¿En Que Momento Me Enamore De Ti?

Capítulo 1- La traición

Lucían King

Llega una notificación a mi móvil, avisándome de que me acaban de robar cien mil de los grandes.

Río amargamente.

¿Quién es el idiota que me roba dinero? Todo el mundo sabe que nadie me roba y sí lo hacen, nunca quedan impune.

Nadie se libra de mi venganza.

Amo que la gente me tenga miedo, ver el miedo reflejado en sus ojos. Sus súplicas porque no termine matándolo, sabiendo que es inútil, lo mataré igualmente.

Es inútil intentar algo contra mí.

Nadie puede traicionarme y salir ileso.

Todo el mundo conoce las consecuencias de la traición y más en este mundo de mafia.

Sonrío y salgo de mi oficina.

Me monto en el coche y arranco a toda velocidad, sé quien me ha robado.

Llevo tiempo sospechando de él, esto es como un crimen si no hay pruebas nada sirve, hoy me ha desmotrado que es un traidor y un chorizo.

Aparco el coche y bajo de él.

Me dirijo hacia una tienda a por algo de beber y después seguiría mi camino.

Una chica de espaldas choca contra mi pecho mientras habla con un hombre.

Se da la vuelta y antes de que pueda verme o molestarme más de lo que ya lo ha hecho, paso por al lado suyo e ignoro todo lo que sale por esa boca.

Al principio se disculpa, pero yo sigo mi camino, ahí es cuando empieza a insultarme.

No estoy para perder el tiempo con tonterías como esta, tengo que recuperar una gran suma de dinero.

Salgo de la tienda después de comprar algunas cosas y vuelvo a montar en mi coche, rumbo a mi destino otra vez.

Toco la puerta de la casa educadamente; con portazos.

Abre una señora mayor, no le dejo hablar, la empujo y entro en la casa.

-¡Vaya!-grito entusiasmado al ver la cara del hijo de puta que me traicionó y robo- ¿cuánto tiempo no crees? Tenemos asuntos importantes que resolver-digo sonriendo

-Cl... Claro- tartamudeo

Si supieras todo lo que tengo pensado para ti, tendría más miedo todavía. Todo a su debido tiempo.

-¿has visto un fantasma? Estás muy pálido- digo mientras río por lo bajo.

-Vamos a mi despacho - responde mientras traga saliva fuertemente.

-claro, detrás de ti

Avanza un paso, aplico una palmada firme en su pecho que le obliga a detenerse, y le sostengo la mirada con determinación.

-Nunca estaré detrás de ti- digo completamente serio.

Avanzo a su despacho, delante de él.

Me siento en una silla mientras él cierra la puerta nerviosamente.

Me gusta que esté nervioso, prefiero el miedo en sus ojos, en su cuerpo...

Me conformo con su nerviosismo por el momento.

Nos quedamos en un silencio completamente incómodo.

Por cada segundo que pasa el ambiente se vuelve más tenso.

-Te daré la oportunidad de hablar por última vez - su mirada se encuentra con la mía, expresa miedo- ¿No pensarás que saldrás impune?- río amargamente- Cortaré tu lengua para que así no puedas volver a mentirme.