*⁠.⁠✧ 1. Uno en un Millón

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Zhang hao es el príncipe de las hadas.

Se endereza de la cama de troncos y hojas y da un gran bostezo elevando los brazos.

Por ser el príncipe de las hadas, no tiene alas, puesto que todas las hadas de la realeza son distinguidas por no tener alas.

Se pone de pie, no necesita cambiarse de ropa, puesto que las hadas no son como los humanos, lleva una camisa de manga corta de algodón y un pantalón de seda blanco. Sus sandalias son de ramas.

Sonríe y luego sale de su casa del árbol a tomar aire en el balcón, recargando sus brazos en el barandal igualmente fabricado con ramas. Rasca detrás de su nuca para observar el paisaje. Desde ahí alcanza a ver claramente el centro en donde las hadas se reúnen para los festivales y pasar el rato. Es su lugar favorito, pues desde ahí puede apreciar a las parejas enamoradas que se reúnen para convivir y pasar momentos agradables.

Las hadas de los distintos bosques se reunirán por la tarde para la coronación del príncipe.

Hao mira a las hadas que vuelan trayendo adornos florales, sillas de madera y aperitivos para el banquete. Su mirada se detiene en una pareja de hadas que recién se han enamorado, en lo que ponen las luces, juguetean y se abrazan llenándose de mimos. Zhang Hao sonríe, luego su sonrisa se desvanece de su rostro. Él es un hada que vive ilusionado con encontrar el amor, por eso le gusta observar a las parejas, porque cree que así atraerá a su propia pareja de vida, no pierde la esperanza, aunque sabe que ya no la habrá para él, pues después de ser coronado como rey, tendrá que dejar ir esa tonta idea sobre conseguir pareja, sobre conseguir el amor de otra hada.

Decide mantener un buen ánimo y se alista para bajar del árbol e ir a ayudar a sus compañeras.

En el mundo de las hadas no hay restricciones sobre el amor y sobre las parejas que pueden enamorarse, están las hadas femeninas que se enamoran de las hadas masculinas, las hadas masculinas que se enamoran de otras hadas masculinas y las hadas femeninas que se enamoran de hadas femeninas. El mayor temor de estas hadas siempre ha sido quedarse sin pareja, pues las hadas que no tiene pareja son repudiadas pues se cree que no poseen el suficiente amor y bondad. Por fortuna ningún hada en ese bosque se ha quedado sin su pareja de vida, pero Zhang hao...

―Miren, ahí viene el príncipe Hao ―susurra un hada a otra.

―El príncipe Hao viene para acá.

―Intenten disimular.

―El uno en un millón viene está aquí.

Hao venía dando saltos alegres, con una sonrisa brillante, dispuesto a aportar en algo, cualquier cosa que sus compañeras necesitasen.

―¡Hola, compañeras! Qué lindo día hace, ¿les parece?

Sus compañeras hadas se pusieron nerviosas, no estaban de acuerdo.

―Uno en un millón ―escuchó claramente a alguien decir detrás de su espalda. Él fingió no escuchar y mantuvo su sonrisa.

―El rey debe estar loco si piensa coronarlo.

―Uno en un millón no debe ser coronado, está maldito.

―Nos perjudicara tenerlo como rey, yo me iré al bosque más cercano si lo nombran rey.

Como siempre Hao estaba acostumbrado a escuchar lo que decían de él a sus espaldas, y muchas veces no a sus espaldas. Pero ese día estaba escuchando más de lo que no sabía si sería capaz de soportar.

―Príncipe Hao ―el hada que tenia enfrente forzó una sonrisa―, no necesita ayudarnos, tenemos todo controlado.

―¿En serio? ―su sonrisa ahora era de incomodidad―. Bueno, por favor díganme si les puedo ser de ayuda.

―No puedes ayudar si eres un hada soltera ―alguien le gritó desde unas ramas.

Zhang Hao era apodado el Uno en un Millón, puesto que un hada cada un millón de años no conseguía pareja, se quedaba soltera de por vida. Hao se estaba tardando mucho en conseguir pareja, había pasado muchas décadas sin una y él había sufrido múltiples colapsos por ello. Ser uno en un millón podía no ser tan perjudicial para un hada normal, pero él, era un príncipe y los príncipes tenían la obligación de seguir el linaje real, de ser el mayor ejemplo. Habían hadas de distintos tipos en el mundo (todas hadas de la naturaleza), pero al mismo tiempo estaban las hadas del viento, las hadas de la lluvia y el mar, las hadas del fuego, las hadas de la tierra; y las hadas más distinguidas por ser las más cercanas a los humanos: las hadas de los dientes, las hadas de los sueños, las hadas protectoras de los niños, las hadas de la alegría y la amistad, las hadas de la tristeza y la compasión, las hadas la furia y la comprensión, entre otras hadas, pero también estaban las hadas más importantes: las hadas del amor y la bondad. Un hada del amor y la bondad era el tipo de hada que era el príncipe Zhang Hao, por lo que el desacuerdo a que fuera coronado sin tener el amor verdadero, sin conocerlo, dejaba a las hadas de su bosque insatisfechas.

Después de que el hada que acaba de rechazar la ayuda de Hao se fuera con un ramo de rosas, le pidió a otra hada masculina que le ayudara a mover las mesas en donde se colocaría el banquete de la noche. Hao no pudo evitar bajar la cabeza. Aunque su personalidad más fuerte era ser feliz y amoroso con todo el mundo, su defecto no convencía a nadie por mucho que él se esforzara en que los demás pudieran ver que no fingía. Tranquilo paso por la pista de baile en dirección a ver a su padre el rey. Deseaba hacer una consulta.

Algunas parejas de hadas, felices y contentas estaban bailando en lo que las hadas de la música probaban sus instrumentos, al verlas bailar frente a él y a su alrededor de nuevo sus ojos se llenaron de ilusión. Sin pareja, se balanceó sutilmente en lo que disfrutaba la música y el ambiente.

Una vez Hao creyó haber encontrado el amor, con otra hada que parecía solitaria, aunque esa hada solo llevara dos décadas sin pareja, se conocieron en lo que Hao hacia sus labores, y aunque no fue amor a primera vista, como suele suceder cuando un hada sabe que ha encontrado a su pareja, se hicieron amigos y pronto creyeron sentir algo el uno por el otro. Esa hada, se trataba de un hada masculina, el nombre de esta hada era Jiwoong. Ellos habían decidió hacerse novios, cuando las demás hadas se enteraron se sintieron felices por ellos, sintieron la esperanza en sus corazones pues creyeron que su príncipe había encontrado a su verdadero amor, tanta fue su emoción que quisieron organizar un gran festín, pero antes de que eso pudiese pasar, Jiwoong habló con Hao y decidió romper su relación, pues Jiwoong presentía que el príncipe Hao no era para él. Hao no se sintió triste por esa ruptura, pues algo le decía que Jiwoong tampoco era para él, pero sí sintió su corazón quebrarse al ver que de nuevo se convertía en un hada solitaria. Sin embargo, Hao no perdía la esperanza, deseaba con todas sus fuerzas encontrar a su verdadero amor. Se llenó del aire fresco de la mañana y con mucho ánimo dio saltitos alegres para ir a hablar con su padre. 

Mystical Guardián - Zb1- HAOBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora