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Día 31: El apocalipsis.
Desde que tengo memoria, nos han estado diciendo que el fin del mundo podría ser cualquier día; los niños que vivieron en los años 1940, 1948, 1962, 2000, 2012 y los siguientes años por señalar podrían coincidir que es una sensación aterradora como un examen sorpresa o cuando suena un fuerte y conciso: "¡Se acabó el tiempo, guarden sus lápices y pasen sus exámenes al frente!".
¿Por qué hago referencia a ese terror escolar? Porque en el fin del mundo vamos a ser juzgados por nuestras acciones, ya sean buenas o malas y el veredicto será inapelable.
Lo peor de todo es que ese terror fomentado se complementa con la decepción ante la contradicción de quienes te dicen:
"¡Alegrense, ellos recibirán su castigo!"
Esa frase la dicen aquellos que piensan que serán salvos; aquellos que toman un bando cuando dos países están en guerra (porque el líder congregacional lo ordenó), aquellos que se burlan de la denominación religiosa (incluso si es de la misma ram, aquellos que justifican los motivos de ese ministro corrupto sólo porque este se escuda de los libros históricos omitiendo sus propios pecados... Aunque pensándolo bien, ese miedo de que Dios nos juzgará tal vez es también lo que me da tranquilidad; es Dios quien juzgará y no nosotros, los seres menos infalibles, de modo que el apocalipsis será objetivo e imparcial en todos los sentidos.
De esa forma entendí que la decepción y miedo se afrontan con esperanza. Fue el día en el que alguien me preguntó (después de escuchar el discurso dominical en La radio) sobre qué habría de hacer ahora que estoy al tanto sobre el apocalipsis y todo lo que conllevaría esto, a lo que tomé aire, exhalé y dije con serenidad:
"Seguir viviendo..."
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Reto escritubre 2023: Grandes autores, breves lecciones.
De TodoEste reto estuvo a cargo por la escritora y editora Lorena Amkie, este es el segundo año que participo esperando los textos sean de su agrado. La razón por la que algunos textos son cortos se debe al tamaño de la caja de comentarios de Youtube.
