su cosmos una vez más y su cálida y poderosa cosmo energía se transmite por todo el templo de virgo y los templos adyacentes. Ha decidido también privarse del sentido de la vista y el oído para tratar de maximizar su cosmos el doble de rápido. Al notar que está a punto de volver a fracasar decide hacerse unos cortes en las muñecas para que también su perdida de sangre lo ayude a ponerse en peligro una vez más

—Shaka, Shaka..., si puedes escucharme necesito tu ayuda... —dice con la voz un poco aturdida. Un dolor de cabeza se insinúa a aparecer pero Shun se niega a aceptar su inevitable cansancio. La sangre gotea sobre el piso formando un charco de sangre que al pasar los minutos se vuelve más y más grande—. Necesito saber..., por favor...solo..., escucha mi voz..., quie...

Sin poder resistir más todo se vuelve oscuro a sus ojos y se desploma al suelo desmayado.

Después de un rato recobra la conciencia y lo primero que distingue mientras su vista se aclara es a una silueta familiar sentando en la posición de loto, muy típica del santo que protegía el sexto templo del santuario.

Lo había conseguido. Había logrado contactarlo, su esencia de alguna forma había regresado al templo de virgo. Shaka vestía una ilusión idéntica de su cloth y eso también le hizo recordar que la verdadera armadura de oro fué destruída en los campos elíseos. Un problema más añadido a la lista.

—Shun, fué arriesgado aunque muy noble lo que decidiste hacer para contactarme. ¿En qué estabas pensando?

Andrómeda logra ponerse de pie pero para no perder el equilibrio decide apoyarse sobre uno de los pilares semi destruídos del templo. Trata de ordenar sus ideas lo más posible porque ignora cuánto tiempo pueda mantener la conexión con el santo de virgo.

—Shaka, hay problemas en el santuario, nadie sabe dónde está Athena. Mucha gente ha desertado del santuario, todas las noches se escuchan lamentos y llantos de seres humanos. Cada día esas presencias están más y más inquietas y están perturbando la cordura de mucha gente..., me temo que está llegando a afectar a toda la tierra -contesta andrómeda con desesperación

Shaka siente la preocupación en el tono de voz de Shun y analiza la situación, desde su punto de vista los hechos relatados por el santo de andrómeda solo podían tener una explicación.

—Athena solo desciende a la tierra cuando un nuevo mal amenaza a la humanidad y si el ciclo de odio entre ella y Hades ha terminado, no hay razón para que ella permanezca en la tierra, almenos no como diosa —sentencia sin más rodeos. Deja la posición del loto y se pone de pie para caminar hacia donde está Shun—. Me temo que lo otro que describes es debido a que el Inframundo se está debilitando al no tener la presencia de Hades protegiendo sus dominios y es por eso que toda clase de almas en pena están escapando por alguna fisura entre este mundo y el otro.

—Eso...no puede ser...¿Cómo podemos remediarlo? —pregunta andrómeda asimilando la información. Shaka se encuentra frente a él y su mirada destella una sensación extraña. Cómo si ocultara algo más. La pregunta más importante sale de los labios de Shun—.Si Athena no regresa..., ¿qué camino debemos seguir los que hemos sobrevivido a la guerra santa?

—Seran los dioses quienes se encarguen de ejecutar el castigo divino sobre todos nosotros —responde Shaka empezando a desvanecerse—. Pero eso no impide que yo, Shaka, te reconozca como mi sucesor, Shun de andrómeda. El tiempo que le quede a la tierra, aprende las doctrinas de virgo y encontrarás eso que buscas. Por ahora yo, regresaré al Nirvana...

El santo de virgo termina de desvanecerse pero Shun ha quedado tieso de la impresión de saber que ahora él es el heredero de la armadura de virgo. Shaka había alcanzado la iluminación y ahora era su turno.

¿Cuánto tiempo le quedaba a la tierra...?

—¡Shun, Shun! —La voz de Shaina sacude al santo de bronce trayendolo a la realidad. Se siente débil y sin fuerzas para poder abrir sus ojos. Emite un pequeño ruido de fatiga y eso tranquila a la santo de ofiuco—. ¡Estás sangrando! ¿Por qué lo hiciste?

Siente como un par de manos toma sus muñecas y empieza a venderlas con cuidado luego de hacer un torniquete. Esos minutos Shun aprovecha para ordenar sus pensamientos, la voz de Shaka aún la escucha en su mente, susurrándole respuestas que antes no tenía. No era simplemente un sueño.

—Ya viene...ellos ya vienen... —murmulla al abrir sus ojos llenos de determinación

En ese instante, una estrella fugaz atraviesa el cielo nocturno.

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NUEVO CAPÍTULO :D

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