Capítulo 2 Las duchas

4 2 0
                                    

Pasaron dos meses y la amistad de Jung Kook y Azahara no cambió en lo más mínimo, cosa que él agradecía mucho, y en ese tiempo no pasó nada interesante, excepto por el hecho de que Azahara se sentía siempre muy cansada y empezaba anotarse en su rostro, le salieron ojeras y sus rizos castaños perdían poco a poco su brillo habitual, Jung Kook noto esto y aunque le preguntaba si estaba pasando por algún momento ella siempre decía que no.

−Llegas tarde otra vez Azahara, el profesor te pondrá un reporte de atraso −dijo Jung Kook mientras ella se sentaba a su lado−, dijo que le sorprendía tu conducta irresponsable cuando antes eras muy aplicada.

−Ya lo sé, pero te juro que no entiendo, me quede dormida a pesar de poner mi alarma −respondió la chica irritada−, y lo peor de todo es que creo que alguien desactivo mi alarma porque no sonó para nada, ya no sé qué pasa, cosas raras pasan en mi casa.

−Hay doctores del sueño, tienes que ir con uno y decirle que a pesar de dormir sigues cansada −sugirió él dándole un libro−. Estamos en el capítulo catorce del libro, búscalo rápido, antes de que te pregunte.

Azahara le agradeció e hizo lo que le dijo, preguntándose qué podría estarle pasando desde hace dos meses, por un tiempo paso por su mente que podría tratarse de la droga que le habían puesto en su bebida en aquella fiesta, pero cuando consulto con el internet nadie hablaba de tener problemas para dormir, eso la devolvía al inicio. Después se le ocurrió que podía ser estrés, por lo que decidió descansar por las tardes, sin embargo, tampoco hubo un cambio, y no ayudaba el hecho de que muchas cosas desaparecían y aparecían en otros lugares, que algunas noches amaneciera con dolor en las muñecas, la espalda, las piernas y caderas, era más raro en qué posiciones despertaba, algunas con las manos arriba de la cabeza, otras acostada boca abajo o simplemente como una estrella, nada tenía sentido a su alrededor, y nunca recordaba sus sueños de noches anteriores.

La campa sonó y tocaba la clase de deportes, por lo que tenía que cambiarse al uniforme deportivo, se despidió de Jung Kook y fue a la clase, usualmente hacían ejercicios juntos pero este día debían ir a sus equipos de deportes respectivos, él jugaba basquetbol mientras que ella estaba en voleibol. Ambos siguieron el entrenamiento y los ejercicios que les asignaron, pero Azahara no estaba rindiendo como acostumbraba, ya que era u8na de las mejores jugadoras de su equipo y se preparaban para un partido importante, aun así, el cansancio le ganaba a ella en este momento y la volvía lenta. Al finalizar la clase, Azahara se fue a las duchas para refrescarse y estar un poco más atenta a la próxima clase.

−Azahara eres la capitana, pero estas muy floja últimamente −le dijo una de las chicas del equipo un poco preocupada−, sé que te esfuerzas, pero parece que todo te está rebasando, si quieres puedes darle la capitanía a otra hasta que estes mejor.

−Muchas gracias, de verdad lamento lo mal que estoy jugando y pensare en tu propuesta −respondió Azahara pensativa, y luego decidió confiar en ella−, algo malo me pasa, pero no sé qué pueda ser, duermo ocho a nueve horas, pero al despertar sigo muy cansada y me está afectando ¿crees que me esté volviendo loca?

−No creo que tenga algo que ver con la locura, pero sí creo que puede ser ansiedad −dedujo la chica−, hay ejercicios para dormir, podrías buscar algunos en internet y ver si te ayudan en algo o intentar otras cosas.

Azahara asintió con la cabeza y terminó de ducharse lo más rápido posible para luego ir a los vestidores y cambiarse al uniforme de la escuela, mientras terminaba de ponerse la camisa del colegio se sentó un momento y un extraño sueño se apoderó de ella, casi tan fuerte como para casi hacerla caer al suelo, afortunadamente se sentó y cayó en todo el asiento del vestidor dormida.

El Chico de mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora