Mystical Guardián - Zb1- HAOBIN

*⁠.⁠✧ 22. Bajo el mismo cielo ‧₊˚ ☁️⋅♡

Matthew despierta lentamente con una mano recargada sobre su frente. Es muy temprano, estornuda y se acomoda de lado, cubriéndose para seguir durmiendo.
Mientras tanto, en otra habitación a unas cuadras de la casa de Matthew, Gyuvin se mira al espejo en lo que arregla su cabello y las mangas de su uniforme. Se ha quedado de ver con Yujin antes del inicio de las clases.
Al mismo tiempo en que Gyuvin arreglaba las mangas de su uniforme. En otro lado, en un bosque cercano, más en específico: en el bosque de la tristeza y la compasión, Ricky bajaba a la cocina durante el descanso de las cocineras, aprovechando para desayunar tranquilamente ahí, que era su lugar favorito para el desayuno, ya que la puerta trasera de la cocina daba hacía su jardín, el jardín de los capullos. En lo que Ricky revolvía sus hojas de té en la taza de porcelana, Yujin, en su hogar, se terminaba de beber el vaso de leche, estaba listo para irse a la escuela para reunirse con Gyuvin. Justo cuando Yujin tomaba su mochila y se dirigía a la salida de su casa, Jiwoong guardaba su espada al concluir el primer entrenamiento, volaba por su bosque con el pensamiento enfocado en una sola cosa, algo que quería hacer. Atravesaba un jardín y se detenía en una puerta de madera. Tocaba dos veces y esperaba. La puerta se abría después de un momento.

-Hola, buenos días.

-¿Jiwoong? ¿Qué haces aquí? -preguntaba Ricky, completamente sorprendido por su presencia.

-Eres amigo de Hao, ¿verdad? Me gustaría hablar contigo sobre algo, ¿se podrá?

En tanto, Ricky asentía y dejaba a Jiwoong pasar a la cocina, un café humeante se movía en una taza. Gunwook acababa de sentarse en su silla frente a su escritorio, con sus majestuosas alas bien protegidas colocadas hacia abajo y recargando una rodilla sobre otra. Miraba hacia el librero y la pared que tenía enfrente, recordando el día anterior, cuando el rey del viento había ingresado a su estudio, estrepitosamente, hecho una furia en lo que elevaba el puño y arrugaba el sobre de papel en la mano.

-¡¿Qué significa esto?!

-¿Ya viste el nuevo cambio? ¿No te parece genial?

El rey del viento tiró el sobre al piso.

-Ya habíamos hablado de esto y te había dicho que me niego.

-¿Y por qué? Todos los demás están de acuerdo. Mira esto -Gunwook señaló detrás de su espalda-. Las alas son muy hermosas.

-¿Cómo que los demás? ¿Qué no entiendes? Es una regla que se impuso hace mucho tiempo. Las hadas de la realeza no pueden tener alas reales, eso es lo que nos distingue de las demás.

-Qué curioso que digas eso, bueno, pues ya casi todos los bosques han firmado, solo falta que firmes tú y... el rey del bosque del amor y la bondad.

-¡Lo has hecho a mis espaldas!

Gunwook suelta una risa.

-Ahora sabes lo que se siente que hagan cosas a tus espaldas.

-A mí no me engañas, todo esto lo estás haciendo por Hao, me detuviste porque sabías lo que le haría.

-¿Y qué si es así? -Gunwook, que en ese momento se encontraba sentado en la misma silla y en la misma posición, se había puesto de pie.

-Pues, ¿te digo algo? No importa que me hayas detenido hoy, de todas formas planeó regresar allá para invadirlos y destruir su bosque.

-No, no vas a hacer eso, ¿sabes por qué? Porque no creas que no sé por qué te indigna tanto que Hao se quiera convertir en humano.

-¿De qué estás hablando? -Los ojos del rey del viento se movieron nerviosos, intentando fingir que no sabía a dónde iba el asunto. ¿Sería posible que él lo supiera?