XXVI. Un fan y su estrella.

1.4K 187 55
                                    


— ¿Por qué hemos venido hasta acá? — preguntó Sasuke, contemplando el pequeño pueblo al que Sakura lo había llevado. Se encontraba mucho más adelante, y sus ojos estaban casi embelesados por los adornos de las casas. Aunque no eran excesivamente ostentosos, tenían el suficiente encanto como para deslumbrar a cualquiera que nunca los hubiera visto.

— Mi madre me envió una carta hace poco. — comentó ella. — Dijo que pasó por este pueblo antes de llegar al centro del País del Fuego, y los aldeanos le recomendaron que viniera a este festival. Pero sugirió que yo lo disfrutara en su lugar, ya que ellos están disfrutando del festival del País del Fuego en todo su esplendor. Está muy contenta.

Sasuke alzó una ceja en su dirección. Antes de que formaran el equipo siete, Sakura Haruno solía quejarse constantemente de sus padres, lamentando lo molestos que eran al imponer reglas absurdas que, en su opinión y en la de otras chicas, un ninja no debía seguir. Sin embargo, ahora se mostraba notablemente diferente, sonriendo cada vez que hablaba de ellos y ansiosa por verlos pronto. No pudo evitar esbozar una ligera sonrisa, que no pasó desapercibida para su compañera. Era reconfortante ver que comenzaba a valorar a sus padres.

— Te has reído de mí. — se quejó, insatisfecha. — Yo también quiero ir al Festival de la Cosecha del País del Fuego. Dicen que es precioso.

— Iremos.

— ¿Eh? — Sakura lo observó sorprendida.

— E-Es decir, estoy seguro de que cuando seamos Jounin, nos enviarán a proteger a una princesa o algún feudal. Esos festivales son peligrosos. — tosió, tratando de aclarar sus palabras. Sakura suspiró; ella no estaba pensando en ir como un ninja. De hecho, probablemente debido a su estado de enajenación, pronto dejaría de serlo.

Por otro lado, Sasuke sintió el calor en su rostro. ¿Qué tipo de idiota era por proponerle eso? Era obvio que Sakura deseaba pasar ese tonto festival con Naruto y Kakashi, no con él. Incluso en ese momento tenía ligeras gotas de sudor frío en su rostro, tratando de controlar el dolor en su pecho que no podía explicar.

— No tienes por qué hacer esto, Sakura. — intervino Sasuke después de avanzar un poco más. La nombrada se giró hacia él, confundida por sus palabras. — Simplemente llevemos una relación cordial a partir de ahora. Sé que te estás esforzando.

— Me niego. — declaró ella, cruzándose de brazos. — Tengo que esforzarme mucho más en esto, Sasuke.

— ¿Para qué? — y hubo sospecha en su voz.

Sakura solo le brindó una sonrisa reconfortante, que lo hizo sentir aún más inquieto. ¿Qué le estaba ocurriendo a su mente que, de la nada, traía escenarios extraños de Sakura y él solos? Era obvio que Sakura se estaba esforzando por el Equipo Siete, por alguna extraña petición de Kakashi, de Naruto o de ambos.

— Toma— le dijo Sakura, extendiendo hacia él un plato de Omosubi con Okaka. Sasuke la observó con sorpresa, pero también con un atisbo de deleite. ¿Acaso ella sabía que era su plato favorito? Aunque dudaba que hubiera indagado al respecto, era más probable que simplemente le ofreciera lo primero que encontró para desviar la conversación anterior.

— ¿Investigaste acerca de mí? — inquirió él, con una nota de asombro en su voz. Mientras Sakura mordisqueaba el anko que había comprado, aguardando a que la amable señora le entregara el cambio, Sasuke no pudo evitar cuestionarla.

Ella hizo un gesto despectivo, pero rápidamente trató de enmendarlo. — No es necesario investigar. Es evidente cuando alguien disfruta tanto de un platillo. Te veías tan complacido. Es como cuando Naruto devora su ramen de cerdo, aunque tu expresión es diez veces menos efusiva.

No me enamoraré en está vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora