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Disclamer: Los personajes, casi todos los lugares y parte de la trama no me pertenecen a mí sino a la gran Rumiko Takahashi. Este pequeño fanfic de miedo fue escrito para divertirme, celebrar Halloween y entretener al resto de los fans ranmaniaticos.

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Nota de la Autora: Escribí este fanfic para el Halloween del año 2019 y lo subí a otras plataformas pero no a wattpad, no recuerdo por qué. Así que creo que ha llegado la hora de sacarlo a la luz del todo, jeje. Estaré compartiendo tres capítulos al día hasta el 31 de Octubre. Espero que os guste, a los que aún no conocíais esta historia y a los que sí, que disfrutáis esta relectura para finalizar el mes.

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Absolutamente Aterrador

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3.

Ranma Saotome tenía un mal presentimiento.

Llevaba con él en la cabeza desde la noche anterior y no lograba sacárselo de encima. En plena madrugada se había despertado de golpe sin recordar haber tenido una pesadilla, sin necesitar ir urgentemente al baño o tener hambre. Solo se despertó. Al principio le pareció haber oído un grito pero enseguida comprobó que el resto de habitantes del dojo seguían dormidos.

Lo habría soñado.

Pero, después de casi medio día, seguía notando un peso molesto en su estómago que parecía estar advirtiéndole de que algo no andaba bien. El qué no lo sabía. No tenía problemas, ni enemigos al acecho, no le habían lanzado ningún hechizo, incluso hacía días que no era acosado por sus otras prometidas.

Todo estaba bien. ¿Qué era esa sensación, entonces?

A ver, no es que estuviera tan preocupado, pero sí era molesto.

Se encontraba en la azotea del instituto y había olvidado coger una chaqueta. El viento se había levantado y, aunque aún no era muy frío, cada vez que una nueva ráfaga golpeaba contra su cara balanceando su trenza, Ranma tenía que apretar los dientes.

El invierno se acercaba muy rápido.

A su espalda, la puerta se abrió de un solo golpe, y el aluminio de ésta restalló con fuerza al chocar con la pared. No le hizo falta girar la cabeza para adivinar de quien se trataba después de semejante arrebato de violencia innecesaria.

—¡Ranma!

El chico resopló, hundiendo los hombros, y con cara de circunstancias se dio la vuelta para apoyar la espalda en la barandilla. También estaba helada, pudo sentirla a través de su ropa.

Su prometida caminó hacia él, como no, con su cara de mal genio habitual. Traía los puños cerrados e incrustados en sus caderas, por suerte ella sí había recordado ponerse el abrigo antes de subir, aunque tenía las mejillas muy coloradas y de su boca escapa un suave aliento de vaho por las bajas temperaturas.

Se colocó frente a él. Al menos no traía ningún arma consigo, lo cual no significaba que no tuviera su mazo de madera oculto en algún lugar.

—¡Aquí estás! —Fue lo primero que le dijo. El chico se cruzó de brazos intentando disimular el frío que tenía.

Absolutamente AterradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora