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Días o semanas habían pasado desde la última vez que lo había visto. Entre a mi hogar con varias compras encima mío las cuales deje cuidadosamente sobre la pequeña mesa.
Suspiré cansada mientras cerraba la puerta detrás de mi y tomaba asiento en una silla. Mi mano fue hacia mi gran barriga la cual acaricié suavemente.
— Tranquilo pequeño... se que tú padre volverá —.
Murmure al sentir unas pequeñas pataditas inquietas, sonreí débilmente mientras cerraba mis ojos y recargaba mi cabeza en la parte trasera de la silla.
Había discutido con Giyu respecto a su trabajo y el por qué tenía que dejarlo aunque lo que hiciera salvará vidas. Discutimos esa tarde hasta que cansado de todo él se marchó diciendo que tenía una misión importante, desde esa tarde el no regreso más, aunque sabía que se encontraba en buen estado al ser informada por Shinobu cada vez que iba a mi revisión en su finca. Nuestro bebé estaba cada día más cerca de nacer y el constante miedo que Giyu jamás volviera para conocerlo incrementaba.
Cene en soledad como los anteriores días, al terminar mientras lavaba los platos utilizados un fuerte ruido llegó a mis oídos. Con miedo me acerque a la parte trasera de la casa donde provino el ruido.
Mis ojos se abrieron rápidamente al notar que era un demonio que se encontraba de espaldas en el pequeño patio de nuestro hogar, me quedé paralizada viendo cómo devoraba a alguien o más bien los restos que quedaban de esa persona.
Con cuidado comencé a retroceder para intentar huir aunque sabía que sería complicado por mi condición, el demonio se percató de mi al terminar su merienda.
Cerré mis ojos y me tire al suelo aceptando mi destino al notar como se estaba por tirar sobre mi para devorarme.
— Respiración de agua: Primera postura: Corte de la Superficie del Agua.
El sonido del cuerpo cayendo del demonio logro que abriera mis ojos lentamente, aún con miedo mire aquella figura que se encontraba enfrente mío y que me había salvado.
— Giyu.. —. Murmure débilmente mientras sentía mis mejillas humedas por la lagrimas, con su ayuda me levanté del suelo — En verdad eres tú. — Entre lágrimas una sonrisa apareció en mis labios, mis manos se encontraba en su rostro mirando cada detalle.
— ¿Estan bien? —. Pregunto tomando mis manos de su rostro. — Perdóname.
— Ambos lo estamos. — Dije tocando suavemente mi panza. Bese suavemente sus labios aún temblando por lo sucedido. — No puedo perdonarte tan fácilmente, dejar a tu esposa y tu bebé por varias semanas... costará demasiado mi perdón.
Sentí nuevamente sus labios sobre los míos, sus brazos me envolvieron en un abrazo mientras se separaba de mi y besaba mi frente con cariño.
— Lo entiendo perfectamente, permíteme ganarme tu perdón como también estar con ambos en todo momento —.
— Por supuesto. Solo promete que no te vas a ir nunca más —.
Una diminuta sonrisa se formó en sus labios. — Lo prometo.
Ambos entramos a nuestro hogar, Giyu se encargaría del desorden que había quedado afuera, mientras yo descansaba para mejorar mi estado y que nuestro bebé se encontraba bien.
Lo miraba atentamente cada acción que hacía con una sonrisa, él había vuelto a casa.
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básico y corto pero tenía q actualizar :((
⋆ ੈ¸ Lyn *ೃ