14- ¿asi te reciben en el cielo?

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ETHAN

Sus manos estaban en mi cabello y las mías en sus mejillas, a pesar de que yo le pedí permiso él tomó totalmente el control, sus manos bajan de mi cabello a mi espalda y la acaricia por encima de mi playera, no sé cuánto tiempo estuvimos así pero nos separamos por falta de aire.

—Ethan yo— dice pongo mi dedo en sus labios y escondo mi cabeza en su cuello, no quiero escuchar, mi corazón latía de emoción pero ahora late de miedo, miedo de que me rechace

—no digas nada, solo hay que quedarnos así un momento

Sentía como mi cuerpo temblaba, hace unos días juraba que tenía que deshacerme de estos sentimientos, pero ahora aquí estoy, besando a quien se supone dije que iba a olvidar.

—Ethan —escucho como llama a mi nombre

—mh

—veme

—no —siento como su mano se despega de mi espalda y alza mi cara

—déjame besarte otra vez

¡¿Qué?! ¡¿Me quiere besar otra vez?!

—¿puedo?

—si —no lo pensé demasiado, solo quería disfrutarlo, no volverá a pasar, confío en el, ¿está bien que me deje llevar verdad?

Veo cómo sus ojos brillan y me besa, mi estómago revolotea, el calor sube a mis mejillas, me está besando, siento como coloca sus brazos a los lados de mi cabeza y sube su cuerpo en mi, una de sus manos va a mi cintura otra vez, separa sus labios de los míos y abro los ojos, me observa y sonríe, dios, su sonrisa, esa sonrisa podría matarme si quisiera.

—gracias —repite

—no hay nada que agradecer —mi corazón late al mil por hora, fácil podría darme un paro cardiaco

—claro que si, desde que nos conocimos me has estado ayudando —recarga su cuerpo sobre el mío y puedo sentir los latidos de mi corazón en la garganta—¿sabes? desde que llegaste a mi vida me has hecho sentir especial, y mi corazón late cada vez que te veo y no sabes cuantas ganas tenía de besarte, lo único que había pensado en estos días es que quería verte, pero mi miedo a salir era más grande —aprieta sus manos, las limpia en la cobija y se sienta a mi lado, me siento para verlo de frente, sus ojos conectan con los míos —no quiero que mis miedos opaquen todo lo que siento y la felicidad que ha estado en mí desde que apareciste en mi vida.

Toma mis manos y se acerca más a mí hasta el punto de que nuestras narices rozan, el cierra los ojos y juntas nuestras frentes, no puedo dejar de verlo, se ve tan lindo que me dan ganas de besarlo otra vez, pero él me gana y me da un beso rápido y se separa.

—déjame salir contigo —sus manos aprietan las mías y veo que tiemblan un poco

"bonito"

—déjame conocerte más, no quiero ser un alumno más o solo un amigo, quiero algo más, quiero ser el primero en todo, quiero que podamos hacer esto siempre y que no se quede en un "error" o "confusión" porque no lo es, mis sentimientos son claros y —toma aire, espera un poco y dice— enserio por favor sal conmigo

Me míe, estoy sorprendido, lo último que pensé es que me diría eso, ¿así reciben en el cielo a uno?, dios si esto es una broma que sea eterna por favor.

—si, salgamos —con eso le doy otro beso rápido pero el jala mis muñecas acercándome a su cuerpo, sonríe y me da otro beso rápido.

—tengamos una cita, hay que ir algún lado porfis

—sip

Estuvimos hablando por horas, es increíble como el tiempo pasaba de rápido cuando estaba con el.

—¿a dónde te gustaría ir?—yo estaba recargado en su pecho, veíamos una película, no de terror esta vez, ahora veíamos la saga de los juegos del hambre.

—me gustan mucho los museos, ¿sabes que? olvida el museo, vayamos al pabellón de la biodiversidad, por favor, hace mucho quiero ir y no se me ha dado, porfa porfa porfa vayamos—lo veo con ojos perrito para que acepte, acaricia mi cabeza y solo asiente.

—está bien, vayamos

—¡chicos! ¡bajen a cenar ya está hecho!—grita la mamá de Darían

—¿cena?—digo sorprendido, perdí la noción del tiempo

—si, ya son las ocho y media, ¿se pasa rápido el tiempo no?

—sip, vamos, no hagamos esperar a a tu mamá— me paro y lo tomo de la mano, el entrelaza sus dedos con los míos y bajamos.

Al llegar a abajo olía delicioso, Darían me lleva a la cocina, justo en la barra de la cocina estaba su mamá, estaba leyendo un libro, cuando escuchó nuestros pasos volteó hacia nosotros y sus ojos se fijaron en nuestras manos, ella dirigió una mirada enternecida hacia nosotros y palmeó la barra para que nos acercáramos.

—les hice de comer, espero les guste

—muchísimas gracias

—gracias má

—¿ya mejor?— preguntó a su hijo

—si, mucho mejor—sonríe, aprieta mi mano y me jala hacia la barra

Amo platicar con la mamá de Darían, es como ver a la elegancia en persona, Darían es como una mini copia de ella, son muy parecidos, ya veo porqué me gusta tanto.

¿me gusta? si, me gusta

La cena pasó con normalidad, hablamos por aquí, por allá, se sentía un ambiente te tan cálido, hace mucho no sentía esto, me recuerda a cuando la familia estaba junta, antes de todo.

—¿Ethan?—pasa su mano por enfrente de mi—¿te pasa algo?

—¿eh? ah, no, solo me gusta el ambiente, se siente cálido, me gusta estar aquí

—ya sabes que siempre eres bienvenido hijo—dice la mamá de Darían y acaricia mi hombro

—muchas gracias

Toc
Toc
Toc

—¡ábranme¡—se escucha un ruido desde afuera de la casa

Alcanzo a ver como Darían se tensa por completo, su hombros, su mandíbula y sus puños, su madre voltea hacia la puerta y agacha la cabeza con pena.

—suban, yo lo arreglo— la mamá de Darían se para y camina a la puerta pero Darían toma la orilla de su playera.

—no abras, déjalo ahí—tiene la cabeza baja y alcanzo a ver como su pantalón de mezclilla se obscurece al caer una lágrima—algún día tendrá que dejar de insistir, por favor no le abras.

—está bien, no abriré, pero suban, trata de calmarte— le da un abrazo, voltea hacia mi y me guiña el ojo.

Tomo a Darían de la mano y la acaricio, me voltea a ver y muevo mi cabeza haciendo una señal para que nos vayamos, el asiente y sin soltar mi mano camina hacia las escaleras.

Al entrar en su cuarto el no enciende la luz, solo me jala con el hacia la cama y me envuelve entre sus brazos, acaricio su espalda y puedo oír como llora, pasa un rato hasta que siento como su respiración se tranquiliza, se quedó dormido, al mirarlo puedo ver una lágrima seca en su rostro, cuando lo veo me dan ganas de meterlo en una cajita y protegerlo siempre

—hola—dice la mamá de Darían abriendo la puerta—¿cómo sigue?

—se quedó dormido—susurré

—está bien, los dejo solos, y muchas gracias por venir— menciona antes de salir

Tomo la mano de Darían entrelazo nuestros dedos y escucho que la puerta se vuelve a abrir

—hijo, ya es noche, duerme aquí, me preocupa que te vayas ya noche ¿si?

—si, muchas gracias

Con eso cierra la puerta y se va, tomo mi teléfono y le marco a mi mamá para avisarle que me quedaré, al principio me pide que me regrese pero al escuchar el nombre de Darían acepta, cuando sepa que estamos en algo no le va a gustar, ese pensamiento invade mi cabeza un buen rato, pero las reglas están para romperse, en fin, reviso el teléfono y no se en que momento me quedo dormido.

lindo tutor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora