Capítulo 10- El abrazo del destino

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Lucían King

Por cuarta vez, me vi obligado a moverme, buscando un poco de cobertura.

Escribí un mensaje que parecía tomar una eternidad para enviarse, más de cinco minutos para ser exactos, pero al final, se envió.

Le envié un mensaje a Asher explicándole que hubo una redada sorpresa ayer, y le dije que no fuera a buscar su coche por si lo atrapaban. Le aseguré que estaba a salvo y seguro.

Desde la noche anterior, mi mente ha estado atormentada por las mismas preguntas y sospechas.

Aparte de nosotros y mi familia, nadie más sabía la ubicación de esa casa. ¿Cómo fue posible que me sorprendieran con una redada? ¿Quién fue el traidor que nos delató? ¿Había alguien siguiéndonos?

La única respuesta lógica es que esta persona me conocía. Podría ser alguien de mi pasado o del presente, pero como mencioné antes, tiene que ser un familiar o alguien cercano a mí.

Podría ser que alguien cercano a mí se haya aliado con un enemigo, pero confío en mi gente, así que no creo que eso sea posible.

¿Quién diablos pudo haber sido? ¿Por qué lo hizo?

Entré en la cabaña y allí estaba Amara, radiante. Estaba desayunando un vaso de leche.

- No hay mucho para desayunar - comenté -. Vine hace una semana, por eso hay algunas provisiones. Si no hubiera venido, no habría nada para comer.

-No te preocupes, un vaso de leche fresca es suficiente para empezar el día.

Sonreí sin mostrar mis dientes y subí a la habitación a por mi chaqueta de cuero. Hacía un poco de frío y Amara estaba con una camiseta de tirantes negra. Pasé por el umbral de la puerta, ya había terminado de desayunar.

Iba a darle la chaqueta para que se la pusiera, pero se me ocurrió una idea mejor.

-Vamos a dar un paseo.

Se levantó de la silla y salimos fuera de la cabaña. Antes de empezar a andar, Amara tiró de mi mano llamando mi atención.

-¿Sabrás volver?

-Esperemos que sí.

Levantó una ceja, no muy convencida de ir a pasear conmigo.

-Podemos hacer un camino como Hansel y Gretel- bromeó.

Solté una risita mientras negaba con la cabeza divertidamente.

Partí el camino y ella me siguió. Estaba a mi lado, le puse la chaqueta en los hombros y ella no dudó en ponérsela. Le quedaba enorme, yo era más ancho de hombros y más alto.

Sonreí, esa chaqueta le daba un aire a malota, a chica mala, ruda y valiente.

No hacía falta la chaqueta para describir a Amara, ella es perfecta.

-En unos días saldremos de aquí, esperemos a que las cosas se calmen.

Ella asintió, sus manos estaban metidas en los bolsillos de mi chaqueta. Me encantaba verla con mi chaqueta, le quedaba incluso mejor que a mí. Irradiaba una confianza en sí misma que era admirable. Sonreí para mis adentros, esforzándome por no sonreír como un tonto frente a ella.

-¿Qué te parece la idea de hacernos preguntas el uno al otro?

Su pregunta me hizo desviar la mirada. Había estado pensando y no había apartado la vista de ella.

-Me parece bien

-¿Empiezo yo o empiezas tú?

Me encogí de hombros, lleno de curiosidad por conocer más sobre ella. Sabía que ella sentía la misma curiosidad hacia mí. Había un cierto temor en mí, consciente de que habría preguntas que preferiría no responder.

¿En Que Momento Me Enamore De Ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora