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Patrick

Pasé todo el miércoles y jueves con mi familia. Y este último día, estuve con ellos hasta las seis de la tarde, ya estaba empacando mis cosas en el auto cuando Leia salió con una pequeña canasta en sus manos.

— Mamá te manda esto, dice que es para... Vera, ¿lo dije bien? —. Frunció el ceño.

Yo sonreí —. Si, muchas gracias —. Recibí la canasta y la puse en el asiento de adelante.

Cerré la cajuela y sacudí mis manos en mi pantalón.

— Bueno —. Dije —. Eso es todo... Entremos para despedirme.

Caminamos hacia la puerta, pero antes de entrar, ella me detuvo tomándome del brazo.

— Espera... Quería pedirte un pequeño favor —. Sonrió, un poco apenada.

— Dime...

— El Lunes por la mañana saldré a Toronto a solucionar unas cosas en la escuela, debo entregar la calificación de algunos exámenes y luego podré tomar mis vacaciones que son por dos meses, —. Murmuró la última parte —. Así que... Me preguntaba si tu y tú novia podrían ayudarme cuidando a Abril, durante el Lunes y el Martes. Espero estar regresando el Martes por la noche...

Me quedé en silencio por algunos segundos, lo que dijo me tomó un poco desprevenido —. Debo consultarlo con Vera... Pero, si quieres te llamaré cuando se lo pregunte.

— Si, está bien. Igual, si ella no quiere o no puede hacerlo no pasa nada, ¿si? Está bien. Es solo que no quiero dejarla con nuestros padres... No quiero que tengan que preocuparse de más.

— Si, lo entiendo. Te llamaré cuando tenga respuesta, ¿bien?

Ella asintió y entramos a la casa.

Todos estaban en la sala.

Mark tenía a Abril en sus brazos, Arthur estaba jugando con unas espadas de goma junto a John y Stephan; y mis padres estaban sentados observandolos.

— Bueno, ya está todo listo —. Dije, captando la atención de todos.

Los niños soltaron las espadas y corrieron hacia mi abrazándome fuertemente.

— No te vayas, tío Pat —. Dijo John, aferrándose a mi camiseta.

— Tengo que irme, porque mi novia está esperándome y debo cumplir mi palabra con ella —. Les dije, haciendo que me miraran y funcieran el ceño.

— ¿Así que solo porque se lo prometiste? —. Dijo Stephan, con expresión de desagrado.

— Si, porque tenemos que saber cumplir nuestras promesas —. Le respondí.

— Si, Steph —. Le recalcó John, empujándolo ligeramente con el hombro.

Sonreí al verlos, tenía mucho sin ver cómo había mejorado su comportamiento como hermanos, (lo cual no era demasiado) pero habían avances.

Les di un último abrazo y me puse de pie.

Mark le entregó a Abril a Arthur y se acercó a mí, me dió un abrazo y observé como Madelaine bajaba las escaleras mientras acomodaba uno de sus aretes.

— ¿Tan pronto? —. Preguntó con pena.

Asentí haciendo una mueca.

Me aparté de Mark y abracé a Madelaine —. Ya visitanos, no esperes tres años a que podamos venir por ti. Y debemos conocer a Vera, la haces parecer maravillosa.

— Lo haré, lo prometo. Y también les presentaré a Vera —. Le di un beso en la mejilla y ella sonrió.

— Nos iremos el domingo en la mañana, los chicos tienen escuela el lunes... Así que... —. Dijo Mark antes de ser interrumpido por Leia.

— ¿Qué tal si vamos a desayunar todos el domingo en la mañana y aprovechamos para conocer a Vera? —. Propuso.

Inmediatamente todos comenzaron a sonreír, estando de acuerdo con la propuesta.

— No lo sé, aún no sé cuándo volveremos... A lo mejor regresamos el domingo en la mañana o puede que volvamos el sábado por la noche. ¿Les confirmo, si? —. Pregunté, esperando que no me mataran en ese mismo instante.

— Por supuesto, cariño —. Dijo mi madre —. Tienen que entender que ahora su tiempo es compartido. Además, la espera valdrá la pena cuando vean lo hermosos que se ven juntos el y ella —. Alzó varias veces las cejas, haciendo que todos rieran.

— Está bien, confirmanos pronto. Podemos salir un poco tarde de aquí, igual llegaremos a tiempo para que vayan a la escuela estos pequeños —. Dijo Mark.

Asentí.

Me despedí de los demás, a ellos los vería de nuevo el domingo y el lunes, así que no fue tan emotivo.

Y luego de eso, subí al auto y conduje hacia la casa de los padres de Vera.

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Vera

Notaba que el comportamiento de Taissa era un poco extraño. La notaba un tanto nerviosa, al igual que a Hadley. Sin embargo, no hablaban sobre eso y evadían las preguntas diciendo: "No es nada".

Así que si, los días en casa de los Farmiga habían sido un poco extraños. Pero no impedía que la pasáramos bien.

Durante esta semana pasamos tanto tiempo juntos, que ya el jueves por la tarde no sabíamos que hacer.

Mi madre comenzó a preparar café y mi padre cortaba las rebanadas de pan, Taissa y Hadley, no paraban de preguntar a qué horas llegaría Patrick. Y no fue sino hasta que el olor del café invadió la cocina, cuando escuchamos un auto estacionarse frente a la casa.

Salí rápidamente y Patrick bajó de este, con una canasta en sus manos. Fruncí ligeramente el ceño y sonreí, caminando hacia el.

— Te dejo casi una semana y te ves más hermosa —. Me tomó de la cintura y me dió un cálido beso en los labios.

— Yo te dejo casi una semana y vienes a mi con una canasta. ¿No tienes una cabra en la cajuela? —. Bromeé, haciendo que sonriera —. Te extrañé, Patrick.

— Y yo a ti, cielo —. Me dió otro beso.

Me entregó la canasta y yo la abrí con curiosidad, había lo que parecía ser una tarta de queso, junto a unos arándanos y fresas. Y una botella de vino, con la etiqueta 'Wilson'.

La casa de los padres de Patrick era una campestre, tenían un viñedo y bastante siembra de frutas. Manteniendo el estatus, claro.

A diferencia de la de mis padres, que estaba en medio de un conjunto residencial con casas bastante apartadas y con suficiente espacio como para invitar a ambas familias en Navidad.

Así que el hecho de que trajera una canasta con frutas, me convertía en una chica bastante feliz.

Entramos a la casa y todos se emocionaron tanto de verlo, que comencé a sentir que lo querían más más el que a mi.

Al llegar la hora de la cena, pedimos sushi a domicilio. Estábamos preparando la mesa entre todos y luego nos sentamos. Repartimos las raciones y antes de que pudiéramos decir algo, Taissa se acomodó en su asiento y tomó la mano de Hadley.

— Ya es momento de darles la noticia —. Tomó aire.

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Agradezcan a mi insomnio por este capítulo.

Los quiero, espero que les haya gustado y espero que mañana les actualice la segunda parte de esto. 🫶🏻

Amor del buenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora