Capítulo 10 Una peculiar hermandad

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En la tarde después de comer y estar juntos un rato riendo y jugando decidieron que era momento de ir al departamento de Jung Kook y recoger las cosas de Azahara, se vistieron para salir y se dirigieron allí. Afortunadamente Jung Kook si estaba en el departamento y les abrió, sin ocultar su sorpresa y molestia, los saludó a los dos de mala gana y sin decir nada más, Azahara se fue a la habitación para poner en maletas sus cosas, su ropa y todo lo que tuviera algún valor para ella.

−Te robaste a mi novia hermanito −dijo Jung Kook dirigiéndose a Tae Hyung que estaba de pie en la puerta.

−No lo hice a propósito si eso es lo que tú crees Jung Kook, creí honestamente que ella te elegiría −respondió Tae Hyung totalmente sincero−, ayer estaba decidido a dejarla ir, despedirme de ella resultaba más doloroso que cuando me despedí de Ji Soo hace tiempo.

− ¿Y qué cambió desde ayer a hoy? −preguntó Jung Kook un poco dudoso−. ¿Por qué me haces esto?

−Fue ella la que llegó a mi anoche, se durmió a mi lado y desperté porque ella gritaba triste que me amaba y no lo entendí en ese momento −explicó Tae Hyung sentándose en una silla que tenía cerca−. Ahora entiendo que tú le dijiste algo que la lastimó o la asustó.

−Ella quiere la eternidad o una vida largar envejeciendo juntos ¿renunciaras a la inmortalidad? −reflexionó Jung Kook, pero como respuesta Tae Hyung le sonrió−. Nuestro padre no lo aceptará Tae Hyung, lo sabes muy bien y hará lo posible por lastimarla por esto.

−Tengo que resolver eso por mi cuenta, pero no dejaré que me quiten la oportunidad de estar con ella hasta morir juntos −respondió Tae Hyung.

−Hazla inmortal si quieres que ellos acepten que estés con ella −sugirió Jung Kook−, o deja que ella sea libre y siga a mi lado mientras ella pueda vivir.

−Sabes que si la vuelvo inmortal sería más cruel, ella estará encadenada a amarme sin tener libertad −dijo Tae Hyung desesperado−, no quiero que ella pierda su esencia, perdería su personalidad y todo lo que la hace ser ella.

Jung Kook no pudo responder más, Tae Hyung tenía razón respecto al ritual de la inmortalidad como antes lo había recalcado, era la misma razón por la que Jung Kook no le había ofrecido esa opción a Azahara, Tae Hyung pensaba noche y día en una solución a este problema, quería saber cómo convencer a sus padres que aceptaran a la mujer que amaba con todo su corazón.

− ¿Encontraron de qué hablar mientras intentaba empacar mis cosas? −preguntó Azahara interrumpiendo el silencio de los dos chicos−. Me habría gustado que me ayudara alguno de ustedes, pero descuiden soy independiente.

− ¿Estás segura de lo que estás haciendo Azahara? Me refiero a irte con él −preguntó Jung Kook interponiéndose entre Tae Hyung y Azahara−, sabes que te amo y que por ti haría cualquier cosa, incluso perdonar que quisieras irte con mi medio hermano.

−Jung Kook de verdad lo siento, pero amo a Tae Hyung, no puedes cambiar eso −respondió Azahara con toda la seguridad en su voz−, lo nuestro acabo ese día.

−Está bien, pero no puedo aceptarlo y me imagino que sabes que le diré a nuestro padre Tae Hyung −amenazó Jung Kook muy serio−. Le diré que estas enamorado de ella y que quieres renunciar a tu inmortalidad por ella.

−Lo sé Jung Kook, no esperaba menos de ti siendo un demonio, tú siempre fuiste el más mimado de nuestro padre y te enseño a hacer rabietas −respondió Tae Hyung con toda la calma−. Como dije antes, sabre enfrentar a nuestro padre de alguna forma.

El Chico de mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora