Capítulo 11 Problemas y descendientes

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− ¡No soy un maldito juguete! −gritó Azahara enojada y mirando a Jung Kook−, estoy harta de que ustedes me vean de esa forma, no soy algo que pueda pertenecer a uno u otro.

− ¿Ya ven lo que hicieron los dos? −preguntó Ji Min molesto−, hicieron enojar a la dama, tiene razón, hablan de ella como si fuese algo que se puede pasar de una mano a otra.

Todos se miraron un poco culpables y en parte impresionados por la forma en que una humana los había regañado e incluso les había dado un susto con el grito, Tae Hyung y Jung Kook se miraron y bajaron la cabeza en forma de disculpa.

−Ambos siéntense y van a escucharme −dijo Azahara aún con un tono autoritario, los dos se sentaron en el mismo sofá−. Vamos a ser amigos todos y tratare de olvidar lo que Kookie acaba de decir, porque si no lo hago ahora mismo encontraba la manera de acabar con la inmortalidad.

−Cariño perdóname si alguna vez sentiste que te veía como un juguete −se disculpó Tae Hyung.

Azahara soltó un suspiro, molesta y las lágrimas la invadieron, pero no corrió a ser consolada por Tae Hyung, sino a los brazos de Ho Seok que rápidamente la abrazó y hasta le dio un beso en la cabeza, todos vieron la escena atónitos, Tae Hyung no sabía qué hacer.

−Tranquila Azahara, ellos no tienen la intención de portarse tan mal −la consoló Ho Seok−. Te prometo que se portaran mejor con el tiempo, aunque tiene que enseñarnos a controlarlos como lo hiciste.

−Sí, eso fue impresionante, ambos te obedecieron sin decir nada −comentó Ji Min riéndose de ambos chicos que parecían espantados−, nunca creí que una humana pudiera ser tan fuerte al hablar ¿estás segura que no tiene poderes?

Los demás se rieron y eso logró sacarle una sonrisa a Azahara, Ji Min se acercó a ella y le limpió las lágrimas susurrando al oído de ella algo que solo ellos sabrían, los demás solo se entretenían mirando las caras incrédulas de Tae Hyung y Jung Kook, ambos no decían nada.

−Parece que el gato les comió la lengua, usualmente ninguno es capaz de quedarse callado −dijo Seok Jin−, sin duda Azahara tiene algún poder que funciona con demonios.

−Sí, porque hasta a mí me dio miedo desobedecer sus órdenes −bromeó Nam Joon con una sonrisa encantadora mostrando sus hoyuelos, eso le dio a Azahara una confianza extraña, ya no era tan intimidante como antes−. Traje algo para ella, un libro que le ayudará mucho, más ahora sabiendo que quiere ser la señora de Tae Hyung Kim.

Nam Joon un poco adolorido se acercó a Azahara y le entregó un libro enorme que él había hecho aparecer como por arte de magia, ella miró el libro casi sin prestar atención, pues estaba más atenta a la forma de caminar de Nam Joon, se preguntó si estaría lastimado o si había peleado en alguna parte.

− ¿Padre te golpeó Joonie? −preguntó Jung Kook con una tristeza muy perceptible.

−Así es, se enfureció cuando le dije que no haría lo que él quería −respondió Nam Joon, Azahara escuchó eso y se sintió peor que antes, Nam la miró sorprendido−. ¿Por qué lloras Azahara? −preguntó a la chica.

−No tienen que ocultar la verdad, sé que te golpearon por mi culpa ¿verdad? −respondió Azahara−. Siéntate, yo puedo curar tus heridas, después de todo ya casi eres mi cuñado y quiero ayudarte como tú lo hiciste.

Nam Joon no supo qué más hacer que obedecer a Azahara y se sentó en el sillón, ella se acercó y Seok Jin trajo un botiquín de primeros auxilios, Azahara lo recibió y sacó todo lo que necesitaba para luego acercarse a Nam Joon, le ayudó a quitarse la camisa y quedó paralizada al mirar las heridas, nunca había visto heridas provocadas por un látigo y sin duda alguna eran eso mismo, ni siquiera era necesario preguntar cómo le habían hecho eso.

El Chico de mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora