*⁠.⁠✧ 8. La luz brilla en sus ojos [2]

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Esa experiencia había impactado fuertemente en él. Después de haber visto a esa pareja corresponder su amor. Hao había regresado a su escondite inicial con esa extraña sensación agradable prevaleciendo en su interior. Con el libro abierto en una mano, el codo en su rodilla y la mano en su mentón, se preguntaba ¿Por qué era diferente? Se quedó pensando en ello, olvidándose del libro por completo y dejando de vigilar a Matthew mientras el chico se encontraba en la escuela.

El tiempo transcurrió hasta que llegó la salida. Hao no se dio cuenta de que Matthew había salido de la escuela hasta que lo alcanzó al verlo dando la vuelta en una esquina, fue entonces cuando reaccionó y fue detrás para seguirlo. Logró alcanzarlo en la calle de su casa. A la distancia vio cómo algo caía de la mochila de Matthew. Antes de que él ingresara a su casa, Hao pudo esconderse y salir cuando fuera seguro. En la calle solitaria. Hao, curioso por saber lo que se le había caído a Matthew, se acercó sigilosamente. Con cuidado recogió del suelo el extraño objeto. Eran sus gafas de armazón delgado y color dorado. Completamente redondas del lente. Hao no sabía para qué eran exactamente, simplemente había visto al chico usándolas frente a los ojos. Le dio unas vueltas en lo que las observaba hasta que se decidió a ponérselas. Se sentía un poco extraño con eso en la cara, pero no había cambio alguno en su visión, podía ver perfectamente como antes, por lo que intuyo que solo eran un simple adorno. Se las quito y se las guardo en el pantalón. Cuando pudiera ingresar a su habitación para esparcir el polvillo, se las devolvería.

La tarde siguió su curso con Matthew haciendo tareas en su habitación y Hao no prestándole atención, sentado en la rama, seguía sumergido en sus pensamientos. Pensaba en cómo eran los humanos. Sus diferencias físicas no eran tan notorias, pero en la cuestión de los sentimientos, sospechaba que en ello debían ser más complejos. Debía tener razón el rey del viento con respecto a que los humanos son la mejor extensión de lo que significa el amor. Para las hadas del amor y la bondad sin humanos no habría mucho propósito sobre mantener el equilibrio, la alegría y la fe. Siempre han estado en constante relación con los humanos, pero Hao nunca se había puesto a pensar en ellos con tanto detenimiento. ¡Eso es! La clave del amor debía estar en los humanos, sin duda, ¿por qué nunca antes había caído en esa suposición?

Mientras Matthew tenía otra vez pesadillas, Hao, todavía en el árbol, pensaba en la forma de aplazar su misión para así lograr conocer mejor a los humanos, cómo es su vida, cómo sienten. Planeaba que cuando esparciera el polvillo en Matthew, si todo salía bien, pediría que le otorgaran una misión más, para así poder obtener tiempo para saber más de los humanos y de esta manera encontrar la clave, la clave del amor, del amor verdadero, que más tarde utilizaría al volver con los suyos, evitar su coronación y realizar otra búsqueda de su futura pareja por su bosque y los bosques vecinos, con la clave en su poder, encontraría a su pareja sin duda.

Sin voltear a ver a Matthew que sufría, se puso de pie en la rama, bajó de ella y regresó a su casa en el árbol para hacer la recopilación de sus anotaciones. Ahora en su libreta ya no había nada sobre Matthew. Todo se trataba sobre la forma de amar de los humanos y de los humanos en sí. Realizando un dibujo del lugar en donde presenció a los dos jóvenes enamorados. Recordaba ese momento, no dejaba de repetirse en su mente, como una serie de imágenes impregnadas en su cabeza. Escribía pensando en eso, cuando, de pronto, una nueva imagen apareció en su mente. Se sorprendió. Sus ojos volvieron a resaltar un brillo singular. Así como las hadas de esa noche de bodas que en bata de baño daban un brindis, ahora, la visión cambiaba a la del árbol cubierto de flores, en donde los pétalos volaban delicadamente, sacudidos por la brisa. ¿Se interponían frente a él y caían para revelar la figura del chico, de cabellos, ¿negros?, ¿castaños? Él sonreía en lo que sostenía un ramo de flores y lo extendía hacia él. El corazón de Hao dio un vuelco. Sus mejillas se sonrojaron. Sorprendido por la nueva visión, se puso de pie y se alejó del escritorio, dio una vuelta en su eje mirando hacia arriba. En su imaginación podía ver las flores claras y los pétalos que caían y caían sobre él. Giró la mirada hacia la imagen del chico que sonreía; de nuevo, su rostro era cubierto por una luz blanca que destellaba como el sol. Hao no podía forzar la imagen.

Mystical Guardián - Zb1- HAOBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora