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Fuck you, Martin


Vera.

Al terminar la cena, todos volvimos al hotel. Subimos al ascensor y mientras James y Patrick hablaban, Ingrid se acercó a mí.

— Nos vemos en diez minutos en la recepción —. Susurró en mi oído.

Yo asentí y bajamos del ascensor.

Ingrid y James, fueron a su habitación y Patrick, me acompañó a la mía.

— Gracias por esta hermosa cena —. Me dijo.

Sonreí —. No tienes que agradecer nada...

— Claro que si, Vera. Te esforzaste y valoro mucho tu esfuerzo —. Me sonrió.

— Gracias, Pat... Te invitaría a pasar, pero estoy un poco cansada —. Mentí, si quería que pasara. Por supuesto que si, pero no podía hacerlo.

— No te preocupes —. Sonrió —. Nos vemos mañana, que descanses.

— Igualmente tu... Descansa.

Nos quedamos en silencio por unos segundos. Sentí que mi corazón empezaba a latir mucho más fuerte y mi piel se erizaba. Sus ojos bajaron a mis labios y yo observé los suyos, sentí como su mano se posó en mi espalda desnuda y se acercó un poco más. Puse mi mano en su rostro y lo besé, tierna y calidamente.

Un beso distinto a los que estaba acostumbrada a dar. Esos en los que sabes que existen sentimientos verdaderos. Me separé y sonreí, lo observé y me pegó más a su cuerpo, volviendo a juntar nuestras bocas.

Llevábamos el ritmo perfecto y de pronto... El se detuvo.

Abrí los ojos y me quedé en mi lugar. Le sonreí y el rió —. Que bueno que no puedo entrar ahí —. Señaló la habitación.

Me cubrí la boca y reí —. Nos vemos mañana, PWilz —. Besé la comisura de sus labios.

El sonrió embobado y fue a su habitación.

Fingí estar entrando a la mía, cuando vi que ya había entrado a la suya, corrí a la recepción.

Al llegar, Ingrid estaba ahí.

— Tiene que haber una —. Escuché que decía.

— No, señorita Bisu. De verdad lo lamento, pero la última habitación que teníamos la reservaron hace treinta minutos —. Le respondió la recepcionista.

— ¿Qué ocurre? —. Pregunté.

— No hay habitaciones —. Me dijo Ingrid.

Miré a la recepcionista —. ¿Nada?

Ella negó con la cabeza —. Nada, señorita Farmiga.

Miré a Ingrid —. ¿Qué hago ahora?

— Muchas gracias —. Le dijo a la mujer del mostrador.

La imité y subimos al ascensor.

— Tienes dos opciones, déjalo dormir en el pasillo o que duerma en tu habitación... —. Se encogió de hombros.

— No puedo dejarlo afuera... Compraré un boleto para New York, a primera hora para el. Así cuando Patrick venga, ya no estará aquí.

— Es buena idea. Avísame si necesitas algo más —. Dijo mientras abría su puerta.

— Si, adiós. Descansa —. Le sonreí.

— Tu igual —. Sonrió.

Entramos a nuestras habitaciones.

Al entrar, vi a Martin acostado en el sofá. Le entregué una manta y fui al baño a ponerme mi pijama.

Me acosté en la cama y compré el boleto para el. Salía a las 8:30 am. Así que puse una alarma a las 7:00 am para despertarlo y que se fuera.

Minutos después, me quedé dormida.

.

Estaba en la ducha, Martin estaba a punto de salir. Cuando escuché la puerta, no logré escuchar quien era pero tardó unos minutos y luego cerraron la puerta.

Al salir de la ducha, vi a Martin poniéndose sus gafas de sol y me miró.

— Perdón por lo de anoche —. Dijo.

— ¿Quién vino? —. Le pregunté, ignorando lo que acababa de decirme.

No me preocupaba que hubiera venido Patrick, siempre se despierta tarde (como yo) así que era imposible que fuera el.

— Servicio a la habitación —. Respondió mientras tomaba su maletín.

Asentí —. Que tengas buen viaje...

El asintió y abrió la puerta, pero antes de salir se giró hacia mi —. Creo que deberíamos hablar cuando llegues a New York.

— Si, yo también lo creo —. Cerré la puerta y me recosté en ella. Sabía que debía decirle que tenía una relación ahora con Patrick y por alguna razón me emocionaba.

.

Patrick

Esa mañana desperté temprano. Quería verla, escucharla y volver a besarla. Me levanté de la cama, me cambié de ropa y lavé mis dientes. Salí de mi habitación y toqué su puerta.

Me interesaba saber si había podido dormir.

Pero, cuando esta se abrió, me aseguré de que fuera la habitación correcta. Martin Miller, la abrió. Era el, el mismo tipo alto con cabello oscuro y algunas canas al rededor de este. Con un rastro de barba y porte "atlético" y claro, demasiado soltero.

No entendía nada.

— Perdón, creo que me equivoque de habitación —. Di un paso atrás.

— ¿A quién buscas? —. Preguntó.

— A Vera... Creo que ya desocupó la habitación —. Fue lo único que se me ocurrió por haberlo visto a él —. Lo siento.

— Oh, ella si está aquí. Sólo que está dormida aún, no dormimos mucho anoche —. Sonrió. Y mi sonrisa, en cambio, desapareció.

"No dormimos mucho anoche", ¿Qué carajos quiso decir?

— ¿Perdón? ¿Usted y ella se conocen?  —. Dije, esperando a que me dijera que eran solamente amigos. Pero claro, no fue así.

— Algo más que eso —. Sonrió aún más.

Sentí algo extraño en mi pecho.

— Oh, bueno... Emm... ¿Puede decirle que me llame? Necesito hablar con ella.

— Por supuesto, ¿Cuál es tu nombre?

— Patrick Wilson.

Su rostro se oscureció un poco y su expresión alegre, se volvió seria.

— ¿Estás grabando la película con ella?

— Así es —. Me di la vuelta y fui a la habitación de James. Quería decirle que me iría a New York más temprano.


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Matemos a Martin 😋😋

Espero que les haya gustadoo🫶🏻🫶🏻

Amor del buenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora