LA CHICA TÍMIDA

Capítulo 2

Al día siguiente me levante más temprano de lo normal me metí a bañar y salí como en 13 minutos, después de salir me puse unos jeans ajustados, una blusa color verde menta y un lindo collar de flores color negro con dorado y unos converse color gris fuerte, 25 minutos después salí de mi casa para ir a la preparatoria.

Cuando llegue al salón vi a Keegan que estaba sacando sus libros, aproveche la situación y rápidamente aventé mi mochila a mi asiento y también fui al locker a sacar mis libros, mi locker estaban al lado del de él, Keegan noto mi presencia y me dijo:

"Hola Alison, bonito collar" y yo un poco tímida le conteste "Hola Keegan, gracias" y después él se retiró a dejar sus libros a su asiento que estaba atrás del mío y se retiró del salón con Paco. Pocos segundos después deje también los libros en mi asiento y me senté, saque mi celular y me puse a checar mis notificaciones en Instagram. Alcé la mirada al creer reconocer la voz de Dami y si en efecto era ella y estaba acompañada de Eveline y Emilio, ellos dos eran cuates. Y les grite "¡Esperenmeeee!", iban rumbo a la cafetería y aparte de que no me quería quedar sola tenía sed, así que me compre un chocolate caliente. Después toco el timbre y cada quién se fue a su aula, Dami y yo estábamos en el mismo salón y ella se sentaba al lado mío, pero Eveline y Emilio estaban a tres aulas del de nosotras también cursando el primer semestre, justo al lado de las escaleras y del pasillo en el segundo piso, aún no llegaba el maestro y no podía dejar de preguntarme donde estaba Keegan, empezaba a tener un sentimiento raro por él, pero hasta no estar segura de que se trataba, no lo iba a comentar a nadie.

—Ali...—Rompió el silencio Dami y junto su banco más cerca del mío.

— ¿Si? —Pregunte.

—Me gusta Emilio, ayer que salí con él me di cuenta que el también sentía algo por mí, ya que me empezó a tirar indirectas. Y se portó muy atento conmigo.

— ¡DAMIIII!— sonreí—¡Qué emoción!

— ¡Lo sé!— Alzó la voz.

En eso llego el maestro de español y arruinó nuestra plática poniéndonos a trabajar.