Capítulo 7 Un jardín con luces

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Tae Hyung no sabía a dónde llevarla exactamente, y por un largo rato solo condujo dando vueltas por la ciudad, usualmente no entendía las emociones de los humanos, pero algo le decía que Azahara solo necesitaba irse y estar sin hacer nada por un largo rato. Llevaba tiempo sospechando que Jung Kook podía estar relacionado con las muertes de esas chicas de alguna forma, sin embargo, al ver tan enamorado a un demonio como Jung Kook ya no estaba tan seguro, después de todo quizás las emociones humanas también podían afectar de alguna forma a los demonios.

Se detuvo en un restaurante de comida rápida y se preguntó si a ella le gustaría algo de comer, pero luego pensó que preguntarle no era una buena idea, sin duda alguna ella diría que no y rechazaría cualquier opción, por lo que era mejor comprar y luego obligarla a comer, y no era tan difícil saber qué le gustaba, nunca la veía comer hamburguesas por lo que podía pedir cualquier otra cosa del menú que no fuese hamburguesa. Acercó su auto al autoservicio y pidió un combo especial de pollo frito, Azahara preguntó qué hacía, pero él simplemente la ignoró y siguió para recoger su orden, al tenerla en sus manos y pagar se la entregó a Azagara.

−Tienes que comer, eres una mortal y si no comen se debilitan y se enferman −dijo Tae Hyung dándole cada bolsa de comida.

−No tengo hambre Tae Hyung, no debiste comprar la comida, solo es un malgasto −respondió Azahara mirando el contenido de cada bolsa.

−No te pregunté si tenías hambre, te dije que comieras −dijo Tae Hyung malhumorado−, no voy a dejar que mueras de hambre, no tienes a donde ir, así que iremos a mi casa, pero mi condición es que te alimentes bien.

Azahara un poco molesta y sorprendida abrió las cajas en las bolsas y secretamente agradeció estar con Tae Hyung, pues si tenía hambre y quería probar el pollo y las papas que le había comprado, se estacionaron en un lugar permitido y ella comenzó a comer mientras aun contenía sus ganas de llorar, sentía que el corazón se le salía por la garganta y no de miedo, sino de pura tristeza, quería lanzarse al suelo y llorar cada vez que recordaba la escena de Jung Kook sobre esa chica, era miedo, un miedo enorme porque el hombre que amaba había matado aproximadamente a cinco jovencitas, y luego estaba la traición, todas y cada una de esas chicas se habían acostado con él antes de morir, si tan solo ella hubiese aceptado tener sexo con él, ellas no estarían muertas.

−No te culpes Azahara, los íncubos somos bestias insaciables que amamos de alguna forma el dolor de nuestros súcubos −dijo Tae Hyung, de verdad era como si él leyera sus pensamientos−, no te culpes por las muertes, pero si por no haber pensado en las consecuencias de amar a un incubo.

−Creí que él podría ser solo mío, que le bastaría conmigo y mi energía −respondió Azahara sintiendo su garganta arder por la amenaza de las lágrimas−, y luego me dijiste que él podría renunciar a ser un demonio y volverse mortal, pero es obvio que no quiere perder su inmortalidad.

−No es una decisión fácil de tomar Azahara, implica nunca volver a nuestro mundo, no tener nuestros poderes, envejecer y morir −explicó Tae Hyung−, solo conozco a tres demonios que hayan hecho eso por haberse enamorado de un humano, una se llamaba Ji Soo, era hermosa y siempre tenía hombres que morían a sus pies, hasta que conoció a uno que la enamoró por completo.

− ¿Y qué pasó con ella? −preguntó Azahara.

−Tuvo hijos con ese humano, vivió feliz hasta que la muerte se la llevó −respondió Tae Hyung−, prefirió a un maldito humano que, a mí, yo la amaba y nunca me correspondió.

Definitivamente Azahara no esperaba eso, ella veía a Tae Hyung como alguien muy frío y sin emociones que mostrar, pero no era verdad, saber que alguna vez se había enamorado cambiaba las cosas, quizás los demonios si eran capaces de amar incondicionalmente, aunque no era el caso de ella, Jung Kook no había estado dispuesto a renunciar a su inmortalidad por ella, ni siquiera le había dicho que eso se podía, y al mínimo rechazo por sexo había vuelto a ser el mismo de siempre, un demonio incubo que había conseguido súcubos y las había matado en el mismo instante que las encontraba,

El Chico de mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora