15- Que bueno que reprobé matemáticas

8 1 0
                                    

Darían

Me despierto con las ganas de ir al baño pero unos brazos aprietan mi cintura y me abrazan con las piernas, al abrir bien los ojos puedo ver a Ethan recostado en mi pecho, se ve muy lindo.

—Ethan, déjame ir al baño o va a haber un accidente— dije tratando de despertarlo.

—Buenos días— sonríe y me quiero derretir al ver su cara, es la cosa más tierna del mundo.

—Buenos días, ahorita vengo, no te vayas—dejo un beso en su mejilla.

Al entrar al baño casi pego un brinco del susto, mis ojos estaban inchandos, muy inchados, eran como dos albóndigas.
Al salir puedo ver como Ethan está viendo su celular, voltea al sentir mi mirada y se pone un poco tenso.

—Increíble ¿no?— digo tratando de hacer un poco cómica la situación.

—Dios soy yo de nuevo—suelto una carcajada y se levanta hacia mi

—¿No tienes algo para desinflamar?

—¿Cómo con qué se puede desinflamar esto?

—Pues con hielo, hay unas que son como compresas que se congelan y se ponen en los ojos.

—No se si tenga en el baño—Ethan toma mi mano y me adentra otra vez en el baño

—Siéntate— señala el inodoro

—Al toque

Veo como abre las puertas del lavabo, siento un poco de vergüenza ya que está algo desordenado, veo como empieza a sacar productos de limpieza personal y para la piel y que no sabía que existían, pero mis ojos se fijan en un botiquín de primeros auxilios empolvado.

—Creo que ahí hay unas compresas de las que dices.

—¿En este?— levanta el botiquín y puedo ver los stickers de carritos y superhéroes que están pegados en el.

Ethan abre el botiquín y empieza a sacar cosas, tela adhesiva, pomada para golpes, gasas y finalmente una compresa.

—Esto es lo que buscamos— presiona un botón y empieza a congelarse el gel que está dentro de este.

Siento que todo pasa muy lento mientras lo veo, nuestros ojos conectan y veo su rostro preocupado, se levanta y toma mi cara entre  sus manos.

—¿Qué pasa?—dice acariciando mi mejilla

—N-no lo sé, me dieron muchas ganas de llorar.

Sus brazos me rodean y acaricia mi espalda y otra vez empiezo a llorar llegando al punto en el que me empiezo a sentir avergonzado de que me haya visto llorar tanto, pero real mente en este punto ya no me importa demasiado, paso mis brazos por su cintura.

—¿Porqué traes puesta la misma ropa de ayer?— le digo después de separarme al darme cuenta

—Por la misma razón que tú también traes la ropa de ayer— acaricia mi mejilla.

Me da un pequeño beso en la frente y se aleja, toma la compresa y toma mi mano, hace una seña para que regresemos a la cama, al sentarnos empuja un poco mi hombro para que me recueste y coloca la compresa diciéndome que no me mueva para que no se caiga, yo solo sigo sus instrucciones y me quedo quieto, pasa un momento hasta que él empieza a cantar.

Eres
Lo que más quiero en este mundo, eso eres
Mi pensamiento más profundo también eres
Tan sólo dime lo que hago, aquí me tienes

Eres
Cuando despierto, lo primero, eso eres
Lo que a mi vida le hace falta si no vienes
Lo único, preciosa, que en mi mente habita hoy
¿Qué más puedo decirte?
Tal vez puedo mentirte sin razón
Pero lo que hoy siento
Es que sin ti estoy muerto, pues eres
Lo que más quiero en este mundo, eso eres

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 03 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

lindo tutor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora